Fundación DFA, dedicada a las personas con discapacidad en Aragón, cuenta cómo surgió la idea de poner en marcha el proyecto de sexualidad y discapacidad a través de la expresión artística ‘ExpresARTE’. En él han participado jóvenes de entre 16 y 21 años que han trabajado las metodologías del aprendizaje basado en proyectos y servicio. ¡No te lo pierdas!
Si el aprendizaje necesita siempre acción y prácticas partiendo de la vida, en Formación Profesional con más razón. Para nuestro alumnado con necesidades educativas especiales, al configurar su identidad como futuros trabajadores y miembros activos de la sociedad es fundamental aprender a pensar a partir de la experimentación y aprender a sentir, identificar y manejar sus emociones de forma competente para disfrutar de su desarrollo personal y autónomo.
ExpresARTE surgió como una propuesta externa del Centro Municipal de Promoción de la Salud (CMPS) Amparo Poch de Zaragoza. El 'guante blanco' que nos lanzaron las sexólogas del CMPS -a los Programas de Cualificación Especial (PCE) de Fundación DFA- consistió en plantearnos decorar algunas de las salas de su centro: en ellas desarrollan sus Programas de Atención Materno Paterno Infantil (AMPI) y de Educación Sexual atendiendo a jóvenes de hasta 25 años en el proceso de aprendizaje y vivencia de la sexualidad, la maternidad y la paternidad.
Recogimos el reto al instante. Era una idea de las que no se pueden dejar escapar, pues sucedió en el momento oportuno y coincidía con nuestra inquietud por un cambio metodológico del proceso educativo.
Sexualidad y discapacidad, metodologías aplicadas
Llevábamos un tiempo poniendo en práctica la idea de transformar el proceso de aprendizaje con intervenciones a pequeña escala (proyectos trimestrales vinculados curricularmente) en el interior del edificio donde están las aulas las aulas. Los alumnos (jóvenes entre 16 y 21 años con discapacidad) participaban activamente en su propio proceso de aprendizaje desarrollando competencias sociales, cívicas, de comunicación lingüística, digitales, de iniciativa y espíritu emprendedor… además de los aprendizajes académicos y cortos para educar en valores.
Por otro lado, habíamos estado informándonos y formándonos para emprender la metodología ABP y al ofrecernos la posibilidad de fabricar decoración y materiales didácticos de utilidad para otros jóvenes, usuarios del CMPS, nos iniciamos en la metodología ApS. Ambos perfiles profesionales de las cualificaciones ADG (Administración y Gestión) y TCP (Textil, Confección y Piel) colaboraron entre sí consiguiendo una mayor implicación e interacción entre ellos, y superaron las competencias profesionales de los dos programas junto a la correspondiente propuesta curricular
Desarrollo de actividades
Desde el primer día de clase nos pusimos manos a la obra. Se programaron, así, una serie de dinámicas de Educación Sexual y en ellas se expusieron diferentes aspectos sobre la sexualidad coincidentes a nivel curricular con los contenidos que se estaban trabajando desde el Módulo de Desarrollo Personal y Social.
El proyecto se inició con una reunión con las familias y una sesión previa con los estudiantes en la que se les planteó que realizasen un proyecto artístico representando algún aspecto que ellos consideren importante de su sexualidad. Conforme las sesiones se iban desarrollando, nuestros jóvenes proyectaban, diseñaban y elaboraban materiales relacionados con la temática abordada.
Aprendieron a manejar diferentes herramientas del otro perfil y del propio, y lograron afrontar tareas interprofesionales y plasmar lo aprendido dando forma estética a los contenidos curriculares en un trabajo interdisciplinar y en equipo donde no se olvidaba la educación emocional y las habilidades para la vida.
También afianzaron su personalidad y autoconocimiento, su criterio estético, se expresaban, aportaban ideas y aceptaban las del resto, tomaban decisiones, aprendían de los errores, flexibilizaban su rigidez respecto a horarios, agrupaciones y rutinas, acataban normas y creaban nuevas, aceptando con tolerancia y habilidad social las propuestas externas...
La evaluación
Con respecto a la evaluación, destacar que fue continua. El alumnado registró datos a lo largo de todo el proceso y cumplimentó cuestionarios anónimos sobre los contenidos desarrollados su grado de satisfacción.
A pesar de que el proceso resultó muy complejo, mereció la pena y nos llenó de energías para seguir y demostrar el gran potencial creativo de una población juvenil a la que, a menudo, se le niega el derecho a expresarse e, incluso, parece invisibilizada: la del colectivo de jóvenes con diversidad funcional.
Nuestro alumnado, tras participar en EL PROYECTO como lo llamaron, se sentía capaz de emprender nuevos retos laborales, formativos y personales al saber que sus aprendizajes y esfuerzos estaban siendo útiles y considerados por las personas que acuden al CMPS. ¿Qué más se puede pedir?
Esta experiencia se presentó en el encuentro de Utopías Educativas: