¿Por qué hay una guerra? ¿Qué va a pasar? ¿Va a llegar aquí? ¿De dónde salen las explosiones? Los menores se hacen muchas de estas preguntas ante la situación que se está viviendo en Ucrania. Al igual que los adultos, sienten angustia y preocupación al ver las imágenes de la televisión o escuchar la información que nos llega de la radio. Por eso, es clave saber que el miedo es la misma emoción en un niño que en un adulto y que la diferencia está en que nosotros tenemos más estrategias para gestionarla.
De ahí que no haya que subestimar la emoción que estas noticias pueden crearles; si se va a hablar con ellos del tema, es fundamental partir desde su nivel de conocimiento: qué saben, qué creen que es una guerra o porqué se produce. Esto podemos lograrlo preguntando de forma sencilla y escuchando de verdad, teniendo la paciencia necesaria para no corregir lo que dice hasta que no haya expresado todo lo que quiere decir.
¿A partir de qué edad podemos empezar a hablar de estos temas? Siempre hay que tener en cuenta el nivel madurativo del niño, pero desde los tres o cuatro años podría hablarse adaptando el mensaje a su edad. Más importante que hablar de un tema concreto es que se sienta escuchado, comprendido y que tenga a su familia como un punto de expresión de todo lo que le pasa en cualquier tema. No poder hablar de algo genera mucha angustia.
Herramientas emocionales
La incertidumbre que vivimos en los últimos años está generando en los pequeños y adolescentes angustia y problemas relacionados con la salud mental, por eso, es importante tener herramientas emocionales para poder hacer frente a lo inesperado. La falta de control sobre lo que ocurre genera ansiedad. Así, lo primero que debemos hacer es hablar con ellos para que se sientan comprendidos y, después, podemos darles un papel a desempeñar. Se trataría de explicarles que, para que no haya guerras en el futuro, ellos pueden aprender a resolver conflictos sin pegar en el recreo o en el parque, a ayudar a los demás a que los resuelvan, y a ser amables y a compartir.
También podemos transmitirles mensajes constructivos y positivos como, por ejemplo, hablarles de que hay mucha gente buena que presta ayuda, dona ropa, alimentos... Hacerles saber que hay personas que se preocupan por ellos, al igual que lo hace su familia, amigos o profesores. Además, es una buena oportunidad para hacerles partícipes de acciones de ayuda en asociaciones vecinales, ya que puede ser una experiencia muy enriquecedora.
Las claves
En resumen, los consejos a tener en cuenta para hablar de forma adecuada sobre la guerra con los menores son:
- Investigar qué saben acerca de lo que está pasando a través de preguntas directas.
- Trasladarles la información que necesitan con un lenguaje sencillo, adaptado a su edad.
- Evitar que vean imágenes sobre la guerra de forma constante, pero no esconderlas.
- Escuchar lo que tienen que decir y responder sus dudas con paciencia y empatía, es decir, acompañarlos.