El año pasado, en el IES Pueblos de la Villa de Fuente de Álamo en Murcia, el profesor de Matemáticas Abraham Fernández López se embarcó en ‘Nativos Digitales’, un proyecto para que los padres de los alumnos del centro se acercaran a las nuevas tecnologías y pudieran resolver las distintas dudas surgidas en un entorno en ocasiones desconocido para ellos; aun sabiendo que sus hijos han nacido en la era digital y son autodidactas en la materia. Fernández López también es coordinador del programa ‘Enseñanza XXI’ de esta escuela.
Padres en la era digital
¿Qué es un hashtag? ¿Cómo puede mi hija tener más de 1.000 amigos en Twitter si apenas sale de su habitación?, de hecho ¿qué es Twitter? ¿Cómo? ¿Que el profesor quiere que entre dónde para ver los comentarios que tus maestros han puesto sobre qué?... No sé qué hacer.
Como profesor en un centro educativo de Secundaria, diariamente encontraba padres y madres completamente desbordados por las nuevas tecnologías que asediaban el entorno natural de sus hijos y por extensión el suyo propio. Padres incapaces de comprobar algo hasta ahora tan sencillo como el que sus hijos hubiesen hecho los deberes o no. En definitiva, padres analógicos de una generación completamente digital.
Con esta idea en mente, el pasado curso 2015-2016 nacía un ambicioso proyecto de centro que, bajo el inicialmente desconcertante título de ‘Nativos Digitales’, pretendía tender un salvavidas a esos padres que tan necesitados estaban de él y para los que hasta ahora la Red era tan sólo un término propio de la pesca.
Resolviendo dudas
El centro, anteriormente, había decidido embarcarse en un programa educativo llamado ‘Enseñanza XXI’ (con cierto sabor a Atenea y a Mercurio para los más nostálgicos), en el que las tabletas y las pizarras digitales debían sustituir al encerado y a los libros de papel de nuestros alumnos. Y curiosamente, ¡funcionó! Los cursos pasaron y las promociones digitales fueron sucediéndose una tras otra mientras nosotros aprendíamos a velocidad vertiginosa a solucionar problemas más propios de un técnico informático que de un licenciado en Historia, Lengua o Matemáticas. Pero la fórmula funcionaba ¿o no? Lo cierto es que un elemento básico del trinomio profesor-alumno-familia había sido olvidado de este ambicioso programa, y estaba asistiendo a él como mero espectador y ya era hora de que eso cambiase. Y ese fue el nacimiento de ‘Nativos Digitales’.
Durante todo un trimestre, un grupo de profesores voluntarios dedicó su tiempo libre al diseño de una programación digital que abarcase todos aquellos temas que consideraban debían ser conocidos por los padres de nuestros alumnos digitales. Fruto de ello, una mañana como otra cualquiera, nuestro alumnos llegaron a casa con un pequeño papel doblado en forma de tríptico, y quizá más cargado de ilusión que de esperanza, que invitaba a las familias a asistir al centro acompañadas, por qué no, de sus hijos, para aprender algo que ni siquiera sabían lo que era.
Unos días después llegó la prueba de fuego. Mentiría si dijese que nos faltaron sillas y mesas para sentar a la avalancha de padres que vino a la primera sesión, pero hubo respuesta. Quizá movidos por la curiosidad, quizá por el boca a boca que tan bien funciona en los pueblos o quizá, tampoco importa tanto, por saber que les iban a regalar un lápiz de 8 gigas al terminar la sesión, el caso es que sesión tras sesión, la afluencia de los padres era cada vez mayor. Todos juntos aprendimos cosas que necesitábamos aprender. Ellos de nosotros y nosotros de ellos. Porque a veces somos nosotros los que no entendemos como ‘un infoalu’ no tiene respuesta.
Imagen destacada: Fuente Internet Segura IB del Govern de les Illes Balears