Tradicionalmente, cuando el ser humano tenía un conflicto, lo percibía como un acontecimiento negativo. Pero en la actualidad, las últimas corrientes psicopedagógicas tratan el conflicto como una oportunidad de mejora personal y/o profesional. Si algo nos ha demostrado el confinamiento es que una enseñanza a distancia de calidad sigue siendo posible a pesar de las numerosas dificultades y dudas que se nos plantean a diario.
Primero, un poco de contexto sobre nuestro centro: se sitúa en una zona cuya actividad económica está basada en la agricultura, ganadería y sector de servicios. Actualmente tenemos más de 250 alumnos distribuidos en cinco aulas de Educación Infantil y diez aulas de Educación Primaria, y somos centro bilingüe desde el curso 2017/2018. Además, el acceso a Internet de casi todos los alumnos es a través de datos móviles o Wi-Fi, con una calidad de la conexión variable.
Por otro lado, desde septiembre de 2015, formamos parte del Proyecto Samsung Smart School. Consiste en un acuerdo de colaboración entre Samsung, el Ministerio de Educación y Formación Profesional y las comunidades autónomas que tiene el objetivo de utilizar la tecnología como medio que facilite un cambio metodológico en la Educación. Gracias a él, nuestra transición a la formación telemática ha sido más sencilla. Antes del confinamiento utilizábamos las tabletas para enseñar contenidos de forma motivadora y amena. De esta forma, los alumnos adquieren las destrezas tecnológicas básicas para el presente y futuro. Por ejemplo, el alumnado crea sus propios contenidos (mapas conceptuales, esquemas, resúmenes), conoce y van aprendiendo a utilizar las diversas aplicaciones de Google (Gmail, drive, fotos…) y Classroom de forma esporádica. Realizábamos proyectos colaborativos con otros centros educativos, y utilizábamos diversas aplicaciones virtuales en asignaturas como Lengua Extranjera, donde el docente enviaba contenido y ejercicios interactivos a sus respectivas cuentas mediante las tabletas.
Enseñanza a distancia en confinamiento
Como se podría suponer, este periodo de confinamiento no ha sido fácil, pues existe una enorme diferencia entre usar la tableta como uno de los recursos principales y que la enseñanza sea a distancia y totalmente telemática. Entre todos hemos realizado un esfuerzo conjunto para adaptarnos a esta inesperada situación.
Nos hemos encontrado con diferentes hándicaps en la implementación de la tecnología en casa. Como obstáculos intrínsecos destacamos la desmotivación ocasional de cierta parte del profesorado por las dificultades que van surgiendo, cierta descoordinación entre los docentes por las diferentes características de las clases (algunos alumnos disponen de todos los dispositivos, otros no se conectan, otros están muy implicados…), inversión de mucho esfuerzo en realizar en poco tiempo formación complementaria. Por otro lado, como obstáculos extrínsecos resaltamos los problemas de conexión en las videoconferencias por parte de los docentes o el alumnado (con cortes, ralentizaciones, etc.), sobreinformación de apps, programas, webs, etc. Por otra parte, el control no puede ser tan riguroso como en el aula presencial. El contacto visual y la cercanía nos ayuda a mantenernos emocionalmente equilibrados y a comprender las necesidades específicas de cada alumno.
Organización online
Funcionamos compartiendo contenidos digitales en Classroom elaborados por nosotros mismos: mapas conceptuales realizados con las tabletas, vídeos de autoría propia, fichas… Los alumnos nos entregan las tareas por esta aplicación en distintos formatos y las corregimos desde dicha plataforma para lo cual el lápiz óptico es de gran ayuda a la hora de enviarles la retroalimentación adecuada.
Habitualmente realizamos videoconferencias con ellos por la mañana a través de Google Meet o incluso Hangouts, compartiendo pantalla para presentar contenidos. El resto del tiempo seguimos conectados con nuestros alumnos por chat, donde nos preguntan sus dudas y los llamamos para aclarárselas. Incluso en algunos casos al no ser posibles las videoconferencias por problemas técnicos o sobrecarga de redes, vamos respondiendo a los alumnos individualmente mediante vídeos personalizados según sus dudas si por escrito en chat no es suficiente. También utilizamos vídeos para expresión oral tanto en lengua castellana como lengua extranjera (francés e inglés).
Pertenecer al programa Samsung Smart School nos ha ayudado a que en nuestro centro se minimice la brecha digital y cada niño pueda seguir con su educación a distancia.
El rol de las familias
Las familias son una pieza fundamental en el proceso de enseñanza-aprendizaje.
Tanto la escuela como la familia se necesitan mutuamente para cumplir su función de una manera eficiente. Afortunadamente, la gran mayoría de las familias de nuestro centro colaboraban antes del confinamiento. Una vez en él, se han involucrado para facilitar la continuidad del proceso educativo. Han procurado mejorar las conexiones a Internet que eran deficientes, se han comunicado con los docentes a través de mensajes, llamadas y correos electrónicos, han participado en las actividades que se han propuesto desde el centro tales como la celebración del día del libro, la comunicación entre padres, la participación en las videoconferencias aportando su granito de arena, etc.