“Enseñar en una misma aula y con un mismo sistema educativo a alumnos de uno y otro sexo”. Así define la RAE esta corriente educativa que, realmente, tiene como objetivo promover el desarrollo de niños y niñas libres de estereotipos de género. Eso implica, por ejemplo, una revisión constante del lenguaje empleado en clase, de cómo se trata a los estudiantes independientemente de su sexo, de las reacciones a sus notas o comportamientos.
Las instituciones públicas han reconocido su importancia con la elaboración de una ‘Guía de Coeducación’ por parte del Instituto de la Mujer, perteneciente al Ministerio de Igualdad. En ella, se reconoce que la coeducación ha servido para cuestionar los planteamientos tradicionales del modelo educativo español, en el que se confundía igualdad de acceso a la educación con la educación para la igualdad de oportunidades. “Esa supuesta igualdad no resulta ser tal y, hoy por hoy en la escuela todavía perduran elementos que reproducen y perpetúan el sexismo y las diferencias entre los futuros hombres y mujeres que formarán nuestra sociedad”, citando textualmente. De la mano de estudios y recomendaciones, analiza qué se entiende por coeducación y qué elementos determinan el modelo, ofrece una panorámica de la situación en España y recoge buenas prácticas o consejos para desarrollar una buena práctica educativa.
Un ejemplo práctico
Ya son muchos los profesores y centros que se basan en la coeducación para la elaboración de sus programas formativos y el desarrollo del currículo. Pero, ¿qué actividades y planteamientos se pueden llevar a cabo para desarrollar este enfoque en los centros? Los docentes que no sepan por dónde empezar tienen a su disposición la guía didáctica ‘Vivir en Igualdad’, elaborada por el Ayuntamiento de Málaga para potenciar al máximo las capacidades del profesorado, favoreciendo su participación, el intercambio de ideas y el consenso, planteando los distintos temas de una forma abierta, activa, motivadora y vivencial para conectar con las necesidades del alumnado. En este sentido, plantea cuatro ámbitos o temas en los que es necesario trabajar.
Los tres pilares básicos del enfoque de género
Si se desea poner en marcha un modelo coeducativo de enseñanza que favorezca la equidad en las aulas, el Ayuntamiento de Málaga sugiere empezar por analizar la situación en la que se encuentran los centros educativos. La detección del sexismo, el uso del lenguaje para la igualdad y la consecución de espacios tanto reales como simbólicos son los tres pilares en los que hay que trabajar para introducir un enfoque de género, según el manual. En este aspecto, no solo la figura de los docentes es fundamental, también la de las familias, que suelen repetir los estereotipos y roles de género.
Propuestas por la igualdad
El profesorado elaborará una serie de propuestas y acciones enfocadas a trabajar junto con la comunidad educativa la coeducación en las aulas. El objetivo de esta actividad es motivar a los docentes a que trabajen por la equidad de género en los centros.
La equidad en la educación
Partiendo de la idea de que el sistema educativo actual se basa en un modelo de escuela mixta que defiende una educación igualitaria, pero que no dota de suficiente relevancia a las políticas de género y no existe una igualdad plena en el ámbito curricular y pedagógico, la guía propone:
Debate sobre la película ‘La Sonrisa de Mona Lisa’
Se basa en la proyección de varias escenas de la obra para que los menores debatan sobre el día a día de las alumnas de una escuela femenina de los años 50, en la que sus aspiraciones y metas se ven sometidas a las exigencias de una sociedad marcada por la conformidad y la tradición. De este modo, podrán reflexionar sobre las desigualdades heredadas de la escuela tradicional que aún persisten en la escuela mixta.
Trabajo coeducativo en el currículum
Es necesario trabajar por un currículum que sea motivo de reflexión y de cambio tanto en espacios comunes como en las aulas y en el que se tomen en cuenta los intereses, necesidades y experiencias de todo el alumnado. La escuela puede estar transmitiendo una enseñanza sexista y no ser consciente de ello. Por eso, es imprescindible una formación del profesorado en igualdad y analizar con sentido crítico qué actitudes se trasladan en las aulas.
Juego de roles
Para hacer pensar a los estudiantes sobre el modo en que los hombres y las mujeres se educan y socializan basándose en las características de una cultura que atribuye roles fijos y estereotipados a cada género en función de su sexo biológico. Con esta dinámica, por grupos o por parejas, se realiza un ‘estudio’ de los roles de género que los menores tienen a su alrededor.
La escuela como espacio educativo en el ámbito familiar, lúdico, mediático y profesional
La familia, la escuela y los medios de comunicación son modelos que potencian los estereotipos presentes en la sociedad, manifiesta la guía. Por eso, ha contribuido y todavía contribuye a la transmisión de modelos sexistas, sobre todo en la orientación profesional y vocacional. Para trabajarlo sugiere una actividad para los docentes:
Expectativas laborales en el aula
El equipo docente deberá realizar un análisis de las posibilidades de inserción laboral que la institución educativa proporciona al alumnado, teniendo presente la perspectiva de género. Se llevará a cabo en grupos y las conclusiones pueden ser compartidas y explicadas con el resto de la comunidad educativa.