Esta técnica pictórica, adecuada para cualquier edad, invita a dejar caer la pintura en un lienzo o cualquier objeto para, dependiendo de los movimientos que se hagan, obtener diferentes formas y divertidos efectos.
El pouring o arte fluído utiliza acrílicos mezclados con un médium (un medio para conseguir una pintura líquida) que, vertida sobre un lienzo u objeto, da lugar a diferentes y originales imágenes. Ya que no es difícil de realizar y no requiere ni muchos materiales ni mucho espacio, es perfecto para cualquier nivel y edad. Estas son algunas de las manualidades con pouring que se pueden realizar en familia.
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Consiste en ir vertiendo los distintos colores uno encima de otro creando círculos (tantos como uno desee) que nunca llegan a mezclarse, a no ser que se manipulen con un palito o moviendo el lienzo. Esta técnica es ideal para hacerla en una base plana o en platos y cuencos, entre otras superficies.
El vertido sucio es uno de los procedimientos más populares en el arte abstracto. Para llevarla a cabo, además del pouring, es necesario tener un vaso de plástico a mano en el que echar la mezcla de los colores. Después, sobre un lienzo se deja caer la pintura de diferentes maneras. Entre todas, la más común y visualmente atractiva es la de ‘Flip Cup’ o vaso invertido, que consiste en dar la vuelta al vaso sobre la base del soporte y dejar que vaya saliendo toda la mezcla de pintura con cuidado.
Primero, hay que diseñar un cuadro agregando distintos colores de la manera que uno prefiera. Después, con la ayuda de uno o dos globos no muy hinchados se presiona la base del lienzo para que los colores se mezclen y aparezcan nuevas formas. En este caso, los globos actúan como una especie de brocha, dando lugar a divertidas imágenes que se quedan impresas en el cuadro.
Uno o más hilos cortados se sumergen en los diferentes acrílicos que, anteriormente, se han colocado en vasos de plástico. Luego, se ponen sobre el cuadro con una forma determinada y, al tirar de ellos, se crean degradados de colores y efectos de tallos y flores. Se pueden colocar tantos hilos como uno quiera; el resultado siempre será diferente.
Consiste en verter la pintura sobre un colador y esperar a ver los pequeños hilos de pintura que se forman. Hay coladores especiales indicados para este procedimiento, pero se puede utilizar uno cualquiera.
