Estudiantes convertidos en pequeños científicos para descubrir la primavera

Los alumnos de 4 años del CEIP Maestra Emilia Zuza Brun de Santurtzi (Bizkaia) se transformaron en científicos para aprender sobre las flores y plantas, su ciclo de vida y cómo nacen durante la primavera con el proyecto ‘Zientzialariak gara’. Nos lo cuenta Maria Teresa Carranza Canales, maestra de Educación Infantil.

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Experiencia Somos Científicos

Durante dos meses, y coincidiendo con el comienzo de la primavera, ideé un proyecto para mis alumnos de 4 años llamado ‘Zientzialariak gara/Somos científicos’. El objetivo era trabajar la llegada de la nueva estación como si fuéramos científicos, huyendo de las clásicas formas de aprendizaje de las estaciones del año que suelen darse en esta etapa escolar. Por otro lado, se trabajó en una de las competencias básicas específicas para el desarrollo de los alumnos, como es la científica y tecnológica.

El pequeño tulipán rosa

Todo comenzó con la narración del cuento ‘Tulipa txikia/El pequeño tulipán rosa’. El protagonista es un pequeño bulbo de tulipán que vive muy tranquilo bajo tierra. Un día, llaman a su puerta tres personajes muy importantes para que pueda crecer: la lluvia, el viento y el sol. Al principio, no les quiere abrir la puerta por miedo, pero le convencen para subir a la superficie y convertirse en un hermoso tulipán rosa, formando parte, junto con el resto de flores, de la llegada de la primavera.

Somos Científicos

Analizando la historia y los personajes aprendimos cómo son los bulbos de tulipán, qué ocurre en primavera, qué cambios en el entorno se producen, qué necesitan las flores y las plantas para crecer, etc. Pero con el debate surgieron diversas dudas, de modo que decidimos abrir una pequeña investigación en torno al crecimiento de las flores y plantas mediante la realización de una serie de experimentos científicos, manualidades y otras actividades.

Los elementos naturales

Para organizar la investigación y las actividades nos centramos en los protagonistas principales del cuento de, es decir, la lluvia y el agua; el sol y el calor, los colores y la luz; el viento y el aire; y el tulipán y las plantas o las flores, la siembra, la temperatura, las frutas…

El agua

Empezamos a trabajar con la lluvia y el agua mediante una serie de experimentos tales como la creación de lluvia artificial con algo tan simple como espuma de afeitar, agua y colorante alimenticio. También observamos cómo las plantas absorben el agua para crecer a través del proyecto ‘El agua que camina’. Gracias a él, los niños comprobaron la necesidad de la lluvia para el desarrollo de las plantas y para los humanos, así como la importancia del ahorro en el consumo de agua.

El sol

El siguiente aspecto que trabajamos fue el sol. Para ello, nos basamos en un proyecto anterior sobre el universo y recordamos cómo la estrella proporciona energía y luz a los planetas que conforman el Sistema Solar. Además, realizamos una serie de actividades plásticas utilizando materiales como sal, pasta de afeitar, leche, colorante alimenticio, lavavajillas o témperas. También aprendimos a analizar el tipo de colores existentes y sus posibles mezclas, de tal manera que los niños comprobaron la importancia que tiene la luz y el color para la vida, no solo de las plantas, si no también de los humanos.

Somos Científicos

En este punto, nos pareció interesante introducir al pintor ruso Wassilly Kandinsky, ya que otorga mucha importancia a las emociones que proporcionan la luz y el color en su obra. Además, este artista de color introducía otro elemento en sus trabajo muy cercano y atractivo para los niños de estas edades: las figuras geométricas. Por eso, estuvimos analizando sus obras e intentamos imitarlo realizando la nuestra propia utilizando tapones de plástico para elaborar un mural o con figuras geométricas recortadas en papel de diversos colores. La experiencia tuvo tanto éxito entre nuestros peques que estuvieron elaborando ‘obras como Kandinsky’ hasta final de curso.

El aire

El tercer aspecto que estudiamos fue el aire. En este momento de la investigación aprendimos que las plantas utilizan los gases del aire para crecer. Si no hay suficientes gases disponibles, como el dióxido de carbono, las plantas pueden verse afectadas negativamente, ya que estas combinan este gas con agua y luz para el proceso de fotosíntesis. Asimismo, aprendimos que para los humanos también es importante el intercambio de gases con el medio externo a través de la entrada de oxígeno a nuestro cuerpo, mediante la respiración. Para aprender a controlar la respiración realizamos una serie de experimentos y actividades plásticas dibujos soplando tempera con una pajita de refresco o el soplido de una bola de papel de aluminio para que atravesara un laberinto de plastilina.

Huerto escolar para la primavera

Aunque lo ideal hubiese sido sembrar bulbos de tulipán, no lo vimos adecuado, ya que los tulipanes se deben sembrar en otoño. Sin embargo, a lo largo de toda la investigación fuimos analizando otros aspectos en torno al crecimiento de las plantas y empezamos por sembrar unas fresas, lechugas y tomates cherry en el huerto de la escuela, para ver el desarrollo hasta poder consumirlas. 

Huerto Escolar

Para ello, organizamos a los niños por grupos de tal manera que tuviéramos unos encargados de la siembra y cuidado de regar las plantas; otros, de observar y analizar el crecimiento; otros, realizando estadísticas sobre el tiempo atmosférico durante la primavera; y otros, formando parte de la patrulla verde-ecológica, encargada del cuidado y mantenimiento de la limpieza del cole para evitar acumulación de basuras, así como del reciclaje en los contenedores correspondientes. Por otra parte, entre todos elaboramos flores con materiales reciclados como hueveras y tubos de cartón.

A la vez que estudiábamos los aspectos anteriores, introdujimos al pintor italiano Giuseppe Arcimboldo, conocido por sus representaciones del rostro humano a partir de flores, frutas, plantas, animales u objetos. Al igual que hicimos con Kandinsky, analizamos sus obras e intentamos imitarlo realizando nuestras propias obras utilizando recortes de frutas y verduras para elaborar nuestro retrato. 

Todos los experimentos que se realizaron los iban plasmando y recogiendo por escrito con nuestra ayuda en una serie de fichas. Al finalizar el proyecto, reunimos las hojas para convertirlas en un libro que viajó por las casas de todos los alumnos para compartirlo con las familias.

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