La amistad y el compañerismo son dos valores fundamentales que hay que desarrollar desde pequeños. La maestra de Primaria María José Martínez Garrote propone algunas lecturas para trabajarlos en el aula y en casa.
Un amigo o amiga no es solo aquella persona con la que sentirse bien y a gusto, sino también alguien en quien confiar y con quien hablar, reír, jugar, contar confidencias, compartir afinidades, secretos, descubrimientos, aventuras e ideas. Del mismo modo, es alguien a quien poder ayudar, consolar o abrazar cuando lo necesite, y viceversa. En este aspecto, la literatura abre una puerta enorme para acercar a los estudiantes los valores de la amistad y el compañerismo. Las siguientes lecturas desvelan cómo se crean, se fortalecen, se forjan y se mantienen amistades a lo largo del tiempo.
Índice de contenido:
Chole es una niña de doce años que no tiene amigos; vaya donde vaya siempre tiene la sensación de que no acaba de encajar. A la pequeña le encanta inventar y escribir historias, pero no tiene a quién contarlas. Un día, se sienta a hablar con el vagabundo de su barrio, al que llaman señor Fétido. Será entonces cuando Chloe descubra que este personaje es una persona encantadora: habla con un tono exquisitamente educado y es sorprendentemente sabio; disfruta de la oportunidad de escuchar, de hablar y de tratar de ayudarla. Además, su pasado es fascinante. Chloe, amable, atenta y generosa, decide alojar a su nuevo amigo en casa y lo esconde en el cobertizo. ¿Qué opinará su familia de este invitado sorpresa?
Ser buenas amigas significa disfrutar a la hora de compartir momentos en el día a día, aficiones, secretos, inquietudes, juegos, gustos, risas, tristezas, emociones, preocuparse por el bienestar de la otra… Sin embargo, también hay instantes en que surgen las diferencias, los enfados, las rabietas y las opiniones diferentes. Evidentemente, la amistad está forjada de cálidas complicidades, pero también de intensos desencuentros e intercambios de pareceres que pueden hacer tambalear los cimientos de una unión que parecía muy sólida e inquebrantable. Por ejemplo, a las protagonistas de este libro no siempre les gustan las mismas cosas: mientras una quiere correr a la hora del recreo, la otra prefiere cantar o crear coreografías. Sin duda, la amistad tiene sus vaivenes pero hay que cuidarla porque… ¿qué haríamos sin nuestras mejores amigas?
La familia de Lea se muda de París a un pequeño pueblo en mitad del campo. A la niña no le gusta su nueva casa en medio de la nada. Además, no tiene amigos y se siente inmensamente sola y aburrida. Para hacer nuevas amistades decide preparar un cuestionario a modo de entrevista. Muy resuelta, con papel y lápiz en mano, comienza a redactar las preguntas clave: ¿qué te gusta más: la mayonesa o el kétchup?, ¿prefieres una amiga que se parezca a ti o que sea completamente diferente?, ¿para qué sirven los amigos?, ¿te has peleado alguna vez con alguna amiga?, ¿te alegras cuando una amiga consigue hacer una cosa difícil? Hasta llegar a la pregunta número veinte: ¿Quieres ser mi amiga? La búsqueda de candidatas no resulta fructífera ya que no encuentra a nadie que tenga el perfil, pero ella sigue buscando. ¿Encontrará nuevos amigos que cumplan todos los requisitos que ha diseñado cuidadosamente en su test? O… quizá a los amigos no hay que someterlos a tantas preguntas.
Un niño extraterrestre llega de intercambio a la escuela y a la casa de Tomás. El pequeño ser no acaba de adaptarse al funcionamiento de determinadas cosas que suceden en la Tierra. Especialmente, no comprende ciertos comportamientos y actitudes que le parecen no solo poco apropiados sino que no deberían producirse. Por ejemplo: le sorprende que un niño mayor amenace a otro más pequeño para que le de su bocadillo a la hora del patio. Tampoco encuentra lógico que los amigos de Tomás se rían de un compañero porque juega con las niñas. Tomás le explica que las cosas siempre han sido así y que no se puede hacer nada para cambiarlas. Pero es tanta la persistencia del extraterrestre que Tomás pierde la paciencia y desea con todas sus fuerzas que llegue el momento en que regrese a su planeta. ¿Dejará huella la presencia del pequeño extraterrestre en la mente de Tomás?
Bir y Eto son dos grandes amigos. Juegan a explorar el mundo y, con sus desbordantes imaginaciones, inventan infinitas historias. Tan sólo necesitan unas grandes cajas de cartón para convertirse en piratas que navegan por mares tempestuosos, transformarse en soldados, reyes o astronautas y estallar en carcajadas. Otras veces, disfrutan en silencio de las espectaculares vistas del valle. ¡Su amistad es muy sólida! Pero un día un niño llamado Chu quiere unirse a ellos. Sin titubear, lo acogen. Sin embargo, Bir está furioso y enfadado porque no acaba de aceptar que Chu comparta con ellos sus juegos y decide quedarse en casa. Eto y Chu van a casa de Bir para que juegue con ellos, pero Bir les evita una y otra vez aunque, en realidad, se siente solo y añora los juegos compartidos. Para su sorpresa, Eto y Chu se presentan en la puerta de su casa con una enorme caja de cartón magníficamente decorada con cometas, latas y ruedas. ¡Es un cohete supersónico con tres cabinas!
El lobo, solitario y hambriento, sueña con su comida favorita: un suculento estofado. Está harto de su dieta vegetariana basada en sopa de verduras. De repente, una ovejita llama a su puerta. La desvalida ovejita se ha perdido y le pide cobijo porque está nevando muchísimo. El lobo quiere aprovechar su gran oportunidad porque ahora ya tiene el ingrediente principal para su delicioso estofado. Como buen gourmet, tiene que procurar que la ovejita esté en óptimas condiciones para ser cocinada, pero, se da cuenta de que está fría, hambrienta, tiene hipo y sueño. Por lo tanto, el lobo considera que, si se la come, no le sentaría muy bien. Poco a poco, el lobo siente ternura y empatía por la ovejita hasta el punto de hacer todo lo posible para que se sienta reconfortada y a gusto. Es tanto el cariño que le tiene que decide echarla de su casa para evitar comérsela. ¿Cocinará el estofado con el que sueña desde hace tiempo o seguirá con su aburrida dieta vegetariana?
En el Colegio Verne de Jóvenes Inventores estudian Sebas y Daniela, dos niños que con la ayuda de la tortuga Pat consiguen algo que parece imposible: viajar en el tiempo, en concreto hasta la Prehistoria donde conocen a Knut y a su cría de mamut. Se unirán a ellos y al resto de su tribu para ayudarles a recuperar un objeto de gran valor para ellos. Este libro es recomendable a partir de los 7 años de edad y sus páginas -además de hablar de compañerismo, amistad o lealtad- ayudan a descubrir cómo era la vida en la Prehistoria y el origen de los números y el calendario.
Esta lectura para niños de 8 a 10 años no sólo fomenta el valor de la amistad, pues también habla del amor, la familia o el sentimiento de superación personal. Cuenta la historia de Vlad, un vampiro de corta edad diferente a los de su especie porque no puede transformarse en murciélago: el sabor de la sangre no le gusta y cuando un nuevo día amanece no duerme porque prefiere leer. Un día sus padres tienen que viajar a Transilvania y le dejan como tarea una lista con un montón de deberes vampíricos. Minxie, su amiga humana quiere ayudarlo. La gran duda que planea sobre ellos es si podrán mantener su amistad en secreto sin que el abuelo de la niña les descubra.
En la adolescencia los amigos tienen un papel fundamental y las situaciones a las que los jóvenes se enfrentan parecen llevarse de forma distinta. ¿Qué le está pasando a Luki-live? Ha vuelto de sus vacaciones y no parece ser el mismo porque hace cosas muy extrañas, viste de manera estrafalaria… Su mejor amiga, Ariane, está preocupada por lo que le puede estar sucediendo y no sabe qué hacer frente a este cambio tan radical. Una lectura sugerida a estudiantes a partir de 12 años.
Este libro está recomendado a partir de los 8 años de edad y relata el sueño de dos amigos, Ada y Miguel: publicar un libro juntos para compartirlo con el resto del mundo. Tendrán que buscar un editor, una imprenta, alguien que distribuya su obra… Para lograr su propósito vivirán una auténtica aventura donde habrá muchos buenos momentos y otros que no lo son tanto.
Siempre animo a mis hijos a leer libros, leer muchos libros. ¡Y aquí me das títulos que son realmente buenos para ellos!