Gestión emocional, empatía, y resolución positiva del conflicto. Estos son los ejes en torno a los cuales se articula el proyecto ‘En sus zapatos: un espacio de empatía activa’ de la Asociación Teatro de Conciencia, y que este año han llevado a sus aulas el CEIP Dulcinea (Alcalá de Henares, Madrid). Nos cuenta la experiencia María Antonia Cruzado, su directora, que habla de cómo estudiantes, claustro y familias han logrado mejorar sus relaciones y convivencia.
El centro, desde hace varios cursos, ha mostrado interés por los temas relacionados con la empatía activa que pudieran favorecer la convivencia. Así, algunos miembros del claustro fueron tomaron contacto con este tipo de experiencias informando de sus beneficios tanto a nivel personal como en la relación entre docentes, alumnos y familia.
Una compañera, en concreto, fue la que propuso el programa ‘En sus zapatos: un espacio de empatía activa’. Como vimos que era interesante empezamos a introducir pinceladas de Educación Emocional antes de integrarlo plenamente en las aulas. Además, observamos que podía repercutir también en el beneficio curricular dado que si existe una estabilidad emocional en todo lo que rodea a una persona ésta podrá afrontar de manera más fácil momentos de dificultades y conflictos.
Cómo aprender a reconocer las emociones básicas
Fue justo hace un año (junio de 2017) cuando se planteó la idea de introducirlo en la programación general para el curso 2017/2018, y su desarrollo ha durado cinco meses (de enero a mayo). El programa se ha realizado en dos cursos de 5º de Primaria, aunque luego la formación se ha ido extendiendo a los estudiantes que han asistido a las representaciones finales (más de 100) además de padres y profesores. En este aspecto, la formación la han recibido desde las tutoras que atienden a los alumnos de 3 años hasta las que dan clase a los de 11 y 12 años; por tanto, ésta se ha puesto en práctica en todos los grupos según han considerado las docentes.
Con el alumnado se han desarrollado clases participativas en las que han aprendido a reconocer emociones básicas (miedo, rabia, tristeza y alegría), para luego gestionarlas en el día a día y saber cómo resolver conflictos de manera pacífica. Se han utilizado máscaras y una metodología, propia del Teatro de Conciencia, que les ha ayudado a reconocer sus emociones para así gestionarlas con técnicas de relajación aprendidas.
Este conocimiento de cómo actúan en ellos las emociones, y como por ejemplo el miedo puede llevar a agredir a un compañero, les predispone a ponerse en la piel del otro (empatía) así como al perdón. También han aprendido a resolver los conflictos dialogando y de manera autónoma. Los niños destacan el teatro como una forma muy divertida de aprender.
Todos ganan: estudiantes, profesores y familias
Se han visto mejoras a diversos niveles y los beneficios se han notado en los alumnos a los que les costaba canalizar sus emociones y resolver conflictos: la agresividad se ha sustituido por el diálogo y el acercamiento a los compañeros. De igual forma, las relaciones humanas en el claustro del profesorado han mejorado porque el programa nos ha ayudado a acercarnos más, a profundizar en los sentimientos y las emociones de los compañeros, saber por qué actuamos de una manera o de otra y a conocernos.
Precisamente, desde el momento en que las docentes han mostrado otras formas de pararse, escuchar, respirar y actuar tras haber llegado al período de calma para resolver desacuerdos físicos o verbales las ventajas han estado ahí, y esta calma es la que hace que los estudiantes puedan ser atendidos mucho mejor.
Con la formación de padres, también podemos decir que la evaluación ha sido muy positiva mostrando interés por continuar en ella y profundizar en la adquisición de nuevos conocimientos. Las familias muchas veces no tienen pautas para actuar ante situaciones de conflicto con sus hijos y ‘En sus zapatos’ les ha ofrecido herramientas para poco a poco gestionarlas con una mayor eficacia.