Un informe de Unicef afirma que 1 de cada 3 usuarios de Internet son niños. Este hecho revela que cada vez se comienza antes a navegar por la red. ¿A qué edad deberían empezar a hacerlo? La clave no reside en establecer una edad mínima para empezar a navegar, tal y como afirma Ana Herrera, psicóloga y coordinadora de Orientación del grupo Brains International School. La misión de docentes y padres es controlar que los contenidos por los que navegan son adecuados y racionalizar el uso que hacen de la red.
Controlar el contenido
Aunque Internet es una fuente de información muy útil en las aulas, también entraña algunos riesgos que conviene transmitir a los alumnos. Así, lo que recomiendan los psicólogos es que los niños menores de 13 años accedan a Internet acompañados de un adulto que les guíe y que, además, se activen los controles parentales. No obstante, existen algunos signos que permiten valorar si un niño está preparado para utilizar la red.
5 signos a tener en cuenta
¿Tus alumnos saben diferenciar si un contenido de Internet es verdadero o falso? ¿Conocen los peligros que entraña la red? Estos son algunos indicios que permiten valorar cuándo un menor está preparado para navegar por Internet.
- Sabe que no tiene que facilitar datos personales o privados a extraños: docentes y padres deben enseñar a los niños la importancia de no proporcionar nombres, apellidos, fotografías y números de teléfono a desconocidos a través de Internet.
- Conoce los peligros de Internet: la red tiene aspectos positivos y negativos y es importante que los menores los conozcan todos.
- Diferencia entre contenido verdadero y falso: encontrar información en Internet es muy sencillo, lo complicado es identificar cuál es el contenido relevante y cuál no. La labor de docentes y padres es enseñar a los alumnos qué fuentes son fiables.
- Pide ayuda si se siente acosado en la red: en la red también se producen casos de bullying. Por ello, hay que indicar a los menores de que avisen a un adulto cuando alguien les esté molestando.
- Controla el tiempo que navega por la red: si un niño aprende a establecer un horario limitado para usar Internet, evitará así el abuso o la adicción a esta herramienta.