Si se introduce correctamente, la tecnología tiene gran potencial como herramienta inclusiva que puede ayudar a crear entornos de aprendizaje eficientes y atractivos en la lengua de signos. Pero si sucede lo contrario, puede acentuar las desigualdades en nuestro sistema educativo. Para demostrarlo nos propusimos crear en nuestros alumnos la necesidad de descubrir un lenguaje nuevo para poder comunicarse con todos aquellos que no pueden oír y/o hablar. Y la tecnología ha sido nuestra gran aliada para experimentar con ellos la lengua de signos.
¿Cómo impulsar la necesidad de conocer la lengua de signos?
En primer lugar desarrollamos una actividad de aula para transmitir la importancia de tener la capacidad de comunicarnos con cualquier persona, poder escuchar y ser escuchados. Lógicamente, en un primer momento ninguno de los presentes pensó que hubiera que mejorar nada. Porque todos pueden hablar entre ellos y entenderse sin esfuerzo y así lo llevan haciendo desde que tienen uso de razón. Pero, ¿qué ocurre cuando se les cambia el escenario?
Así que les proyectamos tres vídeos con tres situaciones diferentes. El primero con imagen y sonido perfectos, tal y como están acostumbrados; el segundo sin sonido; y el tercero en el que, además, el interlocutor lleva puesta una mascarilla. De esta manera despertamos en ellos la necesidad de entender: la misma necesidad que experimentan todas aquellas personas que son sordas. Y la única manera de suplir esa necesidad de entender es la de encontrar una alternativa de comunicación, como la lengua de signos.
La tecnología como aliada para aprender lengua de signos
Para enseñarla en el aula creamos una aplicación basada en el reconocimiento de gestos, una programación en Inteligencia Artificial que utiliza la visión de computación, es decir, cómo vería una máquina. Esta aplicación es capaz de, en tiempo real, asociar un gesto de la mano a una letra, mostrándola inmediatamente en pantalla. Y así, transcribiendo cada letra, se llega a escribir una palabra, una frase o incluso un texto. Al ser tan rápida, la exploración de los estudiantes es mucho más atractiva, motivante y eficiente.
Realmente esta máquina había aprendido los signos de una manera muy parecida a como lo hace un humano, simplemente entrenando y viendo miles y miles de imágenes etiquetadas con su letra correspondiente. Y gracias a ella nuestros niños y nosotros mismos ahorramos tiempo y energía y aprendemos más rápido y a gusto.
Conclusiones sobre la experiencia
Sinceramente, la experiencia con el alumnado fue muy enriquecedora. Es impresionante lo que se puede conseguir en un aula cuando se junta innovación y motivación hacia una necesidad que ellos ven como real. Observar cómo cultivan de una manera exploratoria una lengua de signos que, antes de esta actividad, nunca se hubieran planteado aprender.
Como conclusión del proyecto diría que pudimos mostrar a alumnos que por su naturaleza son llamados “nativos digitales”, que la tecnología es un medio y no un fin en sí mismo. Es la herramienta que nos puede ayudar para acercar, resolver o mejorar una situación, pero siempre en base a un conocimiento ya adquirido.