Desde este curso, los estudiantes que hayan decidido continuar su formación estudiando una FP habrán visto que todos los centros educativos en los que están disponibles las distintas modalidades han empezado a ofertar de manera generalizada la conocida como FP Dual: una opción que combina la formación teórica recibida en un centro educativo con la actividad práctica en un centro de trabajo.
Es una de las muchas novedades que ha traído consigo la reciente ley de FP, cuyo objetivo es convertir la formación profesional en una palanca de transformación tanto económica como social en el país, además de flexibilizar las competencias para adaptarse a las actuales demandas de las empresas.
Qué es la FP Dual y la diferencia con la FP ‘normal’
La principal ventaja de la FP Dual con respecto a otras opciones es que los estudiantes adquieren los conocimientos teóricos necesarios en el aula mientras mientras lo compaginan con el trabajo desde el primer día de formación. Es la diferencia esencial con respecto a la FP tradicional, en la que el estudiante no tiene ningún tipo de relación laboral con la compañía en la que hará sus prácticas, y es imprescindible que haya aprobado un porcentaje determinado de asignaturas para poder llevarlas a cabo durante un periodo máximo de tres meses.
En la FP Dual, que puede llegar a los tres años de duración, el estudiante entra en contacto con las empresas desde el primer día de curso, está dado de alta en la Seguridad Social y cobra un salario desde el momento en el que comienza la formación. En este sentido, cabe hacer una diferenciación: hay dos regímenes de enseñanza diferentes en la FP dual: general e intensiva.
En el primero la duración de las prácticas llega al 35% del total de la formación y pueden o no ser remuneradas, a elección de la empresa; mientras que en la intensiva la duración alcanza el 50%, tiene que haber un contrato de trabajo y una remuneración. En ambos casos, eso sí, el alumnado tiene que estar dado de alta en la Seguridad Social.
En cualquier caso, el alumnado contará con el apoyo de dos tutores: uno en el centro de FP que coordinará tareas como la elaboración de la programación, la actividad en la empresa y en el centro educativo, y la comunicación con la compañía; y otro en la empresa, que debe ser un profesional con la cualificación adecuada y que colaborará con el profesorado del centro educativo, para concretar la programación que desarrollará cada alumno en el centro de trabajo.
Beneficios para los estudiantes
Partiendo de la base de que los estudiantes de FP Dual tienen la posibilidad de poner en práctica los conocimientos teóricos adquiridos en el aula desde el primer día de formación, esta modalidad de FP supone numerosas ventajas:
- Mejora la adquisición tanto en el centro educativo como en la empresa de conocimientos, destrezas y habilidades técnicas, así como las competencias y habilidades interpersonales.
- Ofrece la posibilidad de compaginar los estudios con el comienzo de su trayectoria profesional.
- Cuenta con más horas de prácticas en empresas que en la modalidad presencial ordinaria, favoreciendo así la adaptación a los ámbitos profesionales y a los sectores estratégicos empresariales.
- Potencia la autorrealización profesional y motivación en el alumnado, lo que le facilitará construir su propio proyecto profesional.