Aprendizaje colaborativo entre generaciones

Este proyecto fomentó el respeto y el empoderamiento entre los pequeños del Colegio La Milagrosa y los mayores del Centro de Día del Llano de Gijón. Lo cuenta el profesor Óscar García Guerra.

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Experiencia Colegio La Milagrosa

Cuando hace más de seis años comenzamos a establecer una colaboración con el Centro de Día Municipal del Llano, teníamos muy claro el potencial que para pequeños y mayores suponía esa interacción que de manera ocasional realizábamos en forma de teatros, canciones o proyectos de aprendizaje colaborativo. Pero nunca imaginamos el potencial humano y educativo que se desarrollaría en tan poco tiempo.

Proyecto de aprendizaje y servicio

Tras estos primeros años y en vista de la sinergia que se había creado entre ambas instituciones, nos propusimos crear un ambicioso proyecto que diera un enfoque moderno y tecnológico pero con mucho corazón a una ciudad turística como Gijón: cada colectivo aportaría su conocimiento y recibiría un aprendizaje en el proceso. Parafraseando a Paulo Freire, “un círculo de cultura que permite un diálogo vivo y creador, en el que todos saben algo e ignoran algo y buscan, juntos, saber más”.

Reunión De Los Alumnos Para El Aprendizaje Colaborativo

Con todo ello, arrancamos este proyecto de aprendizaje-servicio (APS) que proporcionaría a nuestra ciudad un nuevo plano interactivo. Mediante el uso de códigos y lectores QR, el viajero podría tener una ventana al Gijón moderno a través de nuestro alumnado, y una mirada emotiva al pasado gracias a los ojos de nuestros mayores. En el camino todo un curso de trabajo, reuniones y una inesperada pandemia que nos hizo agudizar el ingenio y aprovechar todos los recursos digitales, humanizando al máximo la tan denostada tecnología.

Sueña

La primera fase del proyecto, Sueña, se desarrolló en los primeros meses del curso y en ella nuestro principal objetivo era lograr que ambos grupos lograsen un una buena relación para que el trabajo fuese más sencillo y salvar la barrera de edad y los miedos iniciales al uso tecnológico. Para ello se desarrollaron varias reuniones de trabajo y conocimiento tanto en las aulas del centro como en el Centro de Día. En esta primera fase se presentó el trabajo y se definieron los lugares que aparecerían en el mapa final, así como las herramientas digitales que se utilizarían para su elaboración (Genially, QR, iPad, chroma, edición de audio y vídeo).

Vive

En la segunda fase, Vive, se alternaron las visitas a los enclaves seleccionados, con la recogida y búsqueda de información, así como las primeras prácticas en el uso tecnológico. En esta fase apareció el temido miedo tecnológico y escénico que, con un gran sentido del humor y mucha calma y paciencia por ambas partes, fue desapareciendo. Estábamos adelantándonos a lo que en el mes de marzo íbamos a necesitar para poder afrontar ‘una nueva normalidad’ que pondría una nueva piedra en nuestro camino. 

Alumnos Y Mayores Del Centro De Día De Gijón.

Siente

En plena pandemia, comenzamos nuestra tercera fase: Siente. Ya teníamos nuestros enclaves, la información actual y la visión pasada y muchas, muchas horas de vídeo y audio que habíamos logrado reunir entre risas, reuniones, anécdotas y algún consejo del uso de nuevas aplicaciones móviles por parte del alumnado y de consejos de vida por parte de los mayores. Pero tocaba editar todo ese contenido y darle forma para publicarlo en nuestro mapa. Por suerte, la competencia digital adquirida por ambas partes en los meses anteriores y la humanización de la tecnológica (tantas veces criticada por lo contrario), nos permitió no solo terminar nuestro contenido, sino que también logramos sentirnos cerca y acompañados en unos momentos tan complicados y difíciles para todos. 

Alumnos Con El Profesor En El Colegio La Milagrosa.

Crea

Finalmente, la última fase, Crea, nos permitió aprovechar las herramientas colaborativas de las herramientas digitales (Google, Genially) para ir dando forma al mapa final con las localizaciones y nuestro trabajo en forma de vídeos accesibles mediante códigos QR. 

En definitiva, un proyecto educativo con mucho sentimiento que engloba en sí mismo la esencia de todo APS y de manera más global el fin último de la educación. Ya que si la educación no sirve para mejorar el mundo, entonces ¿para qué sirve?

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