A lo largo del curso, la clase de 5º de Primaria del Colegio San Gregorio se ha convertido en un lugar donde los estudiantes no sólo aprenden contenidos, sino que además les motiva para tomar sus propias decisiones. Tratamos así de que el aula se convierta en un reflejo de la sociedad a la que están llamados a vivir y ser agentes activos gracias al Aprendizaje-Servicio.
Aprender a convivir
Esta iniciativa se basa en la realización de actividades cooperativas a través de la que también se ha desarrollado su capacidad de diálogo, una mayor empatía y se ha fomentado su identificación y sentimiento de pertenencia al grupo. En definitiva, sienten que lo que sucede en el aula es importante y que han de implicarse al máximo.
Para ello, dividimos las actividades en tres bloques:
Aprendemos a convivir en sociedad
La clase dispone de una estructura cooperativa con grupos de cuatro y en los cuales cada alumno tiene un rol asignado con unas responsabilidades concretas. Dichos roles son trimestrales y disponen de una medalla que le recuerda las responsabilidades y aquellas situaciones de las que han de estar pendientes.
De este modo, una vez a la semana dedicamos una sesión a analizar diferentes aspectos de la actividad como la evaluación de desempeño de los roles: a través de un documento se autoevalúan y coevaluan en relación al papel asignado. Así, además de revisar sus responsabilidades y el desempeño de las mismas, comentan con sus compañeros su opinión al respecto y se realizan ciertos compromisos para seguir mejorando a la semana siguiente.
Asambleas
Los alumnos hablan, proponen, discuten, llegan a acuerdos y votan con todas las consecuencias. En dicha asamblea el docente se convierte en un miembro más y uno de los estudiantes toma el protagonismo asumiendo el rol de secretario: realiza el acta en la que se registra todo lo que ha sucedido y toma nota de todos los acuerdos.
Entre las decisiones que se toman a lo largo del curso, los alumnos reflexionan sobre los recreos decidiendo tener unos descansos más inclusivos, como la presencia de más de un deporte en aras del disfrute de todos (el fútbol se había convertido en algo a lo que jugar todos los días). De esta forma, los estudiantes llegaron a un acuerdo: jugar algunos días a fútbol, otros días a baloncesto y pedir a al profesorado de Educación Física una modificación en su programación para introducir el balonmano.
Incluso, en alguna ocasión, hemos invitado a los padres para evaluar con los alumnos el desarrollo del curso. Junto a ellos, reflexionamos sobre el segundo trimestre y a su vez realizamos las propuestas de mejora para el tercero.
Comunidades de aprendizaje
Los estudiantes invitan a sus familias al aula como miembros del grupo cooperativo y no son meros espectadores: se convierten en agentes activos. Por ejemplo, dentro de nuestro proyecto ‘Ecosystem Game’, vienen a clase para elaborar pósters en los que se promociona el reciclaje; en otras ocasiones nos ayudan a llevar a los alumnos por el pueblo para realizar alguna grabación o actividad de un proyecto en grupos pequeños.
Aprendizaje-Servicio
A través de la aplicación ClassDojo los estudiantes consiguen puntos con sus comportamientos, tareas, implicación o cumplimiento de responsabilidades, entre otras cuestiones. Según van alcanzando diferentes niveles, obtienen tarjetas que les otorgan beneficios. Así, por ejemplo, tenemos la tarjeta ‘Avatar’ cuando alcanzan el nivel de los 25 puntos, que les permite cambiar su avatar en la aplicación. Cuando alcanzan los 45 puntos consiguen la carta ‘Changer’ con la que durante una jornada pueden elegir el grupo cooperativo que decidan. Y si la clase al completo consigue 400 puntos consiguen la ‘Golden Card’ que les permite a todos disfrutar de media hora más de recreo.
En concreto, una de las tarjetas llamada ‘Helpers’ (que consiguen cuando alcanzan 35 puntos) es la que más le ayuda a poner en práctica el Aprendizaje-Servicio: los estudiantes deciden si quieren ir a otra de las clases del colegio, a unos niveles inferiores o convertirse en un docente de apoyo o asistente. Es curiosa la gran motivación que ha supuesto para el alumnado dicha tarjeta, ya que se han llegado a preparar actividades para realizar durante la clase de Matemáticas con el grupo al completo. Esto les supone adquirir más empatía y ponerse en el lugar del otro, repasar contenidos y hacérselos llegar al resto.