Con el comienzo del verano, los más pequeños de la casa tienen más tiempo libre. Además de dedicarlo a jugar y divertirse, también es recomendable que repasen los contenidos que han estudiado durante el curso e incluso que ayuden en las tareas del hogar. Veamos cuáles son las habilidades y valores que fomenta su colaboración en casa:
Independencia
Conocer las tareas del hogar es un aspecto fundamental para todo adulto y, sin embargo, es una de las lecciones que menos se tratan en la escuela. Por ello, conviene que los niños aprendan en casa a doblar la ropa, tenderla, pasar la aspiradora, utilizar la fregona, cocinar comidas sencillas… En definitiva, una serie de tareas muy diversas pero básicas con las que poco a poco podrán ganar en autonomía.
Sentido de la responsabilidad
Si aprenden que hay ciertas tareas que deben cumplirse y que les corresponde a ellos asegurarse de que están bien hechas, aprenden sin darse cuenta sobre la responsabilidad personal. Verse envueltos en esta dinámica durante su desarrollo como personas les permitirá llegar a ser, algún día, adultos más completos y capaces.
Sentimiento de realización
Una de las mayores recompensas del trabajo bien hecho es la sensación de satisfacción y orgullo que conlleva. Dominar una tarea aumenta la autoestima y el nivel de confianza de un niño y le ofrece una lección muy importante: cuando las cosas se hacen bien, uno se siente bien. Esto les ayudará a trasladar esa metodología a otras áreas de trabajo.
Ética de trabajo
Comprender el valor y la necesidad del trabajo duro y organizado durante la infancia y la adolescencia es esencial para convertirse en un adulto trabajador que, por lo tanto, tendrá más probabilidades de ser exitoso. Al exigirles a los niños que completen tareas regulares y hacer que rindan cuentas en caso de no cumplirlas, los padres y cuidadores están ayudando a sus hijos a desarrollar una fuerte ética de trabajo que les acompañará durante toda su vida.
Planificación
Aprender a pensar con anticipación en lo que se debe hacer, es decir, planificar, es una habilidad que todo adulto necesita y que se puede obtener ayudando en la casa. A los niños hay que dejarles participar en la planificación de las tareas: cuándo van a hacerse, cómo van a hacerse, quién va a encargarse de cada una… Así, se sentirán más comprometidos e involucrados y comenzarán a comprender cómo se gestiona un hogar; un conocimiento que aplicarán cuando tengan que organizarse para la realización de otro tipo de tareas.
Igualdad
Teniendo en cuenta los estereotipos de género presentes en nuestra sociedad en los que las tareas domésticas son concebidas como 'actividades de mamá', se trata de una gran oportunidad para hacer ver a los más pequeños (tanto niños como niñas) que ellos también deben ser partícipes. Así, crecerán con la gran costumbre de que todos tienen que participar para mantener la casa en orden y que eso no le corresponde solamente a las chicas.