El mundo de los videojuegos ha evolucionado significativamente durante los últimos años, pasando de ser un simple pasatiempo a incorporar el carácter educativo entre sus objetivos. La posibilidad de aprender jugando está dando sus frutos ya en niños de diferentes partes del mundo. Y es que, hoy en día, es difícil encontrar a alguien que no disfrute con estos juegos.
Son muchos los centros de investigación que están llevando a cabo estudios sobre los efectos positivos que producen. Por ejemplo, jugar al Tetris 30 minutos al día durante 3 meses puede ayudar a aumentar el tamaño de la corteza cerebral, según un informe realizado por Poki, un editor de juegos que cuenta con un portal en español, El País de los Juegos, donde ofrece juegos on line gratuitos sobre educación que mejoran e impulsan las habilidades de los más pequeños.
Este estudio también revela que los juegos en 3D incrementan un 12% más las capacidades de memoria que los de 2D. Mientras que los juegos de acción y aventura disminuyen el tiempo de respuesta en la toma de decisiones y aumentan los reflejos.
Coordinación y motricidad
En general, los videojuegos ayudan a mejorar la memoria, la lógica, la concentración, el enfoque y la planificación, ya que obligan a los niños a mantener la atención si quieren ganar la partida. Además, desarrollan otras destrezas como la coordinación, la motricidad y la orientación espacial. Estas habilidades espacio-visuales son útiles en profesiones como ingeniería, arquitectura, arte y diseño.
En definitiva, esta infografía pone de manifiesto la estrecha relación entre los videojuegos y la educación, y es que ¿a quién no le gustaría aprender jugando?
En el siguiente enlace se puede consultar la infografía completa.