El paso de Primaria a Secundaria supone un giro de 180º en la vida académica de los alumnos. Tanto ellos como las familias deben estar preparados para afrontarlo de la mejor manera posible. Mercedes Bermejo,, directora de Psicólogos Pozuelo, aporta algunas claves a tener en cuenta para ayudar al estudiante en este proceso de adaptación.
Es probable que el paso a Secundaria implique un cambio de centro, de compañeros y de profesores, lo que supone una variación importante para el ciclo educativo de los niños y niñas que pasan por este periodo. Para cualquier persona un cambio implica ciertos niveles de estrés pero, en este caso, y teniendo en cuenta que se trata de la pre-adolescencia con sus cambios físicos, fisiológicos, hormonales, y como no, psicológicos, nos encontramos ante un periodo crítico en la vida de nuestros hijos.
Por eso, es importante saber cómo acompañarles adecuadamente para que esta variación sea lo más llevadera posible, además de convertirse en una oportunidad para muchas cosas nuevas.
Paso de Primaria a Secundaria:
- Valorar el cambio desde el punto de vista positivo: como un avance, oportunidad, madurez y evolución del menor. Para ello es importante dar mensajes de ánimo y esperanza, elogiando sus capacidades y competencias.
- Conocer las nuevas instalaciones. Para ello hay que hacer la visita acompañados del menor, para que también tengan oportunidad de ver el ambiente, conocer a algunos de los profesores… Conviene que padres y alumnos visiten la página web del centro con una actitud curiosa y positiva, para que puedan conocer las instalaciones, asignaturas, docentes o actividades y se sientan motivados con el nuevo cambio.
- Sería interesante realizar anticipadamente el traslado como lo hará el niño todos los días (coche, autobús, tren…), para que se familiarice con el trayecto. Es importante que el primer día pueda ir confiado, tranquilo y seguro.
- Contactar con personas afines al centro. Es recomendable tomar contacto con posibles personas que ya hayan ido a ese centro, y tener datos de primera mano sobre el funcionamiento del mismo, o quedar con las que sepamos que van a ir el próximo curso, que conozcan, aunque no fueran personas con la que solían tener mucho trato. Es una oportunidad para nuevos encuentros y amistades.
- La salud general es importante en esta etapa: la alimentación, un sueño adecuado (más del 80% de los adolescentes duermen menos horas de las recomendadas), practicar un deporte, realizar una revisión general en el centro de salud, así como cuidar la higiene general del menor.
Es muy importante la actitud que los padres tomen frente a este cambio, que sea transmitido con calma y motivación y que, por supuesto, haya consenso y buen ambiente entre los diferentes miembros de la familia. No conviene alterarnos y presionar a nuestros hijos: nuestra actitud va a determinar su manera de funcionar y evolucionar en la sociedad, y por lo tanto en el mundo.
Además, conviene normalizar los cambios, y valorarlos como retos, posibilidad de seguir evolucionando, y como una oportunidad para que muchas cosas nuevas y positivas lleguen a la vida de nuestro (pequeño) hijo o hija.
Todo eso se hubiese ahorrado si los pedagogos que diseñan las políticas educativas hubiesen dicho lo obvio: es una barbaridad sacar a niños de 11/12 años de un colegio y llevarlos a un instituto con adolescentes de 16, 17 o 18 años
Es un salto importante aunque no implique cambio de centro. Los consejos que dais son muy útiles. Saludos desde