Después de mucho pensar en qué podría hacer para motivar a mi alumnado y hacerles más atractivas las ciencias, hace cuatro años empecé con el programa de educación por proyectos “Ciencia Solidaria”. En pocas palabras, consistía en la realización de proyectos de ciencias presentados por parejas. Esto, que no es nuevo, sí que tiene una serie de peculiaridades que lo convierten, a mi entender, en innovador. Las enumero:
- Los estudiantes pueden presentar cualquier proyecto de ciencias, esté o no relacionado con la materia que están estudiando.
- La experiencia la pueden realizar en sus casas, en el aula o en el pequeño laboratorio que tenemos en el centro.
- La graban en vídeo y la subimos a un canal de YouTube que está monetizado, de forma que los fondos recaudados con el visionado de los vídeos, los donamos a organizaciones humanitarias, actualmente a ACNUR.
- La evaluación de los proyectos siempre es positiva en la calificación del alumnado: un estudiante que participa en el programa puede aprobar la materia solo haciendo proyectos.
Después de 4 años funcionando, la valoración del programa es muy positiva. En el primer año, los alumnos presentaron más de 100 proyectos y actualmente hay subidos al canal unos 420 experimentos, la mayoría de los cuales se pueden visionar.
Como consecuencia positiva de este programa, hemos creado un club de ciencias en el centro que atendemos en los recreos, siendo la demanda tan grande que actualmente hay muchas más solicitudes que plazas, de forma que vamos rotando a lo largo del curso para que puedan participar todos.
¿Y si abrimos otro canal de YouTube?
Tras los buenos resultados cosechados con el canal, pensé en dar otra “vuelta de tuerca” a mis clases, más bien un giro de 180º. Manteniendo, por supuesto, lo que estaba funcionando bien, pero cambiando radicalmente mi día a día en el aula. El resultado fue AntonioProfe, que supone la aplicación del aula invertida a mi práctica docente.
Concretamente, mi objetivo con este cambio metodológico es mejorar varios aspectos del proceso de enseñanza-aprendizaje:
- Mejorar los resultados. Habrá que esperar a que termine el curso para ver si se consigue.
- Llegar de forma más efectiva a los estudiantes usando su lenguaje: las redes sociales y YouTube.
- Ayudar a los alumnos que faltan a clase. Con el canal podrían seguir el ritmo “casi” normal de estudio e incorporarse al centro de la forma menos traumática posible.
- ¿Y los estudiantes que necesitan clases particulares que no pueden pagarse? Pues, ya las tienen gratis, en casa y con el horario que a ellos les venga mejor.
Como resultado inmediato de este trabajo, he notado una mejora importante, sobre todo en la motivación y el rendimiento de mis alumnos, pero no solo de aquellos a los que doy clases, sino de aquellos que están en mi centro y que me paran para decir “profe estoy viendo sus vídeos y me va mucho mejor”. ¡Qué recompensa más grande para un docente! Pero la cosa no termina ahí, me están llegando comentarios de estudiantes de otros centros, incluso de fuera de España, agradecidos porque les estoy ayudando en sus estudios.
Como dato significativo, AntonioProfe, en solo 3 meses de funcionamiento real ya duplica en horas de visualización a Ciencia Solidaria. Está teniendo tal impacto, que mis alumnos están pegados al ordenador para ver los estrenos de los vídeos, que suelo realizar a las 8 de la noche. ¿No es increíble que haya un alumno pegado al ordenador para ver un video de estreno sobre formulación inorgánica?