Los cuentos: necesarios para afrontar los miedos infantiles

Fomentar la lectura de cuentos desde edades tempranas puede ayudar a los menores a superar problemas a la vez que desarrollan sus capacidades lectoescritoras. Así lo destacan dos expertas de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC).

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Cuentos

En un momento de pandemia mundial, los expertos consideran que los cuentos son una buena herramienta para que los menores afronten sus propios miedos y también para que descubran sus deseos o fantasías.

"Los cuentos son como alas con las que los niños sobrevuelan la vida de los personajes y experimentan distintas maneras de vivir y resolver las cosas", explica la psicolingüista y profesora colaboradora de los estudios de Psicología y Educación de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) Débora Chomski. La educadora sostiene que por medio de historias de miedo los menores son capaces de sacar a la luz instintos negativos y rechaza las versiones ‘edulcoradas’ de algunos relatos que evitan los finales infelices.

La importancia de los gestos y las repeticiones  

Cuentos Infantiles Para Superar Los Miedos

Además de los efectos positivos emocionales, los logopedas también valoran la mejora en el lenguaje que suponen los cuentos en edades tempranas. Lamia Hadri Tahiri,  profesora colaboradora del grado de Logopedia de la UOC, , destaca su utilidad "para trabajar todos los aspectos lingüísticos" y, a la vez, "darle un toque lúdico y motivacional" a esta labor. Tanto si el estudiante padece algún trastorno específico del lenguaje como si no, es recomendable que exista en el ámbito familiar un cuento semanal que se repita las veces que él quiera y que le sirva de herramienta para fijar estructuras, aprender vocabulario o mejorar su expresión. Algunas investigaciones también han comprobado cómo los niños adquieren palabras por medio de la insistencia en los mismos relatos.

Por otro lado, la manera en la que los menores integran los cuentos y son capaces, después, de expresarse, depende de cómo desarrollen los adultos la acción de relatar. Alfonso Igualada, director del grado de Logopedia y miembro del grupo GRECIL de la UOC, participó en un estudio en el que se concluía que los niños mejoran la estructura de sus narraciones cuando se les cuentan historias acompañándolas de gestos rítmicos. A partir de una experiencia con dos docentes y estudiantes de entre cinco y seis años, la investigación descubrió que poner énfasis en las palabras clave por medio del lenguaje corporal ayuda a que los pequeños aprendan a contar mejor lo que han escuchado.

Gracias a las historias que aprenden en el ámbito educativo o en el familiar, expone Tahiri, puede mejorarse el lenguaje espontáneo de los pequeños, animándolos a comentar partes del cuento o imágenes que aparezcan en él. La psicolingüista también recomienda la experiencia de cocrear historias, que se basa en dejar huecos para que el niño participe, formule preguntas o exponga sus hipótesis. 

No tener miedo al miedo      

Muchas familias dudan de qué tipo de libros o temáticas pueden plantearse a los menores según las edades, pero Chomski  advierte de que no es bueno sobreprotegerlos. Sí cree positivo que conozcan su entorno y las situaciones con las que se encuentran o podrán encontrarse a lo largo de su infancia. "Dentro de ese bolsillo lleno de magia que el niño necesita para vivir debe haber algo de miedo que permita proyectar a los más pequeños sus temores, sus creencias instintivas y sus tendencias negativas", apunta la experta, que propone también compartir con ellos  algún relato ‘crudo’ para trabajar esos sentimientos.

De este modo, para poder elegir temáticas o libros específicos las editoriales, libreros y bibliotecarios son clave.  

‘Y tú, ¿qué hubieras hecho en su lugar?’

Tanto en el ámbito educativo como en el familiar, la logopeda también insiste en que se permita que el pequeño exponga sus ideas con la invitación de los adultos. El hábito de lectura para esta disciplina es óptimo para mejorar todos los aspectos del lenguaje y para entrenar la lectura y la escritura en todas las edades. Con respecto a la forma, ambas docentes defienden la ayuda de las imágenes, sobre todo a edades más tempranas, y Chomski también apuesta por cuentos digitales y multimedia. Aun así, algunos estudios insisten en que la narración de un adulto, sea docente o familiar, promueve más atención y para los menores es más interesante.

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