El alumnado de altas capacidades suele ser, por lo general, uno de los colectivos a los que menos tiempo se dedica en los centros educativos: es más habitual que los docentes fijen su atención en los estudiantes con más dificultades a la hora de entender los contenidos o poner en práctica sus competencias. Sin embargo, estas personas esconden un potencial del que muchas veces no somos conscientes y son capaces de alcanzar metas al alcance de muy pocos.
En nuestro centro, los alumnos de altas capacidades participan en un programa de enriquecimiento para fomentar y desarrollar sus dotes, porque uno de los aspectos más importantes es tratar de integrar los contenidos a trabajar dentro de un entorno de gamificación. Así, junto con los docentes Ana Fernández, jefa del Departamento de Orientación de GSD Las Suertes, y Andrés González, responsable del Sello Excelente TIC, pusimos en marcha un proyecto para relacionar uno de los juegos más tradicionales que se conocen, el ajedrez en Minecraft.
En esta coctelera, además, se integraron las nuevas tecnologías a través del módulo de programación de Minecraft Code Connection, y la edición 3D para imprimir las piezas en una impresora de este tipo.
Programar y trabajar en 3D
El resultado nos dejó asombrados. Como requisito inicial, el grupo de trabajo, formado por seis alumnos de altas capacidades de entre 9 y 11 años, tuvo que repartirse el trabajo y construir con la ayuda de Minecraft un tablero de ajedrez con sus piezas. A continuación, y mediante el módulo Code Connection, diseñaron una estructura de programación que reprodujera con un comando los movimientos del alfil, el caballo, la torre…
Por último, cada uno diseñó su propia estructura a través del editor 3D Tinkercad, construyendo de este modo su propia pieza personalizada. Para terminar, dieron forma a las piezas con la ayuda de una impresora 3D.
Seguridad y confianza en sí mismos
Gracias a esta experiencia, el alumnado aprendió a construir con precisión el tablero de ajedrez con cada una de sus piezas, pero también desarrollaron su pensamiento computacional creando el movimiento a través de una secuencia de programación por bloques. Y lo importante de todo: tomaron conciencia de lo que son capaces de hacer, del increíble potencial que les proporciona su perfil intelectual y adquiriendo seguridad y confianza en sí mismos.
Dejaron de tratar de ocultar su condición de alumnos especiales y aprendieron que ser un estudiante de altas capacidades significa estar orgulloso de uno mismo y saber que los límites sólo dependen de la imaginación.