“No lo he oído”, “lo tenía en silencio” o “tenía poca cobertura” son las tres principales excusas de los millennials para no coger una llamada telefónica. A esta generación de jóvenes las llamadas les parecen una intromisión y por eso las evitan, convirtiéndose en lo que muchos consideran como la generación muda. “Los millennials y la generación Z han integrado la comunicación mediante plataformas asíncronas, en las que no es necesario que coincidan en el tiempo los dos interlocutores, y les resulta más fácil, cómodo y menos intrusivo”, afirma Enric Soler, profesor colaborador de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC).
Las llamadas consumen mucho tiempo
Recibir una llamada les resulta una intromisión en la vida cotidiana que consume mucho tiempo. Así lo consideran el 75% de los jóvenes entrevistados en el estudio Generation mute, millenials phone call statistics realizado a 1.200 millenials estadounidenses nacidos entre 1981 y 1996. “Es una intrusión que el joven no sabe cuánto tiempo lo mantendrá ocupado y, además, tienen la percepción de que quien llama tiene más necesidad que quien recibe la llamada”, afirma Soler sobre las principales razones de los jóvenes para evitar descolgar el teléfono.
Le siguen la invitación a un evento (55%), tener que hacer un favor (49%) o la confrontación verbal (46%) como las cinco excusas más usadas. “La falta de seguridad en sus habilidades comunicativas ante la conversación presencial y síncrona hace que pongan en marcha mecanismos de defensa como la evitación; si no responden, no hay oportunidad de poner a prueba ese déficit de habilidades”, advierte el psicólogo.
Más allá de la intromisión o de la falta de seguridad, lo cierto es que el 81% de los jóvenes siente ansiedad antes de reunir el valor suficiente para hacer una llamada. "Perciben la llamada tradicional como una estrategia comunicativa arriesgada, porque en una llamada no pueden borrar las palabras pronunciadas en vivo dentro de una conversación. Esto les genera menos seguridad y confianza que, por ejemplo, emplear una nota de voz, formato que les permite repetir su alocución tantas veces como sea necesario antes de enviarla", explica Ferran Lalueza, profesor e investigador de los Estudios de Ciencias de la Información y de la Comunicación de la UOC.
Ansiedad para llamar o para hacer videollamadas
Esta ansiedad se ha visto incrementada por la pandemia debido a las videollamadas. Durante el 2020 las videoconferencias diarias aumentaron un 30% según el Panel de Hogares de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC). “Todos los inconvenientes que les supone una llamada se ven agravados en las videollamadas, que les obligan a mostrarse en vivo, sin filtros, viéndose a sí mismos con todos sus eventuales defectos amplificados y a la vista de los demás participantes”, advierte Lalueza. Sensaciones de nerviosismo e inquietud, miedo a hablar durante las reuniones, cierto pánico escénico, estrés y menos productividad antes de una reunión son algunos de los factores que los expertos han bautizado como Zoom anxiety.
“La ansiedad es matemática: cuanto más alta sea la percepción de amenaza de pérdida de tiempo, de que nos pidan algo, de que nos interrumpan durante un tiempo indeterminado, de no controlar el tiempo invertido en esa comunicación, de incomodidad con el lenguaje no verbal..., y menor la percepción de nuestros propios recursos para hacerle frente, más elevada será la ansiedad anticipatoria de la situación”, detalla el psicólogo.
Generación muda: los más pegados al móvil
“Los millennials (25 a 40 años) y la generación Z (16 a 24 años) son los usuarios más intensivos del móvil y mantienen interacción constante con otras personas a través de las redes sociales y las aplicaciones, pero, paradójicamente, han perdido el hábito de interactuar en directo”, afirma Lalueza. Hoy la generación que nació y adoptó desde la cuna el móvil inteligente es la que menos interactúa en vivo. “No es un problema comunicativo, porque disponen de recursos para hacerse entender, sino un tema de hábitos, que puede reducir a medio plazo el abanico de competencias comunicativas que tienen a su alcance, cosa que ciertamente resultaría empobrecedora”, concluye Lalueza.
No son los millenials los que no cogen el teléfono, son los jóvenes, y esos son los centennial
Los jóvenes y los que no cogen el teléfono son los centennials, los millenials ya están grandes y esos si hacen muchas llamadas
Hola.Vivimos tiempos de Selección Natural,de los que unos son Atraidos por lo que pierden su tiempo participando en todas las video/llamadas (lo mismo no se valoran tanto) y otros Calculadores que Valoran su Privacidad (y tanto robada hoy),por eso precisamente no cogen llamadas (y menos desconocidas).Los que tienen Movil no estan obligados a coger llamadas (por eso se comunican por Mensajerias).Son los quien saben Valorar.El Movil es solo la herramienta “que nos permite” comunicarse,sin Obligarnoslo. Esta gente quiere ser segura sobre sus llamadas y menos ser Victimas luego llorando por lo que les pasa “lo de inesperado”.Hasta este punto hemos llegado con la “Digitalizacion de Hoy” hasta que nos obligo a ser Calculadores,(dandonos cuenta)por Nuestra Seguridad que hay muy poca desde llamadas, hasta el Internet.Unos estan conscientes de ello y otros como si nada permiten ser Atraidos a las trampas.Este articulo es una provocacion mental y digital a distancia,soltando la moraleja barata y despreciando al Usuario “de su uso” de su Movil,llamandoles con nombres raros y generalizando a la gente que al final estan en su derecho usarlo como quieran. Si que pone de los nervios si alguien no contesta…,porque esta en su Derecho “No Contestar” si no quiere incluso…,y ese es el espacio libre y neutral entre “poder contestar y no ser obligado hacerlo”, por eso las Mensajerias son tan comodas,porque se habla con quien quiera (y NO con No Deseado) y cuando quiera, y con Lectura es lo mismo…,pero no todos estan conscientes de ello con tanta Inteligencia de hoy ¿ De verdad la gente tonta se cree que los listos van a decir porque lo hacen lo que hacen??? (incluido que No lo Hacen)…,menudo intento de transparencia mental algunos llevan con esos argumentos: ¿Contesto porque me llama alguien ??? Saludos.
Antes de la aparición del teléfono móvil no se llamaba a las personas, se llamaba a los lugares, teniendo el derecho así a no estar “localizado en todo momento”. Es una práctica que lleva con nuestra sociedad 30 años y que por tanto podemos desechar si no nos gustan sus inconvenientes… Quizás ese mayor uso de los dispositivos no sea solo negativo y nos pueda dar perspectiva de algunas prácticas saludables (aunque otras no lo sean)