En nuestro centro hemos puesto en marcha por cuarto año consecutivo un proyecto de ajedrez educativo y transversal que se lleva a cabo en horario lectivo. ¿El objetivo? Reforzar las asignaturas de Lengua y Matemáticas en Educación Primaria usando este juego de lógica como herramienta educativa.
El proyecto
Para poder realizarlo con éxito nuestro alumnado no tenía que conocer todos los temas relacionados con el ajedrez, pero sí los elementos básicos del uso del tablero y del movimiento de las piezas. Por eso, comenzaron familiarizándose con los tableros e, incluso, diseñaron los suyos propios con materiales simples y sencillos de manipular.
A continuación, creamos 64 tarjetas relacionadas con los contenidos de las materias a repasar y que se estaban trabajando en ese momento en el aula. Los estudiantes tenían que usar los movimientos de las piezas de ajedrez con el objetivo de ‘capturar’ las tarjetas relacionadas entre sí; todas ellas adaptadas en función del curso escolar. Si, por ejemplo, los alumnos se encontraban estudiando las sumas, tenían que formar parejas en torno al resultado de esa operación matemática. Así, en una tarjeta de color rojo, estaba esta información: “44 + 23 =”. Y en otra tarjeta del mismo color estaba el resultado: 67. Conseguirla era su objetivo.
La metodología empleada es la más simple, visual, intuitiva y participativa posible. Las actividades y materiales que los alumnos utilizan son manipulables para hacer uso de los contenidos de forma lúdica y diferente. Para ello, hemos partido de los conocimientos previos que los alumnos están trabajando para favorecer un aprendizaje más significativo.
Conclusiones
Durante estos tres años anteriores de implantación del proyecto se han notado mejoras. Los alumnos se han encontrado más motivados y se han implicado más en la realización de las actividades. Si partimos de los beneficios que ha aportado el ajedrez en este proyecto, cabe destacar una mayor atención, memoria y pensamiento lógico. Los estudiantes han sido más conscientes de sus actos a la hora de tomar decisiones; han desarrollado un pensamiento más crítico y han ganado en creatividad e imaginación.
También ha mejorado su comportamiento a la hora de realizar las actividades. Hay un mayor respeto entre los alumnos y se ayudan tanto para resolver las actividades como para organizar la clase. A su vez, se ha percibido una progresión en las habilidades de cálculo mental y concentración. Por último, todas las actividades que se han realizado en torno al proyecto se han llevado a cabo en igualdad de oportunidades para niños y niñas.
En definitiva, el alumnado tiene que aprender a aprender. Queremos que sean conscientes de su propio aprendizaje a la hora de realizar las diferentes actividades y tengan una mayor responsabilidad y autonomía.