Hilvanadas a partir de un ‘leit motiv’ común o algunos ejes conceptuales compartidos. Tejidas para fortalecer aún más una sólida vocación innovadora. O para irradiar su ejemplo a centros que dan sus primeros pasos -o ni siquiera se han adentrado- en los dominios de la renovación pedagógica. Locales, autonómicas, nacionales. Impulsadas por las administraciones. Iniciativa de un particular u organización privada.
Un tupida geografía de redes de centros se expande por toda España. Arrojan una imagen policromática aunque unida por tonalidades persistentes: compartir sabiduría y experiencias, aprender unos de otros y apoyarse mutuamente en las procelosas aguas del cambio.
Una iniciativa pública
Varias consejerías financian y apoyan por distintas vías sus propias redes regionales. Para acceder a ellas, se lanzan convocatorias abiertas y las escuelas se postulan. O bien es la propia administración quien realiza una selección previa e invita a determinados colegios e institutos a participar. Es el caso de Centros BITS en Castilla y León, que congrega a 16 colegios y 5 institutos. “Se observó, tras una evaluación de la que ni siquiera fuimos conscientes, que nuestro centro destacaba en cuanto a prácticas innovadoras y nos llamaron”, cuenta Inés Soria, jefa de estudios del IES Antonio Machado (Soria).
Aunque el acrónimo BITS responde a centros bilingües, inclusivos, tecnológicos y seguros, el programa apuesta ante todo por un fomento colaborativo de las metodologías activas. Común denominador que se traduce en “contactos y visitas frecuentes entre nosotros, facilidades para la formación, además de recursos materiales y humanos”, continúa Soria. La jefa de estudios explica que su centro cuenta, desde hace años, con un núcleo innovador muy potente, “excelentes compañeros que estaban apostando de forma individual por nuevas formas de enseñar”. Ser centro BITS ha permitido que “más profesores se hayan ido uniendo, un proceso que a su vez ha derivado en la apertura del instituto a toda la sociedad soriana”.
Club restringido
Diferente es el caso de Extremadura, donde existen siete redes temáticas con objetivos dispares, si bien todas operan bajo el paraguas de la transformación pedagógica. Algunos centros enfatizan su dimensión ecológica o la cultura de la paz. Otros ponen el foco en despertar el espíritu de emprendimiento o cultivar la inteligencia emocional entre el alumnado. Por su parte, un convenio público-privado entre la Generalitat de Catalunya y varias entidades (fundaciones Jaume Bofill y La Caixa, Unesco...) sustenta Escola Nova 21. Esta red cuenta con 15 centros de cualquier titularidad que actúan como referentes innovadores. A su vez, multitud de redes locales dinamizan a pequeña escala los enfoques disruptivos en las aulas catalanas.
Quizá sean las Escuelas Changemaker de Ashoka el club más restringido de la innovación educativa en nuestro país. Sólo 12 centros españoles pertenecen a la red, que forma parte de una comunidad global más amplia en la que el fin primordial es convertir a los alumnos en agentes del cambio social.
Apuesta por la investigación
Al otro lado del espectro, el proyecto Centros Innovadores nació en 2016 como una ambiciosa mezcla de apuesta investigadora y malla interescolar. Con distintos niveles de implicación, más de 700 colegios e institutos han aportado su conocimiento y buenas prácticas, siempre desde un prisma en el que la innovación queda supeditada “a la mejora de la eficacia formativa”, explica Pere Marquès, su director e impulsor.
Marquès insiste en el espíritu de apertura y proyección máxima que inspira al proyecto. “Algunos centros han quedado consagrados como innovadores y están muy conectados entre sí. Pero el 95% restante los ven como muy lejanos. Nuestra red pretende que las escuelas situadas fuera de los núcleos de innovación se acerquen”. La iniciativa del catedrático de Secundaria (ya jubilado) produce materiales sobre claves de “innovación sistémica” que, comenta, “se distribuyen ‘urbi et orbi’”. También organiza jornadas por todo el territorio nacional (hasta 19 el pasado año), mientras que casi 100 “centros anfitriones de aulas abiertas” están disponibles para visitas.Lejos de alentar la competición entre sí, el alma mater de Centro Innovadores ve la proliferación de redes de innovación en España como una excelente noticia: “todas somos compatibles, todas sumamos”.