Hace seis años diagnosticaron un linfoma a Lucía, una niña alegre y algo tímida que acababa de incorporarse a nuestro centro. Cuando nos comunicaron la noticia de su enfermedad, fueron sus compañeros los que insistieron en acompañarla durante el tratamiento. Y tras la recuperación, decidimos poner en marcha un proyecto cooperativo de aprendizaje-servicio, en el que los alumnos aprenden a trabajar con necesidades reales del entorno, a enfrentar un problema real y a aportar soluciones.
Entramos en contacto con la AECC (Asociación Española Contra el Cáncer) de Córdoba y con los voluntarios del área de oncología del Hospital Reina Sofía, y elaboramos una línea de trabajo clara. Nos dividimos por departamentos y empezamos a trabajar durante los recreos en base a tres objetivos principales: concienciar sobre la realidad que viven los niños con cáncer y la importancia de mantener unos hábitos de vida saludables; conocer y colaborar con organismos que trabajan para mejorar la calidad de vida de estos niños; y acompañar a niños con cáncer y a sus familias.
Así nació AnimArte, un proyecto que nos ha cambiado la vida y nos ha abierto el camino al maravilloso mundo del autoconocimiento, la empatía, la solidaridad y la inteligencia emocional.
Sobre nuestra misión
Nuestro primer objetivo fue dejar de tratar el cáncer infantil como un tema tabú. Evidentemente, no es fácil explicar a niños de 12 años en qué consiste una enfermedad tan dura, pero tampoco podíamos ignorar o endulzar la realidad. Para eso, nos rodeamos de profesionales y personas que habían vivido la enfermedad de manera directa, y nos centramos en el lanzamiento de campañas de concienciación de elaboración propia en redes sociales; la organización de jornadas para hablar sobre la importancia de la donación de sangre y médula; la puesta en marcha de campañas de alimentación saludable en nuestro centro; y la presencia en medios de comunicación para dar difusión a nuestras iniciativas.
Como segundo objetivo nos propusimos colaborar con organismos preocupados por mejorar la calidad de vida de los niños con cáncer. Así nacieron actividades como ‘El día sin uniforme’, ‘El rastrillo solidario del Día del Libro’, ‘Las cucañas solidarias’, concursos de dibujo y de snacks saludables o carreras solidarias de la mano de asociaciones como la AECC y de fundaciones como Pequeño Deseo, Juegaterapia, Unoentrecienmil o la Fundación Josep Carreras.
En todas estas iniciativas, nuestros alumnos han sido siempre los principales actores y protagonistas: ellos se encargan de planificar, organizar, promover y llevar a cabo las actividades con compromiso, dedicación y trabajo en equipo. Además, han compartido muchos momentos con niños con cáncer: los han visitado en el hospital, han charlado con ellos, han acompañado a sus familias en campañas de sensibilización y de recaudación de fondos, e incluso han dedicado sus fines de semana a jugar en casas de niños como Francisco José, a los que la enfermedad le ha privado durante demasiados años de asistir al colegio y disfrutar de sus amigos.
Y todo desde el anonimato más absoluto, sin esperar a cambio nada más que la satisfacción de saber que están haciendo algo que hace mucho bien a otras personas. Algunos estudiantes han descubierto su verdadera vocación, otros piden que sigamos trabajando juntos cuando abandonen el colegio, otros simplemente han descubierto las bondades de poner lo mejor de sí mismos al servicio de los demás…
Sobre nuestro futuro
Este año hemos decidido centrar nuestros esfuerzos en conseguir fondos para la investigación del cáncer infantil y concienciar a nuestro entorno de todo lo que podemos hacer para conseguirlo y de la importancia de hacerlo. Y estamos trabajando en un recorrido didáctico por los colegios de nuestra zona con el proyecto ‘La Supercapa’: un cuento sobre superhéroes (investigadores) en busca de una súper capa (beca de investigación) con la que devolver a Lucía, nuestra protagonista, a su casa.
Los fondos que recaudemos irán destinados a financiar parte de un proyecto de investigación contra el neuroblastoma llevado a cabo en el Instituto IBIS de Sevilla, liderado por el investigador Ricardo Pardal. Todo esto, de la mano de la Asociación NEN (Asociación de familiares y amigos enfermos de neuroblastoma); será también un homenaje a Valeria, una niña de dos años y medio a la que conocimos en el hospital y que desgraciadamente falleció por este tipo de tumor.
AnimArte, además, cuenta ya con una web propia que se ha convertido en un maravilloso punto de encuentro de jóvenes con realidades diferentes en las que cada uno aporta lo mejor de sí mismo y donde exponemos nuestras iniciativas y trabajo diario.
Orgullosos de nuestros logros
Ha sido mágico ver cómo, cuando los niños descubren su verdadero potencial y sienten que lo que tienen que decir de verdad importa, se transforman automáticamente en agentes activos de su propio presente y se implican como sólo ellos saben hacerlo, con una increíble capacidad de trabajo y sacrificio y una ilusión intacta.
Nuestro proyecto fue galardonado con el Premio a la Excelencia Educativa 2021 al mejor Programa para la Concienciación sobre el Cáncer Infantil, con el Premio SIMO EDUCACIÓN 2021 a la Mejor Experiencia en Educación Emocional y con la mención especial al Impacto Social concedida por los Premios Espiral 2021.