Las cacas, el pis, los eructos o los pedos son algunos de los fenómenos naturales protagonistas de estos libros infantiles propuestos por la maestra María José Martínez Garrote y que tratan de normalizarlos a través de divertidas historias.
¿Cuántas veces hemos oído y pronunciado el escatológico ‘caca-culo-pedo-pis’? Sin duda, forma parte de la infancia de buena parte de la población. Al ser consideradas palabras ‘prohibidas’, tabú e incluso palabrotas, no solo hacen gracia, sino que provocan las carcajadas en los más pequeños. Además se prestan a la rima y a la repetición en bucle. Todos estos temas escatológicos les producen atracción y magnetismo, más aún cuando ayudan a llamar la atención de los adultos que les rodean o con quienes conviven.
Estas palabras 'prohibidas' forman parte del descubrimiento del propio cuerpo y de la naturaleza. Poco a poco, se van sustituyendo por eufemismos como esfínteres, heces, excrementos, ventosidades, flatulencias, gases intestinales, mucosidades, secreciones nasales… A continuación, propongo algunas lecturas con el fin de desmitificar estas cuestiones escatológicas y abordarlas con humor y naturalidad.
Índice de contenido:
Una curiosa asamblea en el claro del bosque en la que los animales se han reunido para decidir cuál de ellos hace la caca más bonita del mundo es el argumento principal de este cuento. En él, el ratón, la ardilla, el hurón, el tejón, el zorro, la comadreja, el lobo y el ciervo se disponen a debatir. Cada uno de ellos se muestra muy orgulloso de hacer la caca más hermosa. Las comparan, pero no se ponen de acuerdo dada la variedad de los excrementos: alargados, compactos, fibrosos, densos, oscuros, brillantes… Tan ensimismados están en la discusión que no se dan cuenta del gran peligro que acecha: un cazador les está observando.
Como cada año, el rey Pedorro I llama al ministro de pedos y cacas para que convoque el gran concurso de la caca. Sus súbditos se preparan para presentar con suma elegancia las cacas más artísticas como requieren las bases de la competición. La vaca, el conejo, la tortuga, el perro, el caballo, los ratoncitos… y así un sinfín de animales aceptan el reto y ponen a trabajar su imaginación para exhibir sus ‘obras de arte’. Con gran entusiasmo, van desfilando y mostrando sus cacas. Desde el balcón del castillo, el rey observa expectante. ¿Cuál será la ganadora de este año? ¿Cuál se alzará con la victoria? ¿Cuál será digna de ser recordada como obra de arte?
El mono anuncia que se va a celebrar un concurso de pedos en el río en el que pueden participar todos los animales de la jungla. Todos ellos se preparan y se esfuerzan para tan particular ocasión: el rinoceronte produce un pedo sonoro como un estallido, el hipopótamo crea una bomba submarina que emerge formando una gran burbuja, la cebra emite gases como petardos y el elefante logra un descomunal y monstruoso pedo. En medio de tan difícil deliberación, se oye un eco poderoso que procede de unos arbustos. ¿Qué animal habrá sido capaz de producir semejante pedo?
Este álbum ilustrado de divulgación y ciencia nos explica cómo funciona la fábrica de gases intestinales que posee el organismo. Precisamente, son el pedo y el eructo quienes instruyen sobre la familia a la que pertenecen: la de los gases. Proporcionan información sobre ¿cuándo aparecen?, ¿por qué se originan?, ¿de qué están formados?, ¿hay que controlarlos o dejarlos escapar?, ¿han sido aceptados a lo largo de la historia?, ¿suenan igual en todos los idiomas?, ¿algunos han aparecido en el Guinness World Record? Curiosidades y anécdotas pueblan las páginas de este álbum que también ofrece una serie de consejos para disimular el ruido que les acompaña cuando son expulsados en lugares poco apropiados.
Cada vez que Lulo come, eructa y tiembla la tierra. Si está en el bosque comiendo semillas, el eructo es de tal potencia que los animales huyen de su lado. Un día bebe mucha leche y se le hincha tanto la tripa que decide ir al médico. Con cada paso que da, expulsa un estruendoso eructo. Se produce tal vendaval que todos temen que el pueblo salga volando. Ante el caos, el alcalde y los ciudadanos no lo quieren más allí. Lo destierran y el monstruo tiene que irse bien lejos. Sin embargo, años después, la aldea se ve amenazada y todos recurren a Lulo para buscar una solución al problema. Conduce a la reflexión de que es importante saber pedir perdón y perdonar para lograr una grata convivencia más allá de los defectos y virtudes de cada uno.
El pequeño pirata Serafín y su tripulación ponen rumbo a Islachís. Allí descubren que está habitada por narices gigantes que les atacan con mocos verdes y pringosos. Serafín queda atrapado en uno de ellos y su tripulación le rescata, pero el pirata amanece al día siguiente con un colosal resfriado y de su nariz no paran de salir pompas de jabón. A la mañana siguiente, con cada estornudo sale confeti y, para colmo, al de después, estornuda palomitas. Para curarle, deciden volver a Islachís con un cofre para ofrecer a cambio del preciado antídoto. ¿Aceptarán las enormes narices de Islachís el intercambio?
La familia Lulú vive felizmente en una casa-nariz. De pronto, el abuelo Pelotilla da la alarma de que un dedo gigante ha entrado en su casa y se ha llevado a parte de su familia. Rápidamente cunde el pánico en el pueblo y todos temen que el dedo vuelva a saquear sus hogares. Los Lulú decide huir en busca de un nuevo hogar donde vivir. No les convence ni la casa-boca, ni la casa-bigote, ni la casa-ojo, ni la casa-sombrero… Afortunadamente encuentran su casa ideal en una pradera. Allí están seguros de que el dedo nunca les molestará.
Esta lectura ayuda a decir adiós al pañal con divertidas rimas. Todos los animales hacen pipí en cualquier sitio: la jirafa crea una gran cascada con espuma que salpica a cualquiera, el pis del camaleón es de diferentes colores fruto de su capacidad de camuflaje, el del oso polar se convierte en cubitos de hielo al congelarse. El pez lo hace en el agua y el pájaro mientras vuela. Al ver que un niño usa el orinal, todos ellos quieren imitarlo ya que es el lugar más acertado para hacerlo.
Lémur no puede aguantar más, tiene que hacer pipí urgentemente. Antes de salir de casa no tenía ganas de ir al baño, pero ahora es muy, pero que muy necesario. Intenta distraerse y pensar en otra cosa, pero cada vez tiene más y más ganas y no hay un baño a la vista. Agobiado por la emergencia, busca un lugar para hacer pis.
Cuando encuentra un agujero, resulta que es la casa de un ratón. Luego, se percata de que una cueva tampoco es el sitio más idóneo puesto que es el territorio privado de una banda de murciélagos. Después, descubre unos arbustos, pero detrás está sentado plácidamente un oso. ¡Está realmente desesperado y no puede aguantar más! ¿Encontrará Lémur en un baño pronto?
