La diversidad de necesidades, intereses y capacidades no siempre es aceptada con naturalidad y sin reticencias por niños y adultos. La única manera de acabar con estas reservas es actuar sobre ellas y, así, garantizar la calidad educativa.
Educar en la empatía
Para ello hay que ayudar a quienes rehúsan esas diferencias a reconocer y respetar las de todos los alumnos, sin ningún tipo de distinción. La inclusión, más allá de la integración, hace imprescindible “Educar para la empatía”. En esta experiencia de escuela, llevada a cabo con alumnado de 8 años, se ha usado como eje motivacional la técnica del Fotovoz a través de cuatro actividades.
Actividad 1. Lluvia de ideas
Descubrir qué piensan nuestros alumnos como reflejo de la sociedad actual es el primer paso. Para ello, se pide a toda la clase que durante unos minutos reflexionen y escriban sobre estas dos preguntas: ¿Qué es para ti la diversidad? y ¿Qué es para ti la diversidad funcional?
Atendiendo a la definición de diversidad por personas que no se parecen. Puede ser por su aspecto físico, porque que son altas, bajas, gordas, flacas…; bien por su origen, porque proceden de países diferentes; bien por su carácter, porque unos son muy tranquilos y otros más nerviosos; bien por sus necesidades, porque usan gafas para ver o un aparato dental; o bien porque tienen diferentes gustos.
Esta primera fase sirve para identificar las ideas que tienen nuestros alumnos y que queremos transformar: quizá piensen que tienen problemas o dificultades para aprender, necesitan ayuda, son diferentes en algo de los demás, no pueden hacer todo lo que los demás hacen, se sienten mal...
Actividad 2. Debates y entrevistas
Se diseña una batería de preguntas a la que los niños deben responder tras la proyección de una serie de imágenes de personajes destacados con diversidad funcional. Los comentarios mayoritarios son: “pobrecita”, “no puede hacer muchas cosas”, “es diferente”. Sólo una pequeña minoría reacciona de forma contraria ante estas palabras y se inicia el debate.
A petición de una alumna, nos visita Juana. Ella tiene diversidad funcional y es madre en la escuela. Los alumnos preparan en días previos una entrevista para poder dar respuesta a muchas dudas sobre cómo vive su día a día. Esta visita les lleva a descubrir la importancia de buscar estrategias ante las adversidades, la necesidad de actuar y los beneficios de trabajar en equipo.
Actividad 3 .Colaboración de expertos
En este punto de la experiencia es importante establecer redes de trabajo. Permitir la entrada de expertos en materia de inclusión en las aulas contribuye enormemente a transformar la visión que tenemos sobre las personas con diversidad funcional. La conexión por Skype con la Fundación Imaginarte y la participación de Laura, trabajadora en el centro de la Asociación Pro Personas con Discapacidad Intelectual de Galicia (SPRONAGA), nos ayuda en la definición de los términos.
Actividad 4 . Fotovoz
El uso de la fotografía nos permitirá evocar lo aprendido en estas sesiones previas. Pensar, reflexionar y tomar decisiones sobre qué y cómo fotografiar para representar la diferencia permitirá acercar a la ciudadanía a esta realidad y aceptarla.
Nuestras reflexiones finales son:
- Todos podemos en algún momento de nuestras vidas ser discapacitados.
- A todos nos cuesta aprender o hacer más unas cosas que otras.
- Todos necesitamos ayuda en algunos momentos.
- Todos tenemos problemas en la vida.
- Todo lo podemos hacer con esfuerzo: con más o menos.
- No debemos buscar excusas para no afrontar los retos.
- Todos somos diferentes por fuera: altos, bajos, rubios, morenos…
- Todos somos diferentes por dentro: gustos, necesidades, intereses...
- Todos nos sentimos “extraños” de vez en cuando.
- A todos nos cuesta tener amigos.
- Todos necesitamos que nos acepten como somos.