Lo que debes tener en cuenta si quieres grabar vídeo para usar en clase

Seguro que alguna vez te has planteado grabar vídeo para utilizarlo en clase, como un recurso más. Actividades como el stop motion son ejemplos perfectos para aprovechar lo que el mundo audiovisual nos ofrece, y que desde luego no es poco.
Y esto ya no es como antes. Todos tenemos una cámara de vídeo en nuestro bolsillo, que nos permite capturar nuestro entorno de una forma rápida y sencilla. ¿Cómo aprovechar lo multimedia en clase? Y de forma más particular, ¿qué debemos tener en cuenta a la hora de grabar vídeo para usar en clase?

Siempre hay un motivo

Evidentemente no se trata de grabar por grabar. Debe existir un motivo, relacionado con el objetivo de esta actividad y con lo que el profesor desee plantear.

Puede ser para aprovechar estos vídeos para otros montajes —como el stopmotion del que os hablábamos antes—, para crear un corto o simplemente contar una historia. Hay decenas de opciones, cada una con diferentes objetivos; ten también en cuenta que grabar un vídeo promueve tanto el trabajo en grupo y la colaboración, como aspectos de creatividad (qué quieres contar) o de escritura (escribe un guión).

Necesitarás el consentimiento (de padres, del centro...)

El trabajar con menores implica que necesitaremos el consentimiento de los padres, madres o tutores legales, y mejor que sea un consentimiento por escrito. Esto se refiere principalmente a la ley de protección de datos (LOPD), si bien no estará de más que consultes con la dirección de tu centro para que ellos puedan darte más información.
En último término todo esto de los consentimientos dependerá de la actividad que vayas a realizar. Porque no es lo mismo grabar una manzana que grabar a un compañero; infórmate de qué necesitas preguntando a algún experto en esta materia.

No es necesaria la mejor cámara

No eres Stanley Kubrick, no necesitas tener el mejor material. De hecho, la cámara de tu teléfono o de tu tableta es más que suficiente y ofrece un rendimiento básico para esta tarea... en la mayoría de ocasiones.
Es cierto que en algunos casos podéis plantear un corto más 'profesional', y para estos casos tal vez una videocámara de calidad —o un smartphone de gama alta— son necesarios. Ahora bien, si lo que quieres es empezar te vale casi cualquier cosa: haz algunas pruebas, pásalas al ordenador y reproducelas. ¿Te vale? Ya te adelanto que lo más probable es que sí.

Para editar el vídeo

Una vez grabado el vídeo (o los vídeos) tocará ponerlos bonitos. Añadir título, transiciones, subtítulos, o algún efecto; existe software de todo tipo para editar vídeo, desde lo más básico a los programas más avanzados. Aquí hicimos una selección de lo más interesante, por si te sirve de guía.
Ya te adelanto que el vídeo antes de ser editado es algo burdo, pero que el proceso de edición cambia muchas pequeñas cosas para dar lugar a un producto que suele ser muy resultón. Eso sí, no recargues mucho el contenido y recuerda que el protagonista del vídeo que grabamos es precisamente el vídeo; todo lo demás es accesorios a él.

Deja que tus alumnos experimenten

Los protagonistas del vídeo son los chavales que aprenden el proceso, desde el punto de partida hasta el final: debate sobre la idea, guión, dónde se van a realizar las tomas, grabación y producción/edición. El docente pasa a un segundo plano y debe ser un guía, y no el protagonista o "jefe" del equipo de trabajo. Déjales que experimenten y que jueguen con las herramientas, que ellos decidan qué hacer y cómo hacerlo. Si tienen dudas, que piensen y que den vueltas hasta sacarlo; en último término el profesor está ahí para ayudar y para apoyar, para echar esa mano necesaria de vez en cuando.

El objetivo de grabar vídeo para usar en clase es que los chavales aprendan, que fallen y que vuelvan a aprender. Si se cumple con esta premisa, puede que el producto no cumpla con los estándares de calidad para presentar en Cannes, pero desde luego habrán aprendido mucho. Y eso es precisamente lo que buscamos.
Imagen: Flickr de PACAF