¿Te imaginas a un trabajador de la construcción trabajando en una obra sin casco? ¿A un bombero sin un traje ignífugo? ¿O a un soldador sin gafas de protección? Sin estos elementos, no podría garantizarse su integridad física, ni tampoco se promovería un entorno de trabajo eficiente y productivo. Son los conocidos como equipos de protección individual (EPI), que hacen referencia a todos aquellos equipos destinados a ser llevados o sujetados por el trabajador para que le proteja de uno o varios riesgos que puedan amenazar su seguridad o su salud en el trabajo, así como cualquier complemento o accesorio destinado a tal fin. 

Las botas de seguridad, claves para reducir la siniestralidad 

Entre los EPIS más utilizados destacan especialmente las botas de seguridad como elemento esencial para prevenir accidentes: los pies son una de las partes del cuerpo más expuestas a riesgos en una amplia variedad de entornos laborales. Por ello, están diseñadas para proteger contra multitud de peligros, incluyendo impactos por objetos pesados, perforaciones, quemaduras químicas y térmicas, descargas eléctricas o resbalones en superficies peligrosas, entre otros sucesos. Además, proporcionan soporte adecuado, reduciendo la fatiga y previniendo lesiones musculares y óseas.

Existen diferentes categorías de botas de seguridad según la normativa vigente (SB, con puntera de seguridad que soporta impactos de hasta 200 julios; S1, las que incluyen las características de SB más propiedades antiestáticas y absorción de energía en el talón; S2, que añaden resistencia a la penetración y absorción de agua; y S3, que Incorporan resistencia a perforaciones y suela con tacos para mayor tracción). Y es importante que cada empresa sepa qué calzado de seguridad deben utilizar sus trabajadores. Para facilitar esta tarea, el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, a través del Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo (INSST), ha elaborado la ‘Guía orientativa para la selección y utilización de EPI, calzado de uso profesional’. 

Este documento ofrece pautas detalladas para la correcta elección y uso del calzado de seguridad, destacando la importancia de cuestiones como garantizar la compatibilidad del calzado con otros EPI utilizados simultáneamente o considerar aspectos ergonómicos y de confort, asegurando que el calzado se adapte correctamente al usuario y no genere molestias durante su uso prolongado. La guía del Ministerio de Trabajo enfatiza, además, que una adecuada selección y utilización del calzado de seguridad no solo previene accidentes, sino que también contribuye a mejorar la eficiencia y bienestar de los trabajadores. 

Botas de seguridad protección

El impacto de la prevención de riesgos laborales en la inserción profesional

En definitiva, contar con el equipo de protección adecuado, incluyendo botas de seguridad certificadas, es un requisito indispensable en numerosos sectores, como la construcción, la industria manufacturera y la logística. Y es algo que no solo deben tener en cuenta los empleadores. De hecho, un trabajador que comprenda la importancia de la seguridad laboral y conozca la normativa establecida en lo que a prevención de riesgos laborales (PRL) y en el uso correcto de los EPI se refiere, tendrá más posibilidades de conseguir un trabajo que uno que no cumpla esta premisa. ¿La razón? Con ello no solo protege su propia seguridad, sino que también contribuye a un ambiente laboral más seguro, reduciendo el riesgo de sanciones y aumentando la productividad. Además, en muchas empresas, la formación en esta cuestión permite acceder a cargos de supervisión o coordinación dentro de la seguridad laboral, como pueden ser encargados de obra, jefes de equipo o responsables de seguridad.