El teatro escolar puede ser una herramienta para que los estudiantes desarrollen una mirada crítica hacia una propuesta artística y cultural, diferente en cada ciclo educativo, como en Infantil o Primaria, en los que se fomentan distintos valores como la escucha, la concentración o la paciencia.
El teatro educativo es una herramienta de apoyo al trabajo
Para llevarlo con garantías a las aulas de cualquier nivel muchas veces es necesario contar con asesoramiento o un equipo especializado en ello. Es la labor de Transeduca, una empresa que adapta obras para complementar contenidos y materiales de los que se hace uso en clase. Lluís Rovira, su director, repasa las ventajas de este tipo de dinámicas en el entorno educativo y explica en qué consiste el servicio de teatro educativo que ofrecen a los centros.
Pregunta: ¿En qué consiste vuestra labor?
Respuesta: En Transeduca somos un equipo de profesionales que ofrece servicios de teatro educativo a centros escolares de todo el país. Nuestros espectáculos están adaptados a cada ciclo educativo (desde Infantil hasta Bachillerato) para complementar contenidos y materias que se trabajan en el aula o resolver necesidades que los profesores nos transmiten cada curso.
Este sería el caso de, por ejemplo, la puesta en escena de las lecturas obligatorias o prescriptivas, o la posibilidad de interactuar con actores nativos para lenguas extranjeras.
P: ¿Qué objetivos persigue el uso del teatro en las aulas?
R: El teatro educativo es una herramienta pensada como un apoyo al trabajo del docente. No sólo por su componente cultural y artístico, que consideremos que es didáctico por sí mismo, sino porque los títulos que programamos hacen una aportación de valor al currículo escolar: educación emocional, temáticas de orientación como las redes sociales o el bullying, lenguas extranjeras…
“El teatro es una buena oportunidad para generar un debate en torno a la actualidad y la realidad de muchas aulas”
En otras palabras, el objetivo es ayudar y acompañar al profesor a través de la escenificación, pero también el de buscar la sensibilización de un público que va desde los 2 años hasta más de 18 años, con una obras confeccionadas a medida. En muchos casos, se trata del primer contacto de los estudiantes con el mundo de las artes escénicas.
P: ¿Cómo es el proceso de creación de las obras de teatro?
R: Cada curso escolar hacemos una selección de títulos en base a valoraciones y comentarios de todos los centros con los que trabajamos. En ese momento, un equipo artístico formado por guionistas, compositores, diseñadores, escenógrafos y coreógrafos desarrolla el espectáculo siguiendo una serie de pautas para conseguir un equilibrio entre lo didáctico y lo lúdico.
Estas primeras etapas de creación pueden alargarse durante más de seis meses, pero cuando realmente se pone interesante es cuando comienzan los ensayos con los actores y los directores. Este segundo período se extiende por dos meses, generalmente.
Antes de iniciar cada gira hacemos ensayos generales en colegios e institutos para probar las obras con nuestro público objetivo y detectar cosas que funcionan y otras que no. Lo bueno del teatro es que siempre permite un margen de mejora; siempre se está a tiempo de hacer modificaciones.
P: ¿Contáis con un equipo pedagógico?
R: Sí. Es el otro pilar en el cual se apoya nuestra actividad. Un grupo de profesores en activo establecen los criterios didácticos y el lenguaje que más se adecúa a cada público y a cada obra. Son especialistas de diferentes asignaturas y asesoran y supervisan los guiones de los espectáculos. Además, son los encargados de elaborar ejercicios y actividades específicas para trabajar cada obra antes y después de la función.
Por ejemplo, cuando realizamos adaptaciones de títulos clásicos, muchas veces hemos de tomar decisiones para comprimir la trama o prescindir de personajes. El formato escolar no nos permite superar la hora de duración, así que nuestro equipo pedagógico también pone en valor los elementos que se trabajan en clase.
P: ¿Cómo elegís las temáticas de las obras? ¿Están adaptadas al currículo escolar?
R: Para Educación Infantil siempre incluimos cuentos clásicos con valores que son importantes para transmitir: solidaridad, compañerismo, igualdad… Pero también nos gusta hacer apuestas con otros títulos más actuales como nuestra adaptación teatral de ‘El Monstruo de Colores’ en colaboración con la autora, Anna Llenas, que ha tenido muy buena acogida en teatros de todo el país.
También contamos con obras de educación emocional o social para Primaria y Secundaria en las que se trabaja temáticas como el género o el acoso escolar. El teatro es una buena oportunidad para generar un debate en torno a la actualidad y la realidad de muchas aulas. Después de cada función, los actores y actrices realizan un coloquio donde se invita a los estudiantes a que hagan preguntas o compartan experiencias personales.
Para ESO y Bachillerato siempre buscamos títulos que se vayan a trabajar durante el curso: desde autores del Siglo de Oro hasta títulos contemporáneos. Esta temporada adaptaremos cinco obras para literatura castellana (como el Lazarillo de Tormes o La casa de Bernarda Alba), y dos para literatura catalana y valenciana (Tirant lo Blanc i Cròniques de la veritat oculta).
“Un grupo de profesores en activo establecen los criterios didácticos y el lenguaje que más se adecúa a cada público y a cada obra”
Finalmente, para lenguas extranjeras (inglés y francés), que es un área transversal y común en todos los ciclos escolares, escogemos cuentos o novelas clásicas de la cultura del país y les damos un enfoque participativo.
P: ¿Disponéis de material adicional para el docente?
R: Contamos con materiales para preparar la actividad antes y después de la representación. Entre estos soportes hay fichas pedagógicas con ejercicios sobre las obras, las canciones de algunos de los espectáculos y los guiones de las producciones en lengua extranjera (acompañados de un listening). Todo pensado para sacar el máximo provecho a la salida escolar.