Los temas medioambientales, que se imparten de forma transversal a lo largo de la Educación Secundaria, y el Universo aparecen en el currículo de todos los cursos e implican a distintas áreas de conocimiento. En nuestro centro decidimos trabajarlos de forma conjunta, animando a los estudiantes a crear una nave espacial desde la que combatir el cambio climático.
Conociendo el Universo
Como preparación a nuestro viaje espacial creamos una serie de unidades didácticas interdepartamentales y para todos los niveles con las que diseñamos cuentos ilustrados, podcast sobre planetas del Sistema Solar y vídeos explicativos sobre el cambio climático, el desarrollo sostenible y la huella de carbono. Planteamos a nuestro alumnado la necesidad de los satélites y los viajes espaciales; su contribución a la mejora del medioambiente, ya que desde el espacio se observa mejor la Tierra; la necesidad de los satélites espaciales para el uso de las telecomunicaciones; la importancia de llevar una dieta saludable (necesaria para poder salir al espacio); qué requisitos debe tener un astronauta; qué leyes físicas rigen el movimiento de los planetas… De esta manera, los menores fueron adquiriendo todos los conocimientos necesarios para poder viajar al espacio exterior.
A cada nivel educativo se le asignó luego una tarea concreta. Los grupos de tercero de ESO investigaron sobre la conservación de los alimentos en una nave espacial, deshidrataron fruta y verdura en casa y realizaron una experiencia para comprobar cómo se puede obtener energía de las disoluciones salinas con paneles solares. Así, aprendieron los beneficios de llevar una dieta saludable. El alumnado de cuarto de ESO, por su parte, elaboró de forma colaborativa una unidad didáctica interactiva a través de Genially, que se puede ver pinchando en este enlace.
Una vez que todos estaban preparados para convertirse en astronautas, fue el momento de empezar a crear nuestro vehículo espacial y diseñar una aventura gráfica conversacional que tendrían que resolver.
Viaje por el espacio
Junto con el profesor de Tecnología, el alumnado de 1º y 3º de ESO construyó una nave espacial con cartón reciclado, desde la que debían combatir el cambio climático, aprendiendo a usar los satélites para ver la salud de la vegetación de la Tierra, y a distinguir los campos de cultivo ricos de los menos favorecidos, para apreciar la desigualdad presente en nuestro planeta.
El vehículo se instaló en el hall del instituto y fue nuestra sala de proyecciones. Se trataba de una nave en forma de cúpula geodésica a gran escala que implicó poner en práctica conocimientos de geometría y tecnología. Una vez construida la estructura, nos quedaba el reto de ‘hacerla despegar’ de modo que los menores pudieran demostrar los conocimientos adquiridos en las unidades didácticas. Para ello, conseguimos una valla electrónica de 10 metros de ancho por 2 de alto que utilizamos como cabina. Las matemáticas volvieron a entrar en juego: nuestros estudiantes tuvieron que contar los píxeles de la pantalla y buscar la mejor proporción para los vídeos que irían en ella. Luego, creamos nuestro viaje espacial con sus enigmas y planetas por descubrir.
Finalmente, necesitábamos un ordenador de a bordo que nos guiase en el viaje y nos plantease los distintos retos. Esto lo hicimos con el asistente de audio virtual Alexa: diseñamos una aventura gráfica conversacional guiada por “Hall 9000” y “Diana Trujillo”, directora de vuelo de la misión Perseverance. Además creamos, aprovechando la inteligencia artificial de Alexa, varios hologramas como los de Marie Curie y Margarita Salas.