Gracias a la técnica de animación Stop Motion es posible aparentar el movimiento de objetos estáticos a través de imágenes fijas. En la escuela Vedruna Ripoll la han utilizado con la ayuda del kit HUE Animación Estudio para dar vida a dibujos hechos con papel y plastelina. ¡Hasta han movido juguetes!
Además de para proyectar documentos, tomar instantáneas de las fichas o los trabajos que realizan los alumnos para luego mostrarlos al resto de la clase, la escuela Vedruna Ripoll (perteneciente a la alianza de centros educativos Escola Nova 21) utiliza el kit HUE Animación Estudio para crear movimientos animados con cualquier objeto y editar animaciones en Stop Motion.
HUE Animación Estudio
Y es que este dispositivo contiene todos los elementos necesarios para la realización de estas tareas: una cámara con micrófono (disponible en varios colores) que también funciona como visualizador; un software de edición de vídeo para crear las composiciones con efectos de sonido; actividades para imprimir y fondos; y un libro de animaciones en español de 60 páginas con las instrucciones y varios ejemplos.
Fomentando la expresión escrita y oral
Este kit potencia la imaginación de los estudiantes y ayuda a que cuenten sus propias historias. De ahí que, como cualquier película, escrito o texto, lo primero sea pensar en la historia que se va a contar. “En grupos de cuatro y con una base de orientación, delimitan el contexto, deciden los personajes protagonistas, preparan el escenario e imaginan las fotografías que harán”, explica Joana Murgou, su directora pedagógica.
En lo que a competencias es refiere, el posible trabajar la expresión escrita de diferentes maneras: “Crean historias, convierten un cuento tradicional en película, explican una leyenda o hablan y documentan gráficamente un hecho científico”, añade Murgou. En su opinión, recrear una historia conocida ayuda a mejorar la comprensión lectora, porque los chavales tienen que encontrar la idea principal de cada párrafo para luego elaborar el guión.
HUE Animación Estudio también fomenta la expresión oral (invención de diálogos, doblaje) y favorece la experimentación, por ejemplo observando y grabando el crecimiento de una planta, lo que le convierte en una buena herramienta STEM.
Trabajo en equipo
La directora pedagógica de la escuela Vedruna Ripoll afirma que, por otro lado, el trabajo colaborativo se ha visto mejorado. “Un estudiante controla la escena y mueve los personajes, otro pulsa el botón del ordenador para hacer las fotos y se asegura que la imagen se vea bien en la pantalla y luego está el que pone la voz. La labor del alumno que cuida todo el material también es importante y debe tener apuntados cada uno de los objetos que tiene que salir en cada fotografía”, relata.
El modo en que los chavales crean sus historias (a las que añaden voz, música, efectos...) es muy intuitiva. Asimismo, la gestión de los textos y la velocidad de los fotogramas es muy simple y existe la opción de añadir globos con texto a los personajes.
Tecnología, creatividad y juego se entrelazan en esta experiencia que ayuda a que los estudiantes “entiendan cómo se construye el universo del cine, plano a plano y las películas que miran cada día, favoreciendo la competencia digital y entendiendo la comunicación·, concluye Murgou.