En mi labor como profesor de matemáticas encontré la manera de unir la ilusión que suscita la magia con las matemáticas, y así surgió este proyecto ‘matemagia’: una serie de trucos con cartas o con números cuyo secreto está en alguna propiedad u operación matemática. La actividad tenía un doble objetivo: por un lado, motivar a los alumnos en clase; y por otro, que descubrieran con sus propias manos que las matemáticas están presentes en muchísimas facetas de su entorno, incluidas en unos sorprendentes trucos de magia.
Los viernes de ‘matemagia’
Durante un par de meses, las clases de los viernes de matemáticas de 1º de ESO se convirtieron en un espectáculo mágico. Los estudiantes aprendían y practicaban trucos relacionados con la asignatura. Cada uno experimentaba y elegía algún juego de ‘matemagia’ y lo exponía delante de sus compañeros en un aula que se disponía de forma circular, de manera que los menores iban rotando para ser espectadores de las ‘ilusiones’ de los demás, a la vez que hacían las suyas. Incluso estudiantes de otros cursos vinieron al aula a disfrutarlos.
Pero no solo exponían el juego sin más; también debían elaborar una historia que acompañara al efecto. Así, trabajábamos la parte matemática y, a la vez, la expresión oral, la creatividad y la imaginación. En el colegio realizamos varios proyectos para practicar el discurso y la comunicación y, con estas sesiones, conseguimos entrenar estos aspectos tan importantes en la educación actual.
Por otra parte, me encargaba de traer algún juego llamativo para que descubrieran entre todos, partiendo de unas pequeñas orientaciones, cuál era el secreto matemático que escondía. De este modo, repasamos las series numéricas, las ordenaciones, las mezclas ordenadas y las propiedades de ciertos números y de ciertas operaciones. Una vez que exponían sus teorías, yo les desvelaba la parte matemática del efecto; la parte mágica no, esa quedaba para su imaginación. Algunos lanzaban ideas de cómo se podría modificar el efecto y qué historia podría tener.
Conclusiones
Los estudiantes esperaban con impaciencia que llegara la clase del viernes para que les presentara el nuevo juego. Pero lo más importante es que todos comprobaron que las posibles aplicaciones que tienen las matemáticas en su entorno son múltiples. El hecho de cuestionarse cómo funciona cada truco y descubrir que es a partir de una base matemática les dio recursos para responder a la típica pregunta: “¿para qué sirven las matemáticas?”.
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