En mi aula, como en la de todos los centros educativos, hay niños y niñas maravillosos. Con diferentes fortalezas. Con habilidades cognitivas y socioemocionales. Y esa diversidad la aprovechamos para mejorar de forma grupal e individual. Es muy importante que exista la cohesión de grupo, por lo que valoro mucho cuando se preocupan los unos por los otros. Aunque como en la vida misma, también surgen conflictos.
Una mañana al volver del recreo, tuvimos que realizar una asamblea de emergencia porque habíamos llegado a las manos. Después de mostrar mi tristeza ante los hechos y recordarles cuánto nos queríamos y qué importante era que nos respetaramos, realizamos la Técnica del Ovillo y les conté la leyenda del hilo rojo: un hilo que nos une y que nunca se rompe.
Los Gemeliers
Tras este primer juego, y creyendo que no era suficiente, les propuse crear la figura del gemelier: para evitar que nadie se sintiera solo o necesitara ayuda y no la obtuviera, podíamos crear parejas. Rápidamente buscaron a sus mejores amigos y amigas. Pero mi intención era que fueran parejas heterogéneas, por lo que les sugerí hacer un sorteo para que nadie se molestara.
Así que para que entendieran en qué consistía esta dinámica, les expliqué para lo que sirve un gemelier:
- Si te caes, te ayuda a levantarte y te pregunta si estás bien.
- Te puede ayudar a escribir, por si no sabes qué letra va.
- Si no cumple las normas, se las recuerdas.
- Si no se sabe abrochar el abrigo, le ayudas.
- Si se siente triste, le preguntas qué le pasa y le das la botella de la emoción.
- Si está solo juegas con él.
El sorteo de la Champions
Era el momento de realizar el sorteo de los Gemeliers. Basándonos en el de la Champions, escribí el nombre de todos y todas en pelotas de ping-pong y las dividí en dos cajas de pañuelos. Tuve en cuenta para ello separar a los estudiantes extrovertidos de los introvertidos, a quien se situaba más avanzado en lectura y escritura de los que menos, el alumnado más autónomo del que a veces necesitaba ayuda…
Antes de saber con quién nos había tocado, les aclaré que somos un gran equipo, que somos amigos y que jamás debemos hacerle a nadie lo que no queremos que nos hagan. Podría ser que no nos tocara quien quisiéramos, pero sería una oportunidad para conocer más a otro compañero o compañera. No diríamos que no queremos estar con esa persona porque podíamos herir sus sentimientos.
Como el número total de alumnos y alumnas era impar, tuvimos que crear 'trillis' con equipos de tres compañeros. Después, jugamos con nuestros gemeliers para crear vínculo y unir lazos de confianza.
Aprendizaje Cooperativo
La creación de las parejas nos sirvió para poner en marcha el Aprendizaje Cooperativo en grupo. Si el estudiante se siente alegre, querido y seguro, se produce ese aprendizaje, por lo que hay que favorecer ese tipo de estados en nuestro alumnado. Estas dinámicas facilita su consecución.