‘La metamorfosis’, ‘El Proceso’ o ‘Cartas a Milena’ son algunas de las obras clave del escritor checo, que dejó su huella expresionista en la literatura universal.
El escritor checo Franz Kafka (1883-1924) es uno de los autores más relevantes de la literatura universal debido a su marcado estilo personal, que le convirtió en uno de los principales representantes del expresionismo literario alemán. Su obra, compuesta en gran medida de relatos cortos, se caracteriza por contar con un mecanismo narrativo basado en la parábola, con la que dejaba de lado la moraleja para apostar por el reflejo de lo absurdo y la angustia existencial. Y es precisamente de este estilo tan característico del que procede la expresión ‘kafkiano’, utilizada para describir situaciones insólitas, como las que se encuentran en sus escritos.
Este 2024 se celebra el centenario de su fallecimiento y desde EDUCACIÓN 3.0 queremos reivindicar su legado recopilando sus libros más relevantes.
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¿Cómo crees que te sentirías si una mañana te despertaras convertido en un insecto al que solo quieren pisar y destruir los mismos seres humanos que el día anterior te trataban con amabilidad? “Una mañana, al despertar de sueños intranquilos, Gregor Samsa se encontró en su cama convertido en un monstruoso bicho”. Así da comienzo la obra más conocida del escritor y que sigue la transformación de este hombre en un insecto y el impacto que tiene en su vida y en su familia. Contada a través de un narrador externo y objetivo, la novela gira en torno a un personaje indefenso que acaba muerto por el propio rechazo de su familia y entorno, rasgos de una sociedad que se asusta y huye de todo lo que considera distinto y desconocido.
La colección Clásicos Ilustrados de la editorial Akal cuenta con una de sus obras más representativas y la que, probablemente, más se acerca a la idea de ‘kafkiano’. En ella, Kafka narra la historia de un hombre, Joseph K., detenido el día de su treinta cumpleaños bajo una acusación que ignora. Es más, ni sus captores ni su abogado, ni siquiera los jueces que llevan su caso, conocen cuál es la causa. K. se convierte desde ese mismo instante en objeto de una maraña legal y jurídica que nadie parece controlar realmente, pero que todos respetan y a la que todos se someten. Todos excepto K., incapaz de aceptar un sistema carente de toda lógica.Su rebeldía, sus intentos de solucionar su situación por medio de acciones coherentes a pesar de que contradigan las instrucciones que recibe de los demás, se convertirán en su mayor adversario en un combate que puede acabar con su encarcelamiento o su ejecución. Toda esta angustia del protagonista se refuerza con las ilustraciones del argentino Fernando Falcone, que reflejan la carga emocional de Joseph K. y el ambiente opresivo y surreal que Kafka describió como nadie. Con Falcone, los personajes y circunstancias de las historias adquieren forma y color en imágenes en las que abundan los elementos surrealistas, los seres singulares y los ambientes oníricos.
La carta más famosa escrita en el siglo XX jamás llegó a su destinatario. Ni siquiera fue enviada. La escribió Kafka entre el 4 y el 20 de noviembre de 1919 y estaba dirigida a su padre, Hermann Kafka. Escrita en un estilo que su propio autor calificó ‘de abogado’, se trata de un memorial de las relaciones paternofiliales que había mantenido desde su nacimiento, y con la cual Franz le reprochaba por su conducta emocionalmente abusiva e hipócrita hacia él, que acabaron marcando tanto la vida como la obra del autor. A día de hoy, representa un documento literario y autobiográfico de excepcional valor, pues sirve para entender la peculiar vida afectiva del escritor y su extraña visión del mundo.
Publicada póstumamente en 1926, se trata de una obra inconclusa que Kafka había empezado a escribir en enero de 1922 y que fue editada y publicada por su amigo Max Brod. Su protagonista, conocido solamente como K., lucha para acceder a las misteriosas autoridades de un castillo que gobierna el pueblo al cual K. ha llegado a trabajar como agrimensor (rama de la topografía destinada a la delimitación de superficies, a la medición de áreas y a la rectificación de límites). Cuando llega allí, tras haber abandonado su país y su familia, le hacen saber que no hace ninguna falta, por lo que acaba sintiéndose marginado por la comunidad desde el primer momento. Así comienza su batalla a ciegas por conseguir una entrevista con la administración que habita en el castillo.
Reúne la correspondencia que entre 1920 y 1922 Franz Kafka dirigió a Milena Jesenská, una periodista a la que conoció a raíz de su voluntad de traducir al checo dos de sus relatos. A través de ellas es posible asistir al nacimiento de un amor violento a la par que distante (fue esencialmente epistolar). Esta nueva edición, basada en la definitiva alemana de 1983, incluye, además de los numerosos pasajes suprimidos en su día por Willy Haas (primer editor de las cartas), una ordenación cronológica más certera, la necrológica que Milena escribió a la muerte de Kafka, así como ocho cartas que le dirigió a su fiel amigo Max Brod.
