¿Sabías que los estudiantes tienen su primer contacto con la pornografía a los 6 años? ¿Y que casi el 70% del alumnado de Secundaria confiesa que la educación sexual que han recibido en sus centros escolares no les ha sido útil en su vida sexual? Estos preocupantes datos hacen que, más que nunca, sea necesaria una educación sexual que evite que los menores crezcan normalizando situaciones de violencia sexual o sepan la importancia de la protección frente a las ITS y ETS, entre otras muchas cosas.
Para facilitar esta tarea, We-Vibe, una empresa dedicada al bienestar sexual, ha lanzado una guía para familias y docentes en la que aportan una serie de claves para saber cómo abordar temas relacionados con la sexualidad y la masturbación desde edades tempranas.
Un primer acercamiento a la sexualidad con menores de 3 a 7 años
Aunque algunas personas creen que hablar de sexualidad desde edades tempranas es un error, los expertos afirman que es necesario comenzar a hacerlo desde Infantil. De hecho, la sexóloga Laura López Pérez explica que “son los docentes de Infantil los primeros que les ponen nombre a los genitales -vulva y pene-, se les empieza a llamar a las partes del cuerpo como corresponde, comienzan a hablar de la importancia de la higiene y el respeto…”. Y es a través de este primer acercamiento cuando se puede comenzar a abordar la educación sexual con los más pequeños.
Buscar un momento de calma y normalizar sus preguntas
Para llevarlo a cabo es importante buscar momentos de calma, así como un espacio privado en el que poder hablar de manera distendida y calmada. Además, los menores deben disfrutar de un estado anímico agradable y es imprescindible que se escuchen atentamente todas las inquietudes y dudas que les pueda generar la conversación. Así, hay que hacerles saber que sus preguntas son normales y, sobre todo, tratar de responderlas con un lenguaje claro y apropiado para su edad.
Enseñarles a comprender su cuerpo y a valorar su intimidad y el consentimiento
Otro punto muy importante, como recalca la sexóloga López Pérez, es enseñar a los más pequeños las palabras correctas para designar las partes del cuerpo: es uno de los primeros pasos para comprender el cuerpo humano y para hacer frente a posibles situaciones de abusos. Un buen momento para hacerlo es aprovechando momentos cotidianos, como por ejemplo durante el baño. En estos momentos también es vital introducirles nociones relacionadas con la intimidad y el consentimiento, enseñándoles que algunas partes de su cuerpo son privadas y que nadie tiene derecho a tocarlas sin su permiso, sobre todo si esto les hace sentir incómodos.
Del mismo modo, hay que explicarles que ellos también deben respetar la intimidad y el consentimiento de los demás.
Fomentar su autoestima y generar confianza para futuras conversaciones
Y, por último, es importante fomentar en ellos una actitud positiva hacia su cuerpo: tienen que sentirse bien consigo mismos con el fin de construir una imagen corporal positiva y una autoestima sana. Además, hay que dejarles claro que siempre que tengan dudas respecto a estos temas pueden preguntar sin miedo, abriendo la puerta a futuras conversaciones en las que la confianza y la sinceridad sean el hilo conductor.
Seguir trabajando la sexualidad durante la preadolescencia
Una vez que la infancia se va desdibujando, va apareciendo de manera progresiva la llamada ‘preadolescencia’. Esta etapa es en la que los menores de 8 a 12 años comienzan a experimentar algunos cambios en su cuerpo, que terminarán de fraguarse de manera más completa unos años más tarde. Y en esta etapa vuelven a surgirles muchas dudas respecto a la sexualidad, por lo que es vital seguir trabajando con ellos.
Hablar en un entorno seguro y sin prejuicios
Es habitual que los menores sientan más vergüenza a la hora de abordar estos temas que cuando son más pequeños, por lo que es importante asegurarse de que se sientan a gusto haciendo preguntas y expresando sus pensamientos y preocupaciones. Para ello, hay que dejarles claro que todas las preguntas son bienvenidas y que ningún tema es tabú o debe generar vergüenza.
Explicarles los posibles cambios corporales que van a experimentar
Deben comenzar a comprender que pronto experimentarán o que ya están experimentando cambios físicos y emocionales. Para ello, es necesario explicarles en qué consisten algunos de ellos, como la menstruación o la eyaculación (que puede ser espontánea); por qué se producen y que forman parte normal del crecimiento. Además, hay que hablarles de la importancia de la higiene personal y de cómo cuidar su cuerpo.
Normalizar el sexo y la masturbación, a la vez que se refuerzan las nociones de consentimiento
Otro punto muy importante es hacerles comprender que el sexo es algo normal y natural. Este conocimiento les ayudará a sentirse más cómodos haciendo preguntas y hablando de sus sentimientos. También es necesario aclarar que el descubrimiento y la exploración de sus genitales son normales, al igual que el placer y la masturbación. Junto a ello, algo vital es reforzar a fondo el consentimiento y el deseo: el consentimiento debe ser claro, coherente y mutuo en todas las situaciones sexuales, así que hay que explicarles que ‘no’ siempre significa ‘no’ y que el silencio o la falta de resistencia no significan ‘sí’.
Hablar de pornografía
La preadolescencia es una etapa en la que muchos menores comienzan a adentrarse en el mundo de la pornografía, por lo que es vital hablar con ellos sobre este tema. Hay que explicarles que las representaciones son a veces poco realistas y degradantes, y que en algunas ocasiones están fomentando prácticas abusivas y de violencia sexual.
Hablar de orientación sexual e identidad de género
Estas conversaciones son también una buena oportunidad para empezar a hablar de la orientación sexual y la identidad de género. Por ello, es importante explicar que las personas pueden sentirse atraídas por personas del mismo sexo, del sexo opuesto, de ambos sexos o no sentir atracción sexual alguna, y que todas estas orientaciones e identidades sexuales son normales y deben respetarse.
Y durante la adolescencia…
Esta etapa crucial del desarrollo es un momento oportuno para abordar las preocupaciones y fomentar actitudes sanas hacia la sexualidad. En ella hay que seguir reforzando todos los conceptos que se han abordado en las etapas anteriores y, sobre todo, estar abierto a resolver todas las dudas e inquietudes de los menores que ya comienzan a iniciarse en la vida sexual.
Explicar que su cuerpo está cambiando
Hay que ayudarles a entender que los cambios son normales, saludables y forman parte de su desarrollo. Entre los cambios corporales que se pueden comentar, en función de su género, están el aumento del tamaño de los pechos, el crecimiento del vello corporal, los cambios en la voz...
Desmontar el tabú de la masturbación
Es importante tener una actitud abierta y no prejuiciosa al abordar el tema de la masturbación y, para ello, puede comenzarse la conversación asegurando a los adolescentes que es natural y normal explorar su cuerpo en busca de placer. Hay que hacerles saber que puede confiar en la familia y los docentes para obtener información precisa y que el autoplacer no conlleva vergüenza ni culpabilidad. También es vital hacer hincapié en que se trata de una actividad privada y personal, que debe hacerse en espacios privados e íntimos, que les permite aprender sobre su cuerpo y comprender sus propios deseos y preferencias.
Hablar de las prácticas sexuales seguras y los métodos anticonceptivos
Explicarles la importancia de protegerse de las infecciones de transmisión sexual (ITS) y de los embarazos no deseados son algunas de las claves para evitar posibles problemas de salud sexual. Para ello, hay que proporcionarles información sobre preservativos, anticonceptivos y otras formas de protección que deben usar siempre que quieran mantener relaciones sexuales.
Abordar las posibles consecuencias emocionales y físicas de la actividad sexual
Otro punto muy importante relacionado con las relaciones sexuales son las consecuencias emocionales y físicas. Para ello, es necesario explicarles que es fundamental estar emocionalmente preparado antes de participar en cualquier tipo de actividad sexual, así como hablarles de las posibles complejidades emocionales que pueden surgir de las relaciones sexuales.
Reiterar la importancia del consentimiento, en qué se diferencia del deseo y cómo ambos se integran en una relación sana
Se les debe hacer entender que el consentimiento es un proceso continuo, haciendo hincapié en la necesidad de una comunicación clara y un acuerdo mutuo en cualquier actividad sexual. Además, hay que reforzar la importancia del respeto, la comunicación y la igualdad en las relaciones afectivas y sexuales; y explicar que el deseo y el consentimiento son cosas diferentes y deben coexistir para que se produzca una relación sexual sana.
Fomentar el pensamiento crítico y la búsqueda de información en fuentes fiables sobre salud y bienestar sexual
Enseñar al adolescente a abordar la información de forma crítica y a buscar fuentes fiables sobre salud sexual y relaciones es una idea positiva para que sea él mismo el que continúe informándose sobre sexualidad. Para ello, se puede hablar de la importancia de distinguir entre las fuentes fiables y las que no lo son, haciendo hincapié en el valor de la información basada en pruebas procedentes de profesionales sanitarios, sitios web fiables y recursos educativos.
Explicar qué son el abuso, la agresión sexual y la violación
Es vital enseñar a los menores, independientemente de su género, medios de protección contra las agresiones, cuáles son los distintos tipos de abuso y agresión, y a no cometer estos actos.