Los estereotipos de género comienzan a formarse desde que los niños son bebés. En cualquier caso, no afectan a la forma en que se relacionan entre ellos hasta el inicio del periodo escolar.
Una vez finalizada la etapa Infantil, niños y niñas pasan únicamente un 9% de su tiempo con compañeros del otro género, de acuerdo con un estudio liderado por Lyse S. Eliot, profesora asociada de neurociencia en el Chicago Medical School. Esta polarización por sexo, según apunta la misma investigación, es totalmente natural entre los seres humanos, y ocurre del mismo modo entre monos y simios durante su etapa joven.
El rol del profesorado
No obstante, en la conferencia celebrada en 2012 por la Asociación Estadounidense de Investigación Educativa, ya se hablaba sobre el papel de los docentes en la forma en que los alumnos desarrollan estereotipos y prejuicios basados en el género, ya que su labor dentro del aula puede suponer una gran diferencia.
Uno de los errores que señala Marina Subirats, catedrática del departamento de Sociología en la Universidad Autónoma de Barcelona, es la atención que se presta de forma diferenciada a los alumnos. “No hay datos comparativos recientes, pero el profesorado sigue poniendo más interés en los niños porque llaman más la atención, se portan peor porque son estimulados a demostrar que son fuertes y que son protagonistas. Mientras, a las niñas se les suele otorgar el papel de más maduras e, incluso, se las utiliza para ayudar a la maestra en el cuidado o aprendizaje de los niños”.
La coeducación
Hace algunos años surgió el concepto de coeducación, que buscar sustituir el enfoque tradicional de la ‘educación mixta’ que se limita a organizar a alumnos y alumnas en las mismas aulas, otorgarles el mismo tipo de enseñanza y someterles a las mismas exigencias y evaluaciones.
La coeducación, tal y como apunta el doctor en Ciencias de la Educación Ilich Silva-Peña, se basa en una acción educativa que tiende a generar espacios educativos donde existe igualdad de trato y oportunidades para hombres y mujeres, los que son compartidos en base al respeto, la tolerancia y alejado de todo sexismo.
El enfoque de la coeducación en Educación Infantil, según señala Mª Amparo Rosa Torres en su artículo ‘Estrategias educativas para evitar la discriminación de género’, está avalado por una gran receptividad del alumnado, por lo que se convierte en una etapa idónea para la asimilación de pautas de conducta igualitarias.
De este modo, es necesario que en el entorno educativo comience a trabajarse con la coeducación desde edades tempranas y en todos los niveles educativos, para que así se consiga una igualdad de género efectiva construida desde la base de nuestra formación como personas.