El abandono escolar es uno de los principales retos del sistema educativo español: en 2022 el 13,9% de las personas entre 18 y 24 años no habían finalizado el segundo ciclo de Educación Superior (Bachillerato, Formación Profesional Media o Formación Profesional Superior), según la Encuesta de Población Activa. Y estas cifras, superiores a las de los países de nuestro entorno, preocupan a los organismos internacionales. “Los jóvenes que abandonan los estudios corren el riesgo de sufrir exclusión social, dado que a menudo se encuentran con dificultades para obtener y conservar un empleo, y por lo tanto, tienden a verse social y económicamente desfavorecidos a largo plazo”, señala el informe ‘Propuestas para un plan de acción para reducir el abandono escolar temprano en España’, elaborado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), que propone 15 recomendaciones, desgranadas en 44 propuestas y repartidas en cinco ámbitos de acción, para prevenir la salida prematura del sistema educativo de los jóvenes.
Entre estas medidas una ha dado mucho que hablar: la organización apuesta por eliminar los horarios intensivos en los centros escolares. ¿La razón? Advierten que se ha demostrado que pasar más tiempo en el centro educativo permite elevar las tasas de graduación y mejorar el aprendizaje y otros indicadores sociales y conductuales.
Pagar clases extraescolares: consecuencia directa de los horarios intensivos
En España las jornadas intensivas, caracterizadas por concentrar el horario escolar entre las 9 y las 14 horas, están muy extendidas sobre todo en colegios públicos, con porcentajes que superan el 80% en Infantil y Primaria; frente a poco más del 23% en centros de titularidad privada o concertada, según datos extraídos de Maldita.es. La aplicación (o no) de ésta depende de cada cada comunidad autónoma y en algunas de ellas la elección se basa de un sistema de votos: para implantar la jornada continua en un colegio de Madrid, por ejemplo, es necesario que participen dos tercios de las familias y que dos tercios de sus votos sean positivos; en la Comunidad Valenciana se busca el respaldo del 55% del censo de padres. Y la consecuencia es que muchas familias necesitan dejar a sus hijos más horas en el centro, por lo que cerca del 47% apuntan a sus hijos actividades extraescolares, más de la mitad de las cuales se corresponden con clases de apoyo sobre materias curriculares en el caso de los hogares de ingresos bajos, apuntan en el informe.
Por ello, desde la OCDE instan a seguir el ejemplo de otros países de la UE, como Dinamarca o Portugal, que cuentan con sistemas flexibles de jornada completa que tienen como objetivo ampliar el tiempo de aprendizaje. Además, recuerdan que estas iniciativas han ido acompañadas de una mayor oferta de comedores escolares y actividades extraescolares y España podría valorar la posibilidad de adoptar un enfoque similar por las ventajas que podría aportar, especialmente al alumnado desfavorecido. Pero para llevar a cabo este cambio, recuerdan que el Ministerio de Educación y Formación Profesional debería invertir en subvenciones para la alimentación e infraestructuras escolares, así como para remunerar adecuadamente al personal de los centros.
Se reabre el debate
Y es que la jornada intensiva ha sido durante años un tema muy debatido en la comunidad educativa, con opiniones enfrentadas entre los que están a favor de este enfoque porque las jornadas escolares largas influyen en el desarrollo emocional y en el ocio de de los menores y los que creen que los horarios partidos son más beneficiosos para alumnado y familia. Recogemos algunas opiniones de docentes sobre esta sugerencia de la OCDE:
A favor de la jornada intensiva
Twitter se ha convertido estos días en un espacio de debate en el que toda la comunidad educativa ha compartido su opinión sobre esta medida. Por ejemplo, la docente de Educación Especial Catalina Morey destaca que pasar tanto tiempo en el colegio motiva que los menores estén ‘agotados y tristes’. Para ella, no pueden pasar de 8 a 10 horas en el centro escolar como si de una jornada laboral se tratase.
Muchos otros docentes han criticado en sus redes sociales esta medida de la OCDE, considerando que este organismo económico no debería opinar sobre temas educativos. Además, denuncian que hay otras cuestiones más importantes a tener en cuenta para evitar el abandono escolar, como la disminución de ratios o la mejora de la formación del profesorado.
En contra de la jornada intensiva
Sin embargo, también hay algunos docentes que se posicionan en contra de las jornadas intensivas, a pesar de que son más beneficiosas laboralmente para ellos. Este es el caso de José Luis Sánchez, bibliotecario en Peñaranda de Bracamonte (Salamanca), que compartía en su perfil de Twitter su posición a favor de esta propuesta de la OCDE.
Sánchez explica que en el colegio de sus hijos se planteó el cambio de jornada partida a intensiva pero el AMPA (y él) se opusieron por varias razones: no veían de manera clara que pedagógicamente el cambio fuese favorable para el alumnado; tras la iniciativa había otros intereses como el de cerrar definitivamente el comedor escolar; y no había ningún tipo de propuesta de actividades extraescolares para compensar las horas de la tarde. Finalmente, la consulta se siguió realizando año tras año y acabó implantándose; sin posibilidad de volver a votar para volver al horario anterior, pues según denuncian muchas familias, una vez se aplica la jornada intensiva, la propuesta ya no es reversible.
¿Y las familias?
En cuanto a la opinión de las familias, muchas de ellas apuntan que las jornadas intensivas dificultan la conciliación, pues si los padres trabajan hasta la tarde no pueden recoger a los menores del centro escolar. Así lo explica Victor, un padre que ha hablado con Burgos Noticias sobre las dificultad que supone para él atender a sus hijos cuando tienen jornada intensiva en el colegio. "En mi trabajo tengo turno partido y no es fácil conciliar el horario laboral con el cuidado de los niños. Entran en el colegio a las 9:00 horas y salen a las 14:00 horas, un horario que no permite la conciliación. La única salida existente es que otra persona nos ayude a llevarlos y recogerlos". Ante este problema, los abuelos de sus hijos son "la tabla de salvación; pues suelen encargarse de recogerles y hacerles la comida".
Otros padres, como el usuario de Twitter @PerMarFr, se posicionan a favor de la jornada intensiva, porque según él es mejor para los niños. Sin embargo, recalca que la conciliación para que las familias puedan hacerse cargo de los menores cuando salen del centro escolar temprano debe recaer en cada empresa, en vez de convertir las escuelas en ‘guarderías’.
Las tardes no son productivas. Si se van a casa a comer, los hay que ya no vuelven, y el comportamiento del resto es bastante peor. A comportarse correctamente y obedecer a las instrucciones de las personas adultas, deberían aprender en casa. Pero muchas familias no se responsabilizan del comportamiento de sus vástagos. Además, hay centros ocupados mañana y tarde: por la mañana ESO y bachillerato y por la tarde ciclos formativos. Si la ESO ocupa las aulas mañana y tarde... ¿Dónde impartimos clase los ciclos formativos? ¿ En esos institutos que nos dijeron que construirían hace ya más de 15 años y que seguimos esperando? No me hagan reír...
En mi comunidad CV los coles con proyecto de jornada intensiva ofrecen talleres paraxlos niños que no pueden salir a las 14h y se quedan hasta las 17h en el.cole. Nadie pierde, los que quieren salir antes se van y los que no pueden reviben atención en el.cole. No veo el problema.