La FP Dual –que ha empezado a ofertarse en muchos centros a partir de este curso– se ha publicitado como un sistema consolidado y en plena expansión. Pero lo cierto es que en muchos centros educativos la realidad dista mucho de esa imagen. Los docentes, por ejemplo, se quejan de la falta de directrices claras y la ausencia de un marco regulador bien definido que ha afectado directamente a la planificación del sistema dual.

Prácticas en empresas: ¿un desafío logístico?

Y es que no podemos olvidar que uno de los principales pilares de la FP Dual es que el alumnado realiza prácticas en empresas desde el primer curso de un ciclo formativo. La idea es que, tanto en primero como en segundo año, los estudiantes se familiaricen con el mundo laboral a través de estas experiencias. Sin embargo, este enfoque plantea una pregunta crucial para los docentes: ¿Hay suficientes empresas para acoger a todos los estudiantes? 

Antes de la implantación de esta ley ya resultaba complicado encontrar empresas que aceptaran al alumnado para que realizaran sus prácticas, incluso para aquellos que habían aprobado todos sus módulos. Ahora, la situación se complica aún más, ya que todos los estudiantes, aprueben los módulos profesionales o no, tienen que realizar las prácticas. Además, esta situación añade una presión adicional a los centros educativos, que deben coordinarse con las empresas para asegurarse de que tengan un lugar donde realizar las prácticas. A esto se suma otro inconveniente: los alumnos de primer curso pueden comenzar las prácticas en el segundo trimestre sin tener los conocimientos básicos aprendidos.

Otro de los grandes retos de la FP Dual es la falta de incentivos a las empresas y, por ello, esto puede llevar a que el alumnado sea utilizado como mano de obra barata. Además, hay que tener en cuenta que el mercado laboral en España es bastante diferente al de los países donde el sistema dual ha sido exitoso, lo que plantea dudas sobre si se podrá replicar de forma efectiva el mismo modelo. ¿Están realmente preparadas las empresas españolas para asumir este reto?

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La espera

A pesar de las numerosas dificultades y retos que enfrenta la implantación de la FP Dual, es innegable que este modelo tiene el potencial de revolucionar la educación profesional si se gestiona de manera adecuada. Sin embargo, para que esto ocurra es fundamental que se resuelvan los problemas estructurales que hoy afectan su funcionamiento y es urgente que las administraciones proporcionen a los docentes instrucciones claras.

La FP Dual tiene el potencial de mejorar la inserción laboral de los estudiantes y acercar la educación a las demandas reales del mercado. No obstante, para que esta nueva implantación tenga éxito y ofrezca una educación de calidad, será necesario un esfuerzo conjunto de las instituciones educativas, las empresas y las administraciones. Sólo así se podrá asegurar que esta modalidad educativa se consolide de forma efectiva y se convierta en una herramienta clave para el desarrollo del talento del alumnado.