No es verdad que nuestros jóvenes estén cada vez más apagados y que no quieran saber nada que tenga que ver con la educación. La radio escolar que, por iniciativa propia, creó el alumnado del Instituto de Cabra para que los docentes y padres escucháramos su voz, lo que piensan, lo que sienten… es un ejemplo de ello. Con ella, también se cubrió la necesidad de desarrollar dos habilidades imprescindibles para la vida diaria del alumnado: la expresión oral y la escrita que, a menudo, se ven desplazadas debido a la carga teórica de las materias.
El comienzo
Para empezar, iniciamos un proceso de investigación donde nos topamos con algunas dificultades, como la burocracia administrativa y cierta desaprobación hacia este tipo de metodologías, ya que requieren un tiempo extra por parte del docente. La radio debía conseguir la participación de todo el profesorado sin la necesidad de emplear un tiempo que, a veces, no se tenía o no se quería tener.
Fue necesario establecer una buena organización, ya que nos vimos desbordados por la participación del alumnado. El hecho de que jóvenes de diferentes clases quisieran colaborar nos impedía desarrollar el proyecto en horario lectivo, así que utilizamos Google Classroom para compartir materiales y dudas e invadimos uno de los departamentos vacíos del centro, donde pudimos reunirnos en los recreos y expresarnos sin tabúes.
Compromiso y ganas
La ilusión y el nerviosismo que siempre provoca un micrófono hizo que se tomaran en serio su labor de investigación. Además, los que participaron se comprometieron por escrito a superar todas las materias, de no ser así, deberían de abandonarla hasta estar al día. De este modo, concretamos unas fechas, unos temas y repartimos los roles de cada uno, elegimos al presentador, quién daba las recomendaciones y quién hacía las entrevistas.
Para la preparación de los temas, los estudiantes entrevistaron a profesorado, personal administrativo y todo tipo de gente: salieron a la calle con grabadoras e hicieron partícipes tanto a los familiares, como a la radio municipal, asociaciones y comerciantes de la localidad. Querían ver si su realidad era parecida a la de los adultos que los rodeaban. Todo el material recopilado debía estar perfectamente organizado, por lo que las transcripciones iban directas a las escaletas, realizadas en documentos de Google que previamente les había facilitado en Classroom.
Una vez escritas las escaletas y elegida la música, llegaba el momento de grabar con Audacity. Después de editar y montar, subíamos el programa a Anchor, una plataforma gratuita que integra los podcast directamente al canal de Spotify, y con el que podíamos hacer llegar nuestro contenido a quien quisiéramos.
Conclusiones de la radio escolar
De este modo, y usando solo un micro y un ordenador, creamos nuestro primer podcast educativo: Pod-Dag, el 15 de febrero de 2021. Un año después ya reunía un total de 13 programas, cerca de 20 horas de audios y numerosas entrevistas, colaboraciones y directos con la radio municipal. Los resultados obtenidos superaron con creces las expectativas que teníamos al respecto. El propio profesorado comprobó cómo el alumnado que recorrió todo el proceso de la radio escolar mejoró las exposiciones orales y la ortografía y perdió el miedo a hablar en público.