El famoso cubo de Rubik, el rompecabezas tridimensional más popular de la historia, ha cumplido ¡50 años! Creado por el escultor y arquitecto húngaro Ernő Rubik, pone a prueba la destreza y la capacidad de concentración de quién se ‘enfrenta a él’ para que las piezas de cada una de sus seis caras tengan el mismo color. Ahora bien, sus posibilidades son mucho más enriquecedoras como hemos comprobado en esta situación de aprendizaje que correlaciona muchos criterios de evaluación del currículo escolar.
Destreza matemática y geometría
Lo primero que trabajamos fueron los poliedros, entendiendo nuestro mundo como un lugar lleno de caras, aristas y vértices. Y no solo eso, como cada cara del cubo se subdividió en otras que llamamos ‘cubies’ el alumnado tuvo también que ordenarlas a través de diferentes giros.
Iniciación en los algoritmos matemáticos y percepción espacial
La complejidad del cubo de Rubik radica en que para resolverlo necesitamos recurrir a una serie de algoritmos codificados con las siguientes letras: U, D, L, R, F y B; unas letras que se corresponden con cada cara (Up, Down, Left, Right, Front y Behind) o lo que es lo mismo: arriba, abajo, izquierda, derecha, frontal y trasera.Así, cuando los estudiantes veían una de estas letras, giraban la cara correspondiente en el sentido de las agujas del reloj. Si la letra tenía un apóstrofe al lado, lo giraban en sentido contrario. Uno de los algoritmos que utilizaron para resolverlo fue: R, B’, F, L’, D.
Comprensión lectora
Para abordar aspectos más allá de las matemáticas nos enfocamos en la inteligencia colectiva a través de la comprensión lectora. Utilizamos para ello un texto visual acompañado de un videotutorial alineado con la metodología DUA (Diseño Universal para el Aprendizaje). Se trabajó de manera cooperativa con lecturas y turnos de comprensión en diferentes niveles buscando siempre la motivación final para armar el cubo. Este texto visual se presentó en varios formatos y después lo dividimos en varios algoritmos secuenciales a la vez que íbamos armando diferentes cubos. Cuando los estudiantes comprendían un algoritmo y lograban aplicarlo al cubo, avanzábamos al siguiente.
Competencia digital
También dejé disponible el texto en el Moodle de mi entorno virtual para trabajarlo desde una perspectiva digital y ahorrar papel, entregando únicamente una copia para los estudiantes que aprenden mejor a través de materiales físicos.
Trabajo en equipo y planificación
Realizamos la actividad en dos sesiones donde aprendimos tres de los siete pasos básicos del método para principiantes junto con sus algoritmos correspondientes. Durante su desarrollo observamos que los estudiantes que saben resolver el cubo de Rubik son de gran ayuda para el resto de sus compañeros.
Mejora de la motricidad y la memoria
Armar el cubo requiere de movimientos precisos y coordinados, lo que ayuda también a desarrollar la memoria motriz. Así, otro de los ejercicios que hicimos fue dividir la atención cuando los movimientos del cubo ya estaban aprendidos. Así, por ejemplo, tratamos de resolverlo mientras saltaban a la comba.
Fomento de la cultura plástico visual
El cubo de Rubik llegó a generar el movimiento artístico cubismo de Rubik o RubiKismo. En este sentido, relacionamos este tipo de arte con otras técnicas pictóricas similares como el puntillismo.
Otras habilidades
Junto a lo indicado anteriormente, se añaden otras habilidades como la paciencia, el esfuerzo, la concentración, la atención selectiva y sostenida e incluso, el manejo de la frustración.