La creatividad es una de esas habilidades denominadas ‘soft skills’ más valoradas y demandadas tanto en los entornos laborales actuales como en el ámbito de la educación. Sin embargo, etiquetarla como una habilidad blanda no la beneficia en absoluto; en realidad es una herramienta muy potente, central y transversal, que pone en valor al individuo. Es imprescindible su desarrollo desde la infancia, para consolidar este proceso cognitivo durante toda la vida. La creatividad aporta mayor bienestar psicológico y físico a las personas, y debe quedar ya fuera de toda duda que se trata de una moda pasajera.
También es necesario comprender que no podemos restringir su trabajo en el aula a actividades de artes plásticas. Sin duda es una conexión acertada y muy valiosa, pero su aplicación no puede condicionarse exclusivamente a la ejecución de proyectos artísticos. Arte y Ciencia comparten metodología, la científica de resolución de problemas; sin embargo la finalidad de ambas disciplinas no es la misma, y es interesante buscar las vías adecuadas para incorporar la metodología de experimentación resolutiva y el pensamiento de diseño. Y el objetivo general de estas acciones ha de estar focalizado en favorecer el conocimiento profundo y construir un aprendizaje activo, para así enriquecer al alumnado.
Os propongo 5 ideas:
Pon el foco en las personas
Si tenemos en cuenta que 'todo empieza y termina por las personas' y les hacemos partícipes de esta idea, les estaremos orientando hacia la observación y escucha activa de sus necesidades, propias y ajenas, emociones, sensaciones. Estaremos ayudándoles a adquirir distintas perspectivas, una visión nueva desde otro punto de vista y, por lo tanto, orientamos hacia la búsqueda de un replanteamiento de las situaciones. Trabajar en el aula con esta perspectiva favorece también la empatía y la comunicación.
Provoca en la exposición
Despertar la curiosidad, transgredir y evitar el aburrimiento son maneras eficaces para llamar la atención y conseguir una mayor concentración. Al igual que los artistas recurrimos a diferentes vías para divertir y provocar a los espectadores, haciéndolos salir de la rutina, en las aulas también podemos hacerlo. Un modo sencillo y con grandes resultados es conectar los contenidos con sus propios intereses. ¿Ya has indagado cuáles son?
Fomenta la autonomía
Conseguir su implicación máxima y la responsabilidad por su propio aprendizaje, favorecerá también su autonomía. Es necesario para ello conseguir establecer una conexión entre cada persona y su sentido individual del conocimiento. Descubrir las inquietudes de manera individualizada en cada alumno es necesario para encontrar este motivador intrínseco.
Trabaja la imaginación
Ver para creer. Muchas veces si no visualizamos algo en nuestra mente jamás lo llevaremos a la práctica, ni tampoco creeremos en ello. Favorecer la imaginación aproximará la mente a la realidad. Pon en práctica visualizaciones creativas y fomenta el compartir experiencias.
Abre y Cierra
Pero vuelve a abrir. Es importante que tratemos de incorporar una combinación del pensamiento divergente y convergente también en nuestros planteamientos y exposiciones. Condicionar de manera permanente y exclusiva las búsquedas de soluciones, o las evaluaciones del alumno a una única respuesta válida limita los procesos cognitivos desde la infancia.