La cocina también es un lugar para aprender y divertirse en familia; en ella, los niños y niñas pueden experimentar con los alimentos desde edades tempranas, conocerlos más a fondo o descubrir el proceso de elaboración de la comida. Como consecuencia, se verán involucrados en una actividad diaria con sus padres y madres que, además, puede servirles para saber cómo llevar una dieta más equilibrada y saludable. Estos juegos son ideales para ello.
¡A decorar!
Una vez terminada la comida, se le otorga al menor el ‘privilegio’ de dar el toque final al plato. La decoración es una parte muy importante, ya que la presentación influye, en la mayoría de los casos, en la elección o no de un plato. De este modo, pueden decorar su desayuno creando diferentes formas con la fruta, adornando un pastel con fideos de chocolate o terminando de emplatar una tortilla con los ingredientes que más les gusten. Darán además rienda suelta a su imaginación y trabajarán la creatividad.
Adivina el alimento
Este divertido juego está dirigido a aquellos que ya tengan algunas nociones básicas sobre los alimentos. Basta con sentarles delante de una mesa con varios alimentos y taparles los ojos. El objetivo es que descubran qué están tocando e, incluso, que nombren algunas de sus características o algún plato en el que podría añadirse. También es posible realizar el juego mediante el gusto: hacer probar un alimento a los niños para que digan a qué sabe y adivinen qué es. Frutas, verduras, legumbres, frutos secos… ¡Todos valen!
Clasificar los alimentos
Se trata de una buena actividad para que descubran el nombre de los alimentos. Durante la elaboración de la comida o la cena, toda la familia acude a la cocina para ver con qué ingredientes y cómo se prepara una receta. Antes de utilizar cada uno de ellos, deben decir su nombre y clasificarlo según sea verdura, fruta, hortaliza… También es posible ordenarlos por tamaño, color, textura o forma.
Pinches de cocina
Ser el asistente de cocina ayudará a reforzar el sentido de pertenencia de los menores, lo que favorecerá su autoestima y confianza en sí mismos. Dependiendo de la edad, pueden ayudar a batir la mezcla, pasar los alimentos a sus padres, introducirlos en la olla o, simplemente, pulsar el botón de los electrodomésticos. La idea es que estén presentes en todo el proceso de elaboración para que, después, sientan que han ayudado en la elaboración de la comida.
Zumos de colores
Son fáciles y muy divertidos de hacer. Con un adulto que supervise y corte la fruta que ellos elijan, experimentarán uniendo frutas y mezclando sabores. El resultado serán unos zumos de diferentes colores a los que poner nombre. Asimismo, se puede realizar una competición en la que el resto de la familia sean los jueces y determinen qué zumo ha quedado más rico o cuál es el más original.