Educación activa, neuroeducación y curriculum. Estos son los tres pilares básicos de nuestro centro, situado en Castrillo del Val (un pequeño pueblo de Burgos) y que nació en 2014 gracias al impulso de un grupo de familias que deseaban ofrecer un modelo educativo diferente al tradicional a sus hijas e hijos.
Para ello, nuestro proyecto educativo está basado en los avances de la neuroeducación y toma como base principios de la educación activa como el contacto con la naturaleza, aprender a través de la acción y el respeto al ritmo de aprendizaje. Estos principios pedagógicos invaden cada rincón de la escuela: la distribución horaria, la organización espacial o la selección de materiales, entre otros. Así, desde que nuestro alumnado entra en la escuela, se fomenta al máximo su autonomía y capacidad para la toma de decisiones: desde gestos tan cotidianos como cambiarse sus zapatos hasta elegir los contenidos académicos que quieren aprender.
Desde la motivación
Además, el horario se distribuye alternando sesiones de trabajo y concentración con momentos de movimiento y juego libre. Las aulas de trabajo están organizadas en diferentes rincones, con estanterías repletas de materiales manipulativos al alcance de todos.
En el grupo de los mayores, del que soy tutora, cada niña y niño tiene un ‘cuaderno de compromisos’ en el que semanalmente decide de forma individual qué contenidos quieren aprender de las asignaturas troncales a través de los materiales del centro. De este modo, en una misma sesión puede haber un alumno estudiando los órganos vitales del cuerpo humano, mientras otro trabaja las tablas de multiplicar y otro clasifica los sustantivos comunes de los propios. Esta manera de trabajar, a través de la educación activa, facilita enormemente poder respetar el ritmo de aprendizaje del alumnado y disminuye la competitividad.
Aprendizaje transversal y basado en proyectos
También realizamos talleres y proyectos. Los primeros son propuestas con un eje central que abarcan diversos contenidos académicos del curriculum de forma vivencial y con un enfoque transversal. Por ejemplo, en los talleres de cocina se desarrollan muchos contenidos matemáticos y lingüísticos. Por su parte, los proyectos nacen de los intereses del alumnado: de forma democrática eligen libremente un tema, del mismo modo que toman la decisión de qué forma le quieren dar a esa investigación. El último proyecto ha sido un cine-documental sobre el universo. Han creado sus personajes y una historia de fantasía a través de la cual han ido dando datos reales sobre el Sistema Solar, los planetas, las fases lunares… Además de toda la información relacionada con la temática, han creado una historia, interpretado un guion teatral, memorizado los diálogos y construido el atrezzo.
Todas estas propuestas son muy atractivas y apasionantes, pero si tengo que destacar algo de nuestro proyecto, sin duda, la base y pilar fundamental está en el rol que tenemos las maestras como acompañantes del desarrollo integral de los estudiantes. Buscamos generar una relación más horizontal y cercana basada en la conexión, el acompañamiento emocional y la escucha.
Hola bendiciones, desde mi perspectiva pedagógica el modelo que propone la escuela activa es el ideal para fortalecer la dinámica curricular de nuestras escuelas, puesto que a partir de él, lograremos desarrollar un proceso docente educativo motivador, integrador en nuestras futuras generaciones, con este modelo el escolar podra potencializar todas sus dimensiones humans, en cuanto al pensar, sentir y poner en práctica lo aprendido, para salir de la zona de confort que ofrece la escuela tradicional, aquí faltaría u la escuelas estén dotadas de un espacio adecuado, con un buena biblioteca con textos integradores en sus respectivas áreas de conocimiento y recurso humana calificado, profesores comprometidos con vocación para poner en marcha esté proyecto y lograr los objetivos esperados