La ley educativa de la LOMLOE engloba diferentes normativas que son las encargadas de establecer la ordenación y las enseñanzas mínimas de cada una de las etapas de enseñanza a nivel estatal. En el caso de la Educación Primaria, esta normativa se corresponde con el Real Decreto 157/2022, de 1 de marzo, que trae consigo importantes cambios que van a ayudar a que los estudiantes desarrollen las siguientes capacidades:
- Aprender a ser. Permite al alumnado desarrollarse integralmente fomentando su autoestima, capacidad de esfuerzo y refuerzo de sus valores.
- Aprender a hacer. Gracias a las competencias básicas los estudiantes sabrán comportarse socialmente, comunicarse de manera adecuada, trabajar en equipo, solucionar conflictos y tener iniciativa.
- Aprender a convivir. Implica tomar conciencia de las semejanzas y de la interdependencia entre los seres humanos poniendo como punto de partida los valores democráticos de nuestra sociedad.
- Aprender a saber. Significa dominar los instrumentos del saber, organizar las estrategias necesarias para adquirir el conocimiento y ampliar los que ya existen.
Cómo se aplica en Primaria los conceptos clave de la LOMLOE
Durante esta etapa educativa, los conceptos clave (algunos ya eran conocidos) en los que profundiza esta ley de enseñanza se abordan de la siguiente manera:
Competencias clave
Para alcanzar las capacidades descritas anteriormente es fundamental desarrollar un conjunto de competencias clave. Estas no solo facilitan el desarrollo integral de los estudiantes sino que también aseguran prepararles para enfrentar los desafíos futuros como la empleabilidad, la integración social o un estilo de vida sostenible y saludable. A las competencias que ya existían (comunicación lingüística, plurilingüe matemática y en ciencia, tecnología e ingeniería, digital, personal, social y de aprender a aprender, ciudadana y competencia emprendedora), la LOMLOE introduce una más: la competencia en conciencia y expresión cultural.
Perfil de salida
En este contexto, el perfil de salida adquiere un papel fundamental. No solo orienta las decisiones curriculares sino que establece el nivel competencial al que aspiramos que los estudiantes lleguen al finalizar la Educación Primaria. La transversalidad es indispensable para conseguirlo porque todos los aprendizajes contribuyen a la adquisición de las competencias clave y, además, es necesario analizar los descriptores operativos.
Descriptores operativos
Para alcanzar el perfil de salida y las competencias clave es necesario secuenciar el proceso. Así, los descriptores operativos detallan lo que el alumnado ha alcanzado en cada competencia al finalizar Primaria. Este perfil es integrador y no específico de ninguna área.
Competencias específicas
Están estrechamente relacionadas con cada área del conocimiento y hacen referencia a los desempeños que los estudiantes pueden demostrar en actividades que requieren el dominio de los saberes básicos de cada área. La conexión entre competencias específicas y descriptores operativos es esencial para evaluar el progreso y nivel de competencia en relación con el perfil de salida establecido.
Saberes básicos
Son los conocimientos, las destrezas y las actitudes que constituyen los contenidos propios de un área y cuyo aprendizaje es necesario para la adquisición de las competencias específicas.
Situaciones de aprendizaje
Hace referencia a las actividades y tareas que implican el despliegue, por parte del alumnado, de las actuaciones asociadas a las competencias clave y específicas. Sus características más importantes son las siguientes: el desarrollo competencial, la flexibilidad, la accesibilidad, sus diferentes tipos de agrupamientos y recursos, su respuesta a los retos del siglo XXI, y finalmente, que tienen objetivos definidos a alcanzar.
Criterios de evaluación
No son una novedad en sí, pero han ganado protagonismo ya que se han eliminado los estándares de evaluación. En este sentido, son muchos los docentes que encuentran dificultades a la hora de ponerlos en práctica ¿por qué? En primer lugar, porque se debe estudiar la relación existente entre los criterios de evaluación y las competencias específicas. Además, es necesario dotar a cada criterio de un instrumento de evaluación (exposición, un mural…) y adjudicarle un porcentaje del nivel (nota final). Por último, convertir estos resultados en una calificación cualitativa por medio de una escala previamente realizada.