En la Escuela Infantil La Pradera (Pilar de la Horadada, Alicante) han recreado un universo llamado 'Winter Wonderland' en el que los muñecos de nieve cobran vida y donde sus alumnos de 0 a 3 años disfrutan de distintas propuestas para la estimulación sensorial y la experimentación. Nos lo cuenta Melania Cárceles García, su directora.
En Alicante gozamos de un clima cálido la mayor parte del tiempo. Incluso si por las mañanas hace frío, a media mañana es posible que los pequeños puedan disfrutar del patio sin abrigo y de una primavera que abarca la mayor parte del año; es por eso que les es difícil experimentar los cambios de estación y viajar para ver la nieve está sólo al alcance de algunos de ellos.
Inventamos un lugar mágico llamado Winter Wonderland. Allí siempre es invierno y los muñecos de nieve (snowmen) cobran vida y se unen a las aventuras de los animales del ártico y su vida en este gélido sitio.
Winter Wonderland, un universo por descubrir
Preparamos para los niños una instalación que transformó totalmente nuestro espacio, y valiéndonos de los pasillos y las zonas comunes jugamos totalmente con su sorpresa al descubrirlo. Les pedimos que nos acompañasen en nuestro viaje al frío y les invitamos a disfrazarse de snowmen, así los animales del ártico no nos descubrirían y nos camuflaríamos entre ellos (los disfraces fueron realizados previamente por las familias en un taller de padres). Al salir a las zonas comunes descubrimos la instalación en la que el blanco y azul fueron nuestros colores protagonistas al encontrar muchos referentes a la nieve y el paisaje del frío.
Sobre unas mesas colocamos distintas bandejas que invitaron a la experimentación con distintos materiales y que recrearon diversas actividades sensoriales, guantes de varias texturas en los que el blanco cobró un papel destacado, hubo una recreación del paisaje ártico con miniaturas de sus animales, hielo, nieve… Durante este viaje, además, proyectamos un vídeo con imágenes de paisajes fríos y fotografías de los niños en la nieve que los padres nos habían proporcionado previamente.
A la vuelta de nuestro viaje, comentamos en grupo cual había sido nuestra experiencia, los elementos que más nos habían gustado, qué habíamos sentido, cómo lo habíamos pasado… Los niños expresaron sus impresiones en la medida en la que les fue posible y comprobamos como la experiencia les resultó muy satisfactoria, pues no había más que mirarles disfrutar con todo lo que se les había preparado alrededor para saber que viajarían cada día de nuevo hasta Winter Wonderland.
En este vídeo, podéis ver el resultado de la experiencia: