Para Sara Desirée, autora del libro ‘Te necesita aunque no lo parezca’ (Editorial Grijalbo), la adolescencia es una etapa compleja, un momento vital en el que “es primordial que los jóvenes sientan el apoyo de quienes más les importan”. Para ello, es crucial tener a mano pautas y consejos sencillos que aumenten su autoestima y confianza en las situaciones más complicadas. En este sentido, aconseja al profesorado leer sobre esta etapa para que en las aulas se eviten ciertas situaciones que ponen en peligro la salud mental y el rendimiento académico de las personas adolescentes. También recomienda que los centros escolares cuenten con equipos que atiendan aspectos psicosocioeducativos y espacios para trabajar con las familias.
Desirée, diplomada en Educación Social y posgraduada en Diseño y Gestión de Programas Educativos en el Tiempo Libre Juvenil, también es la autora de ‘El día que mi hija me llamó zorra’ y, en la actualidad, realiza acompañamiento socioeducativo de familias con adolescentes.
Pregunta: Si todos hemos sido adolescentes en algún momento de nuestras vidas, ¿por qué cuesta tanto entenderlos en muchas ocasiones?
Respuesta: Entre otras muchas cosas, nos cuesta entender la adolescencia porque, aunque la hayamos vivido, nos queda lejos. Nuestra memoria está afectada por el paso del tiempo, lo que hace que reconstruyamos y adornemos de alguna forma lo que recordamos y eso, de alguna forma, nos protege de aquellas experiencias que vivimos que no fueron agradables. Por ese motivo, se suele decir eso de “nosotras no éramos así”, pero lo cierto es que realmente no lo recordamos. El momento de desarrollo cerebral por el que pasa cualquier persona adolescente es muy complejo y genera mucho malestar emocional. Aunque no lo recordemos, para nadie fue una experiencia totalmente placentera ser adolescente, y atesoramos aquellos recuerdos que nos permiten estar mejor en la actualidad.
Además, como personas adultas que somos, nuestras necesidades y momento evolutivo no tienen nada que ver con los de la adolescencia. Necesitamos estabilidad y orden, justo lo que la adolescencia no puede ofrecer, y solemos exigir a las personas adolescentes que nos rodean que obren como si fueran adultas en muchas ocasiones, lo que nos frustra porque, evidentemente, no pueden hacerlo. Aunque los motivos principales por los que nos cuesta entenderla, en mi opinión profesional, son la falta de comprensión que se tiene en general hacia la etapa, el desconocimiento de sus tareas evolutivas y la imagen negativa que se tiene de ella.
P: ¿Son los adolescentes de ahora igual que los de antes? ¿En qué se diferencian?
R: Las adolescencias actuales tienen algo que las anteriores no tenían: Internet. El acceso a la información, la posibilidad de destacar en las redes sociales, de comunicarse con personas de todo tipo y de todo el mundo a un clic de distancia, la constante exposición y el constante flujo de estímulos… Todo eso impacta en el desarrollo adolescente y genera graves afectaciones a muchos niveles.
Además, en mi experiencia, las diferencias entre adolescencias de antes o de ahora, y de aquí o de allí, son sobre todo socioculturales. Es decir, que las necesidades adolescentes son las mismas, pero las normas socioculturales del lugar en el que se vive modelan la conducta adolescente de una u otra forma. Habiendo trabajado con adolescentes de todo tipo y de todos los lugares del mundo durante 25 años, me atrevo a afirmar que las necesidades que les mueven son las mismas y los momentos por los que pasan son muy similares, pero que se enfrentan a ellos bajo la influencia de las normas que rigen sus diferentes culturas y contextos socioeconómicos.
P: En esta etapa de cambios, es primordial que sientan el apoyo de quiénes más les importan, ¿cómo pueden sus familias ofrecerles esa ayuda que necesitan (pero que a veces no piden)? ¿De qué manera pueden apoyarles para construir su identidad y autoestima?
R: Es importante que aprendan lo que necesitan en esta etapa, igual que aprendieron lo que necesitaban en momentos anteriores de su desarrollo. Esta etapa no es muy diferente de las demás en el sentido de que se deben realizar unas tareas evolutivas concretas para que se desarrollen adecuadamente. Prepararse para atender lo que sucede en la adolescencia las va a ayudar a ir a favor de su desarrollo y no en contra.
En mi libro encontrarán muchas pautas prácticas para acompañarlas en el día a día, para favorecer la construcción de su identidad y el desarrollo de una buena autoestima. No es un proceso sencillo, pero la práctica hace que cada vez sea más fácil. Por eso es importante que las familias se pongan en acción y aprendan cómo necesitan que se les hable, qué tipo de persona adulta quieren a su alrededor, cómo ayudarles a expresar lo que les pasa, cómo evitar que se creen una autoimagen negativa de ellos mismos, etc.
P: El centro educativo es un lugar en el que pasan gran parte de su tiempo, ¿qué papel cumple en la vida de un adolescente?
R: Los centros educativos tienen el poder de potenciar o destruir la autoestima adolescente, entre otras muchas cosas. Tienen una gran responsabilidad con las personas en desarrollo que reciben cada día en sus aulas y muy pocos recursos para poder atender la diversidad y la complejidad de la etapa. A menudo, encontramos equipos docentes variopintos con distintas motivaciones por su profesión, que hacen lo que pueden para cumplir con las tareas que se les encomiendan. Hay docentes que muestran gran implicación y se forman y atienden lo que buenamente pueden y docentes que no muestran ningún interés por comprender lo que les sucede a las personas adolescentes que tienen en sus clases.
Sin embargo, los centros educativos son lugares llenos de oportunidades para acompañar la adolescencia y favorecer que cada persona que entre en ellos pueda orientarse hacia una vida más placentera y saludable. Si los centros educativos se estructurasen de forma distinta y existiesen equipos psicosocioeducativos interdisciplinares, los equipos docentes podrían ejercer tranquilamente, las problemáticas socioeducativas que se detectan en el día a día se atenderían adecuadamente y estoy segura de que aumentaría el rendimiento académico, se reduciría el acoso escolar, se prevendrían malestares emocionales y se mejoraría la salud mental del alumnado. Debemos convertir los centros educativos en lugares de atención a la adolescencia preparados para gestionar todo lo que puede interferir en el rendimiento académico y su adecuado desarrollo.
P: En Primaria, el entusiasmo por ir a la escuela supera con mucho la media europea. Pero en Secundaria desciende enormemente, según recoge el Estudio sobre Conductas Saludables de Jóvenes Escolarizados impulsado por la OMS en 2020. Esto coincide con el paso a la adolescencia, ¿cómo se les puede motivar en este aspecto?
R: La cuestión está en que se deben rediseñar los centros educativos y la forma en la que están estructurados, para que puedan adaptarse a esta etapa. Si no tenemos en cuenta las características adolescentes y planteamos centros educativos que planteen los contenidos y los espacios adaptados a esta etapa, motivarlos para que asistan al instituto es una utopía. Si realmente queremos ayudar a todas las personas adolescentes a ir motivadas al instituto cada mañana, si queremos que se impliquen en sus trayectorias académicas y que diseñen sus propios proyectos vitales, necesitamos revisar los modelos de enseñanza-aprendizaje, contar con equipos que atiendan aspectos psicosocioeducativos y espacios para trabajar con las familias, con el territorio, etc. Es necesario pasar de un modelo que excluye por falta de recursos, a un modelo competente que trabaje para el bienestar de todas las personas que atiende.
P: ¿Cuentan los profesores con los recursos y la formación suficiente para acompañar a los adolescentes en esta etapa de cambios? ¿Qué consejos les daría?
R: No. Afortunadamente, hay muchos docentes que se forman y que son muy conscientes de la responsabilidad que tienen, pero también hay otros que no lo son ni tienen ningún interés en serlo. No me gusta nada cargar sobre los hombros de los equipos docentes toda la responsabilidad. Estas personas tienen un encargo: transmitir una serie de contenidos para que su alumnado pueda acreditar unos saberes particulares. Deberíamos cuidarlas para que puedan transmitir sus conocimientos de forma creativa, agradable y motivadora. Su encargo no debería también ser atender el malestar emocional, evaluar la salud mental, trabajar con la familia, sensibilizar sobre temas importantes… Cargamos muchas tareas sobre sus hombros que no están preparadas para atender ni deben atender. De ahí la importancia de crear equipos interdisciplinares.
El consejo que les daría a los equipos docentes es que trabajen desde dentro para que se reconozca su labor y que fomenten la incorporación de equipos de profesionales para atender todo lo que ellos no pueden abarcar. Les aconsejaría leer sobre adolescencia para que en las aulas se pudiesen evitar ciertas situaciones que ponen en peligro la salud mental y el rendimiento académico de las personas adolescentes. Si todo el mundo pone en evidencia que el sistema educativo está obsoleto y que necesitamos atender las adolescencias de forma global en los centros educativos, quizá consigamos algo.
P: El informe del Defensor del Profesor de ANPE apunta que en el curso 2021-2022 se realizaron 119 actuaciones relacionadas con agresiones a profesores, frente a las 98 del curso anterior, lo que supone un incremento del 21,4%. ¿A qué se puede deber este aumento?
R: Puedo aventurarme a decir que la pandemia ha tenido mucho que ver. También, que cada vez hay mayor malestar emocional y la adolescencia se caracteriza por las escaladas emocionales intensas que pueden acabar en agresión. Si no sabemos cómo actuar con las personas adolescentes y desconocemos lo que les pasa, es fácil que se nos escapen de las manos ciertas situaciones. Tendríamos que analizar muy bien esos 119 casos de agresión para saber cómo se produjeron y poder diagnosticar adecuadamente para proponer mejoras.
P: ¿Qué medidas habría que tomar en este sentido?
R: Deberíamos plantear tener equipos que puedan atender las situaciones de conflicto en las aulas, las situaciones particulares de cada persona adolescente y de cada docente. Es complejo y el cambio no será fácil, pero si no nos ponemos ya a rediseñar todo el sistema y a implementar progresivamente las mejoras, nada cambiará y el pronóstico no es nada bueno.
P: Por último, si tuviera la oportunidad de hablar con la adolescente que fue, ¿qué le diría?
R: Me diría que creyese más en mí misma y no escuchase tanto las opiniones de otras personas. Que ser una persona alegre, generosa y sensible no es malo y que confiase en mis talentos y me enfocase en desarrollarlos. También, que cuidase mucho de mis relaciones y de mi salud mental. Me diría muchas cosas pero, sobre todo, me diría que los malos momentos pasan y que siempre hay una oportunidad para volver a empezar y seguir adelante con ilusión.
La vida es como es y hoy dia estan atontando a los jovenes....asi va todo
Para mí, el adolecente, debe venir fortalecido, desde el kinder. Es la base donde se puede ayudar a que se empiecen a conocer a su mismo. . En sus habilidades, intelectuales, fisicasicas, EMOCIONALES, espirituales y que aprendan a ser Felices , que todo en la vida tiene Solución. Solo la muerte no. Vivir en esta manera real se logran Personas más concientes, Positivas y Realizadas.. por supuesto más Comprometidas y aprenden a Dar . Trabajar en Equipo. Responsabilidad y Respeto a ellos y a los demás.
Su adaptabilidad es más pronta y positiva por qué ya saben su Potencial. Y lo Desarrollan Mejor.
Esta señora quiere publicitar sus libros. ¿Ha trabajado alguna vez en un Instituto? Los profesores saben mejor que ella lo que pasa, algunos padres también. Y los responsables de Educación también, pero éstos últimos no quieren poner los medios. Sobran libros, hace falta más personal, aulas.menos masificadas y profesores con menos carga de trabajo
Cierto. Mucho político, innovador, investigador, activista cultural, escritor, articulista, catedrátic@, sindicalistas y otros liberados y pocos docentes al pie del cañón en las aulas con alumnos procedentes de otros países, con TDA, TA, TL, ND, ... étc
Yo si soy profesora, yo sí llevo 27 años siendo profesora, yo sí se de lo que habla Sara y estoy con ella al 100%. Faltan medios sí, falta inversión si, las ratios son de locura sí. Pero sobran docentes con el ego por las nubes que creen que lo importante es lo que enseñan, que un niño sentado 7 horas sin moverse es algo sano, que cualquier tiempo fue mejor y lo siento profesores carcas y retrógrados ( no por ti que no te cononozco) pero lo importante es el alumno por encima de todo. Y si no ven a sus alumnos no ven nada.