Mindfulness como asignatura obligatoria en Bachillerato
¿Qué beneficios pueden obtener los estudiantes de Bachillerato de una asignatura como el mindfulness? Eduardo Blesa, profesor encargado de impartirla en Andalucía, nos los cuenta.

¿Qué beneficios pueden obtener los estudiantes de Bachillerato de una asignatura como el mindfulness? Eduardo Blesa, profesor encargado de impartirla en Andalucía, nos los cuenta.
Al inicio de este curso escolar 2017/2018, los estudiantes de 2º de Bachillerato del Colegio La Asunción (Málaga) al decidir que asignaturas de libre configuración podían cursar se encontraron con una importe novedad, una nueva materia: Mindfulness: atención plena en el universo emocional. Y es que la Consejería de Educación de la Junta de Andalucía ha autorizado Mindfulness como asignatura obligatoria, curricular y evaluable. Nos cuenta la experiencia el profesor que la imparte, Eduardo Blesa.
La asignatura Mindfulness: atención plena en el universo emocional tiene tres bloques fundamentales de contenido que son: Mindfulness, Inteligencia emocional y Compasión/autocompasión. En este sentido, es una materia que emplea una metodología fundamentalmente práctica.
Se trata -sobre todo- de que los 'alumnos meditadores' aprendan a desplegar técnicas y habilidades para desarrollar la atención, la observación, la escucha, el silencio, la mirada hacia el interior, aprender a vivir en el presente y gestionar los pensamientos y emociones con aceptación y sin juicios; en el desarrollo de las prácticas meditativas es muy positivo tomar conciencia del momento presente, el aquí y ahora.
La clase siempre comienza con el sonido de tres gong que invitan al recogimiento adoptando una postura adecuada y realizando tres respiraciones profundas. A continuación, se introduce de manera breve el tema que se va a tratar ese día y el alumnado comienza ya a practicar la escucha atenta.
El siguiente paso es la presentación de dos o tres prácticas meditativas que se desarrollarán a lo largo de toda la sesión. El sonido de los tres gong que antes hemos mencionado, acompañados de tres respiraciones profundas, siempre marcan el principio y el final de cada una de las prácticas.
Precisamente, en el desarrollo de cada práctica existe un espacio donde los alumnos comparten su experiencia, dificultades, progresos, estados emocionales, inquietudes y preguntas… Todo este feedback es exponencialmente positivo para el desarrollo de las propias prácticas, sesiones y en general para la propia asignatura porque esta retroalimentación también ayuda a compartir los procesos que realizan. Recuerdo que una vez una alumna me dijo: “Que bien poder compartir sabiendo que nadie te va a juzgar, esta clase nos da libertad para poder expresar lo que sentimos libremente”.
Al final de cada clase tienen que cumplimentar un cuestionario acerca de sus logros, dificultades, estados emocionales y de cómo llevar a cabo estas prácticas meditativas a la vida diaria. A este respecto, los objetivos que se persiguen son los siguientes:
Las actividades del aula se complementan con lecturas de libros y prácticas meditativas que quedan recogidas en un diario de meditación y un portfolio. Asimismo, los estudiantes elaboran trabajos de investigación relacionados con el mindfulness y la inteligencia emocional.
1 Comentarios
Hola, me gustaría ponerme en contacto con el docente Eduardo Blesa, podrían ayudarme, por favor.