Figura clave del ‘Nuevo Periodismo’ estadounidense y de la literatura del siglo XX, Joan Didion cuenta con una amplia obra en la que combina la crónica periodística con el ensayo y la autobiografía.
La ciudad de Sacramento (California) fue el lugar que vio nacer la pasión por la lectura y la escritura de una niña que con tan solo cinco años ya escribía todo lo que rondaba por su cabeza en un pequeño cuaderno. Años después, como ella misma contaría, pasaría de la libreta a la máquina de escribir para copiar las novelas de Hemingway. Así Joan Didion (1934-2021) entendió el ritmo de la prosa, a la vez que cultivaba un amor por las letras que la llevarían a convertirse en una de las mejores periodistas prosistas de la lengua inglesa.
Comenzó escribiendo en Vogue en 1956, tras ganar el primer premio de un concurso de ensayos patrocinado por la revista. Y fue en esta época en la que conoció a la persona que marcaría un antes y un después en su vida: el también periodista John Gregory Dunne, que acabó convirtiéndose en su marido. Ambos empezarían a trabajar juntos escribiendo guiones de películas, además de ser su mayor apoyo e inspiración. Tras Vogue firmó artículos como ‘freelance’ en otras publicaciones como Life o The Saturday Evening Post; labor que compaginó con la escritura de ensayos y relatos periodísticos que le permitieron hacerse hueco y voz tanto en la literatura norteamericana del siglo XX como en el llamado ‘Nuevo Periodismo’, gracias a sus profundas dotes de narradora y su compromiso social y político.
Pero si hay un hecho que determinó la vida y obra de Didion, éste fue sin duda la pérdida y su intención de explicarla a través de la literatura. La muerte repentina en 2003 del que fuera su compañero de vida durante más de 40 años provocaron la creación de la obra que terminaría conviertiéndose en su mayor éxito de ventas y crítica: ‘El año del pensamiento mágico’ (2006); un relato personal que se consagra como una reflexión sobre el duelo y la crónica de una supervivencia. Dos años después perdería también Quintana Roo, su única hija. Aunque su fallecimiento no aparece reflejado en el libro, supuso un duro golpe para Didion, que la hizo sumirse en una vida solitaria que acabó en 2021 a causa de la enfermedad de Parkinson.
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“La vida cambia deprisa. La vida cambia en un instante. Te sientas a cenar y la vida que conocías se acaba”. Éstas fueron las primeras palabras que Didion escribió tras la muerte de su marido y que dan inicio a las memorias que le sirvieron como vía de escape para tratar de explicar lo que supone la pérdida repentina de un ser querido. Desde los primeros instantes de confusión en los que la burocracia y los quehaceres nublan la realidad; el foco puesto en las circunstancias anodinas que tenían lugar durante el suceso (“era un día de domingo como otro cualquiera”, “el cielo era azul” o “volvía tranquilamente del trabajo”) hasta el lento y personal proceso de asumir la pérdida, sanar el duelo y emprender una vida ‘sin’ la otra persona, Didion relata su propia experiencia con honestidad y detalles. ‘El año del pensamiento mágico’ se convirtió en el libro más leído de la autora y consiguió los elogios de toda la crítica literaria que lo hicieron consagrarse como un clásico sobre el duelo. En esta renovada edición, las palabras de Didion se complementan con las ilustraciones de Paula Bonet que tratan de explicar de manera gráfica y delicada el dolor, la pérdida y la supervivencia.
Esta edición actualizada de la primera obra de Didion (publicada en 1963) toma como escenario un caluroso verano en California. Protagonizada por el matrimonio formado por Everett McClellan y su esposa Lily, que ven cómo su vida se derrumba a causa de las mentiras y las traiciones, la historia comienza y termina con un disparo que transporta al lector veinte años atrás. Así, la autora traza un retrato de la clase media de la época, en la que la pérdida de los sueños y los clichés están más presentes que nunca.
La faceta de cronista de Didion queda reflejada en esta recopilación de doce artículos y crónicas inéditas en español escritas bajo lo que el ‘Nuevo Periodismo’ llamó el ‘narrador testigo’. Abarcan un amplio abanico de temas y reflejan los intereses de la autora que consiguieron consagrarla como una figura clave del periodismo norteamericano. En ellos combina la crítica social y política con una delicada capacidad narrativa y por sus páginas pasan personajes como Orwell, Hemingway o Nancy Reagan.
Incluida por la revista Time en su lista de las mejores cien novelas en lengua inglesa publicadas entre 1923 y 2005, está considerada como un clásico moderno de las letras norteamericanas y una de las mejores novelas de la escritora. En ella se cuenta la historia de Maria Wyeth, una mujer de treinta años cuya carrera artística siempre ha estado a la sombra de la de su marido; un hombre que nunca la ha dejado tomar sus propias decisiones, provocando en ella un vacío emocional constante. A través de este personaje, Didion disecciona el papel de la mujer estadounidense de los años sesenta, retratando una época en la que los deseos y necesidades masculinas siempre estaban por encima de todo lo demás.
‘Arrastrarse hacia Belén’, un relato de la contracultura americana de la década de los sesenta; ‘El álbum blanco’, un mosaico de los sesenta y setenta con algunos elementos autobiográficos; ‘Después de Henry’, donde Didion explica cómo los medios de comunicación construyen sus propias fantasías tras crímenes violentos; ‘Salvador’, un relato de la guerra en este país que cubrió la propia autora y que muestra los horrores de la política exterior de Estados Unidos; y ‘Miami’, donde reflexiona sobre la inmmigración y el exilio. Crónicas, ensayos y artículos periodísticos conforman esta antología que permite descubrir la sociedad norteamericana a través de una visión crítica y literaria.
Su California natal es el eje central de este libro en el que mezcla historia, crónica, memoria y crítica literaria. Su relación con la tierra y el agua, la influencia del ferrocarril y la industria aeroespacial o el contraste entre el culto al individualismo y su fetiche por las cárceles son algunos de los puntos clave con los que Didion trata de explicar cómo es la tierra que la vio nacer haciendo uso de su enorme capacidad de observación e interpretación literaria.
“Durante las noches azules uno piensa que el día no se va a acabar nunca. A medida que las noches azules se acercan a su fin (y lo hacen, lo hacen siempre), uno experimenta un escalofrío literal, una visión de enfermedad, en el mismo momento de darse cuenta: la luz azul se está yendo, los días ya se están acortando, el verano se ha ido”. Con esta metáfora de las noches azules describe la escritora el otro trágico acontecimiento que determinó su vida: la muerte de su hija Quintana Roo a causa de una pancreatitis. Tan solo dos años después de que su marido se fuera, le tocó el turno a Quintana, provocando que el duelo y la pérdida formaran parte de su vida diaria. Así, su mente se fue acercando cada vez más hacia temas como la enfermedad, la muerte y lo inevitable, hilando recuerdos sobre la vida y muerte de su hija y, ante todo, sobre lo que queda tras la pérdida.
