El 24,4% de los alumnos reconoció haber participado en algún acto calificado de acoso escolar sin darse cuenta durante el curso escolar 2021-2022. Esta cifra, incluida en el IV Informe ‘La opinión de los estudiantes’ elaborado por las fundaciones Mutua Madrileña y ANAR, coincide con el número de estudiantes que cree que en su clase hay bullying, lo que supone un repunte con respecto al año de la pandemia, cuando el bullying fue detectado por solo el 15,2% de ellos.
En cuanto al tipo de acoso, el más común en el último curso fueron los insultos, motes y burlas (89,5%), mientras que el resto de formas de meterse con la víctima se redujeron. Los golpes y patadas pasan del 38% de 2020-2021 a un 31,8% en el estudio actual.
Motivos y agresores
La mitad de los alumnos piensa que el acoso escolar afecta a una sola persona y que la víctima lo lleva sufriendo desde hace más de un año, como indican los porcentajes del informe. Entre los motivos por los que se produce el acoso escolar destacan el aspecto físico de la víctima (56,5%) y las cosas que hace o dice (53,6%). Menos frecuente, pero también destacable, son sus buenas notas (20,7%).
Por otro lado, llama la atención el hecho de que en el 72,6% de los casos la agresión se lleva a cabo entre varias personas; una situación cada vez más común en los últimos años y que ya alcanza a tres de cada cuatro casos de acoso escolar (frente al 43,7% en 2018 y 2019).
Disminuye el ciberbullying
Por otro lado, solo un 8,2% del alumnado piensa que alguien en su clase es víctima de ciberbullying (16 puntos porcentuales menos que en 2020-2021). Sin embargo, son conscientes de que los acosadores son compañeros del centro: en el 85,2% de los casos comparten clase. Una tendencia que se mantiene es la principal vía por la que se produce: WhatsApp, con un 66,9%. El estudio revela otras redes sociales no mencionadas en encuestas anteriores, como son Instagram (53,1%) y TikTok (48,6%), que se perfilan como nuevos medios para el acoso. En estas situaciones, para enfrentarse al problema y evitarlo, los menores eligen como primera opción la de comunicárselo a un adulto (29,1%), a la que le sigue el borrar o bloquear la cuenta y eliminar los mensajes (20,8%) o denunciar al acosador (20,1%).
¿Cómo actúan docentes y centro?
En cuanto a la percepción que tienen los estudiantes sobre la respuesta del centro a los casos de acoso, sigue resultando llamativo que un 45,4% perciba que su profesor no hace nada y hasta seis de cada diez (61,7%) que su centro escolar no actúa. Asimismo, casi la mitad cree que sus compañeros no reaccionan frente a este tipo de situaciones.
Es un dato que choca con la percepción de los docentes: ellos, indica el estudio, suelen enterarse de estas situaciones de acoso escolar principalmente a través de los compañeros o testigos; luego, de la familia o del alumno afectado y, en último lugar, por la propia víctima.
El profesorado opina que el uso indebido de las nuevas tecnologías y redes sociales (95,2%) es el aspecto más decisivo a la hora de que se produzca este tipo de casos, seguido por la presión del grupo (94,3%), la falta de respeto a las diferencias (93%), y de una gestión emocional adecuada para resolver conflictos (92,1%), así como la normalización de la violencia (91,3%).
Ven a los agresores como personas que tienen un aire de superioridad (76,7%) y ausentes de habilidades sociales (73,5%). En Primaria, destacan los problemas psicológicos del agresor (inseguridad, baja autoestima, frustración, miedo al rechazo…) (55,6%) como el motivo más frecuente.
En cuanto a las acciones que proponen para que las familias contribuyan a prevenir el acoso escolar están el prestar más atención a sus hijos (88,5%), hacer buen uso de las nuevas tecnologías/redes sociales (88,1%) y educar en valores (86,7%). Aunque las intervenciones que consideran más efectivas son la sensibilización y prevención de especialistas (86,3%), protocolos de actuación (78%) y formación del profesorado (75,3%).