Todos salen beneficiados: alumnos, docentes y la propia localidad en la que se ubica el centro educativo. Es el Aprendizaje Servicio, una metodología cuyas actividades combinan el currículo académico con el servicio comunitario. Se trata de aprender haciendo.
Antes de profundizar en la definición del Aprendizaje-Servicio (ApS) (conocido también como Aprendizaje y Servicio Solidario, AySS) veamos algún ejemplo práctico. El alumnado de Primaria del CEIP El Puche (Almería) ha realizado tareas de restauración en el Parque Garlochí, un espacio público del barrio que había sufrido abandono, deterioro y vandalismo. Esta actividad se enmarcó en el área de Conocimiento del Medio y el aprendizaje de los niños ha sido variado: participación activa y crítica, compromiso cívico, sentimiento de pertenencia, conocimientos y habilidades en las tareas de limpieza, pintura, albañilería y fotografía, entre otras. En definitiva, el objetivo de esta metodología es que los alumnos aprendan a través de la experiencia y haciendo un servicio comunitario en su entorno más próximo.
Con ventajas para todos
Una de las principales características o ventajas del ApS para el alumnado es que promueve diferentes tipos de aprendizaje: mejoran o desarrollan las competencias básicas (todas las del currículo y con énfasis en la competencia social y ciudadana, así como en la iniciativa y autonomía personal); los valores y actitudes prosociales (es decir, aquellos comportamientos que benefician a otros que tienen consecuencias sociales positivas, como pueden ser el esfuerzo, la responsabilidad y el compromiso solidario), según detalla la Red Española de Aprendizaje-Servicio, REDAPS.
>Asimismo, diferentes investigaciones -sobre todo relacionadas con el ámbito académico- han demostrado que el ApS funciona. Y las hay de diferentes universidades españolas, por ejemplo, para valorar la metodología de intervención en el Grado de Educación Social (Universidad del País Vasco) o la formación de los maestros (Universidad Autónoma de Madrid). Y también, por supuesto, internacionales.
El primer paso es tener en cuenta qué tipo de servicio pueden desarrollar los alumnos y qué tipo de aprendizajes llevarán a cabo. También hay que averiguar con qué compañeros institucionales se contará en este 'viaje' y si en él participarán familias o voluntarios.
Esto es un pequeño extracto del reportaje sobre Aprendizaje-Servicio publicado en el Nº 25 de la Revista EDUCACIÓN 3.0 impresa, correspondiente a invierno 2016. Para poder leerlo completo, junto con la opinión de Roser Batlle, pedagoga y emprendedora social y las experiencias prácticas de Manuel Velasco, del Colegio Santa Teresa (León) y de Enedina Escobar y José Manuel Fuentes, de CEPR San Pascual Bailón, (Pinos Puente, Granada) es preciso suscribirse: podéis hacerlo como centro o como particular llamando por teléfono (91 547 00 95) o a través de la página web. ¡Ahora y hasta el 24 de febrero aprovecha el 20% de descuento!